La última crónica sobre Facundo Cabral: Tu canto jamás lo callarán

Facundo Cabral

Facundo Cabral

09/07/11.-La noticia de la muerte de Facundo Cabral ha conmovido a América Latina. La derecha de Guatemala se ensañó, incluso, con el cadáver, que recibió varios balazos, nada menos que de fusiles AK-47. “Ha sido inmortalizado”- dijo el Presidente ecuatoriano Rafael Correa. “Mataron al Gran Trovador de las Pampas! Viva Facundo Cabral” – ha exclamado desde su cuenta de twitter el Presidente Hugo Chávez. “No dejo de pensar que él fue asesinado por sus ideales” -reaccionó, indignada, la Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú.

Patria Grande deja a sus lectores con la última crónica escrita sobre Cabral, poco tiempo después de ofrecer su último concierto en Guatemala. “Ya le di las gracias a ustedes. Las daré en Quetzaltenango, y después, que sea lo que Dios quiera, porque El sabe lo que hace”- dijo Facundo Cabral, sin saber el destino trágico que le esperaría horas después.

Esta es la crónica de la periodista Hilda Rodas, publicada por el periódico La Prensa Libre:

Dar gracias es su especialidad

Facundo Cabral se presentó en concierto el martes recién pasado, en el Grand Tikal Futura Hotel.

Alrededor de 40 minutos de historia hablada fueron la apertura del recital que Cabral ofreció en Guatemala, a donde llegó porque quería dar las gracias por lo bien que recibe la gente su intervención artística, según expresó.

El relato arrancó en el origen pobre de tan sensible artista, que tuvo una madre llena de amor, sentimiento que él logró interpretar hasta los 17 años, y del cual procuró llenarse hasta estos días. Habló de sus andanzas entre la compañía de Jorge Luis Borges, la Madre Teresa de Calcuta, San Francisco de Asís y muchas otras personalidades que lo influenciaron.

Cabral estuvo ante la presencia de unos cinco mil guatemaltecos sentados frente a él, en sillas que fueron dispuestas en el salón, en forma de auditorio. Ni un solo comentario se escuchó durante el tiempo que el compositor conversó. Los aplausos y las risas llegaban al escuchar alguna frase como: “Si tienes que cuidarla mucho todavía, no es tu mujer”. La bocina derecha del escenario se apagaba y las personas se levantaban de su sitio para pedir que se arreglara el desperfecto, procurando no interrumpir el discurso.

Entre el repertorio por el que continuó la charla estaba Cielito lindo, tema del que, dijo, “no hay nada más bello que lo simple”.

Para despedirse, expresó: “Ya le di las gracias a ustedes. Las daré en Quetzaltenango (se presenta hoy), y después que sea lo que Dios quiera, porque Él sabe lo que hace”.


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