Cuatro años de encierro en una Embajada, el precio que paga Assange por la libertad de expresión

Londres, junio 19 - 13,8 millones de libras es el monto que el gobierno de Gran Bretaña ha gastado en el dispositivo de seguridad para vigilar la sede de la Embajada de Ecuador en Londres, donde está asilado desde el 19 de junio de 2012 Julian Assange, el fundador de Wikileaks, organización que filtró 8,5 millones de documentos confidenciales.

En 2010, el nombre de Wikileaks ganó notoriedad global cuando se convirtió en la peor pesadilla de Estados Unidos al revelar cientos de miles de documentos, mensajes militares secretos sobre las guerras de Irak y de Afganistán y cables diplomáticos en clave llenos de confidencias embarazosas sobre dirigentes extranjeros.

Bradley Manning (en la actualidad Chelsea Manning), el soldado estadounidense que proporcionó documentos oficiales secretos a Wikileaks fue condenado a 35 años de prisión en Estados Unidos.

“Lo que dicen esas cifras es que la libertad de expresión tiene un precio, el precio para Julian Assange ya son cuatro años por filtrar documentos de las acciones estadounidenses tenía en conflictos militares. Vemos por tanto que muchas veces ciertos países tienen la libertad de expresión todo el día en su vocablo, pero después vemos como no se aplica”, comentó Sergio Martín, secretario ejecutivo del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica en dialogo con Andes.

Recordó que luego de cuatro años, las condiciones en las que vive Assange son bastante penosas pues vive prácticamente encerrado, y destacó la posición firme de Ecuador de defender, pese a todas las presiones, los derechos humanos y la libertad de expresión del periodista australiano.

El catedrático del Instituto de Altos Estudios Nacionales, el español Fernando Casado, dijo a esta agencia que Wikileaks es el precursor de una nueva era de la información, que permitió develar el intervencionismo de países como Estados Unidos y la vinculación con la oposición en países de América Latina.

“Wikileaks abrió la puerta para tener la certeza de algo que todos pensábamos, de cómo es el control que se ejerce sobre la ciudadanía, de cómo estamos bajo el panóptico de Focault –perfectamente vigilados todos los ciudadanos y que nuestros movimientos son registrados, y que no existe en realidad una libertad de expresión y de movimiento, que vivimos bajo una vigilancia peligrosa- y para comprobar cómo se maneja el intervencionismo de Estados Unidos sobre el resto de países del mundo”, sostuvo el docente investigador de Justicia y Derechos Humanos.

En el caso de América Latina, dijo Casado, las filtraciones de Wikileaks han permitido develar cómo ese intervencionismo se mueve con la oposición conservadora para derrocar o desestabilizar a gobiernos progresistas que Estados Unidos considera atentan contra sus intereses.

“Por otro lado es muy interesante como de alguna forma también el sur empieza a levantarse en contra del norte, que le da asilo político a Julian Assange. Ecuador es un país que, de una forma inesperada, dentro del corazón de Londres se atreve, en una posición de dignidad, a darle asilo político a Julian Assange y a no ceder frente a todas las presiones de estos grandes poderes: Unión Europea, Reino Unido, Estados Unidos”, destacó.

Martín coincide en que Wikileaks puso las cartas sobre la mesa sobre cómo funciona el espionaje global.

“Ecuador ha tenido una política exterior que es bastante impresionante. Nadie mira por encima del hombro a Ecuador, vemos el rol que juega ante la OEA (Organización de Estados Americanos), cómo se dio el asilo político a Assange; realmente una serie de posiciones que son dignas de admiración”, dijo Casado.



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