Mientras en San Petersburgo movimientos en acción directa protestaban ayer en contra de las feroces políticas globalizadoras y energéticas de los 8 países más ricos y poderosos del mundo (G-8), desde la transitada avenida 5 de Julio de Maracaibo estado Zulia, movimientos sociales colectivos (indígenas-campesinos-asociaciones de vecinos-universitarios y ecologistas), en contexto con un reclamo mundial, incluso desde propio el seno social de estos 8 poderosos países (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Canadá y Japón), apoyaron la idea de una política energética mundial más responsables con las ya casi insostenibles consecuencias ambientales que sufre el planeta, y el rechazo igual al poder multinacional que opera en beneficio de mantener su “seguridad energética” atropellando inhumanamente y sin ningún respeto a los pueblos del mundo.
Los movimientos denunciamos "que el Zulia hoy todavía es, y cada vez con mayor amenaza, zona de sacrificio ambiental, étnico y de biodiversidad de esta política multinacional energética donde instituciones regionales como Corpozulia son copartícipes; el manifiesto desde el Zulia valió para exigir enérgicamente a Corpozulia, a Carbozulia y a todas sus multinacionales que directa e indirectamente tratan de soportar el negocio del carbón en la zona como punto de desarrollo para la región, la no apertura de más minas en este estado que irónicamente es potencialmente rico y de extremo a extremo en zonas para la más diversa agricultura, para la pesca, incluso para el ganado y la cría de todo tipo de animales para consumo humano y para garantizar una verdadera soberanía alimentaria incluso para la nación entera y parte del continente". Sin embargo el panorama contrariamente, se reduce al abandono casi total de estas actividades, poco impulsadas, sobre todo para los sectores campesinos.
Los colectivos zulianos dijeron que maximizar a 36 millones de toneladas la explotación del carbón en las montañas de la Sierra de Perijá, desde el Río de Oro hasta el río Socuy, tan sólo para garantizar no más de 20 anos de “seguridad energética” a algunos de estos países, significa aniquilar por siempre más del 70% del agua dulce que abastece todo el estado, la pregunta es ¿Quién cuida nuestra seguridad? ¿Quién cuidar de nuestra agua?, esto sólo por citar una de las consecuencias más inmediatas si el argumento de que los pueblos indígenas de toda la Sierra de Perijá: Yuxpa, Barrí y Wayúu, serán exterminados con mayor rapidez que en estos ‘últimos 50 anos de exterminio que silenciosamente han vivido a manos del ganadero, las trasnacionales que lograron penetrar en la zona y sus sicarios a sueldo.