Alerta en los Bingos

(VIDEO) Carlos Ortega, EL PROFUGO

Credito: Vargas Vital

Caracas, 14 de agosto de 2006.- (Especial/VTV).- La historia es muy reciente y ahora nos toca rememorar aquella triste etapa, cuando Carlos Ortega junto a miembros de Fedecamaras, de la antigua Pdvsa y militares adversarios, entre otros, propiciaron dos hechos que conmovieron los cimientos de la democracia: un golpe de Estado, el 11 de abril del 2002, con muertos y víctimas que lamentar y un bochornoso sabotaje petrolero, que mantuvo la industria paralizada y en puso en vilo la paz de los habitantes.

Aquellos fueron hechos muy contundentes, antidemocráticos, desestabilizadores, calculados y premeditados, que hoy desafortunadamente tenemos que poner de manifiesto, para reseñar por qué Carlos Ortega es un prófugo de la justicia.

El ex sindicalista Ortega es hijo de la democracia mal habida. Muchos recuerdan que negoció con el antiguo presidente de Pdvsa, Luis Guisti- en el último gobierno de Caldera-las prestaciones de los trabajadores de esa empresa. Fue electo como último presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), en un proceso de elecciones en donde desaparecieron más del 50% de las actas de escrutinio, una contienda electoral que su propio aliado político, Alfredo Ramos, denunció en ese entonces como un “fraude”.

Ruta de un "fantoche"

Además de las acciones vandálicas y pendencieras del año 2002, otras situaciones de agitación son recordadas como la del sábado 18 de Enero de 2003, cuando Carlos Ortega participó en una marcha en la ciudad de Miami junto a otros partidarios; Antonio Ledezma, Patricia Poleo, artistas de renombre, entre otros, en donde dijo ante los asistentes: "ni un paso atrás... que muera el tirano".

También se conoció de otras andanzas. En una propiedad de Santa Ana de Coro realizó una reunión, en los días del paro petrolero, en donde planificaba iniciar un “grupo armado” que enfrentaría al Gobierno. Varios dirigentes y ex dirigentes de sindicatos petroleros de Lagunillas (Zulia) asistieron a ese encuentro.

La pretensión de sacar a Chávez del poder era una obsesión. El 28 de diciembre de 2002, en plena ebullición del paro petrolero, Carlos Ortega amenazaba: “Continuaremos el paro cívico activo hasta sus últimas consecuencias, cueste lo que cueste”.

Pero luego de tanta alharaca Ortega fracasó. La huelga terminó y el gobierno nacional controló la situación. Al finalizar el paro petrolero, casi a los 63 días, las autoridades judiciales emitieron los cargos en contra de Ortega; por paralizar el sector laboral privado, sobre todo, el sector petrolero, principal fuente de ingreso del Tesoro de Venezuela.

La oposición política, que pretendía la renuncia o el derrocamiento del presidente Hugo Chávez se quedó con las ganas. Se produjeron pérdidas que Pdvsa calculó en más de 13 mil millones de dólares, lo que puso al país al borde del colapso económico. Se provocó una severa caída en la actividad económica, además de provocar el desgaste psicológico en gran parte de la población, que debió enfrentar el odio que reinó por esos días, además de la escasez de combustible y gas durante los días del sabotaje, que fue considerado como otro Golpe de Estado.

Carlos Ortega fue acusado por “presuntos daños a la nación” y por haber pedido, a través de los medios de comunicación locales, que “se dejasen de honrar el pago de los impuestos al Fisco”, entre otras sentencias como “los delitos de instigación a delinquir y rebelión civil”. También fue condenado por "uso de documento público falso", en razón de la identificación falsa que llevaba cuando fue detenido en un casino de Caracas en febrero pasado, con bigote y pelo teñido, tras perder el asilo que le había concedido Costa Rica.

Después de casi dos meses del paro que convocó Ortega junto a sus compinches, con desparpajo dijo ante los medios: “Este paro no es la de CTV, se nos fue de las manos”. Al final, no asumió ninguna responsabilidad. Días después se refugió en la embajada de Costa Rica, en donde le concedieron el asilo territorial. En agosto de 2003 estaba radicado en el país centroamericano hasta marzo del siguiente año, de donde fue echado por fanfarrón..

Un asilado guapetón

Por dar declaraciones no permitidas a su condición de refugiado, el 30 de marzo de 2004, en un comunicado el vicecanciller de Costa Rica, Vinicio Vargas, solicitó a Carlos Ortega que abandonará el país centroamericano. Las noticias señalaban: “Costa Rica revocó el asilo político que le había concedido al venezolano Carlos Ortega, opositor al presidente Hugo Chávez. (...) Resulta (esa declaración) es decididamente contraria al espíritu de la institución del asilo territorial y a los deberes de la condición de asilado", dijo el diplomático.

Al dejar Costa Rica, Ortega dijo que regresaría a Venezuela, “para encabezar un movimiento insurreccional contra Chávez”.

Pero la historia sería otra. Un año más tarde, en el 2005, Ortega fue capturado por el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) mientras jugaba Bingo en un local de Caracas, en el sector Colinas de Bello Monte, acompañado por un par de damas. Esa noche portaba cédula de identidad falsa y otro aspecto, cabello teñido de negro y unos largos bigotes, al estilo Pancho Villa. La historia de quien presumía liderazgo sindical, de oposición, quedó al descubierto. Su lucha contra el presidente Hugo Chávez la tranzó en un recinto de juegos, de convites y azar. Gran héroe para una oposición de por si desvalida.

Prisión y fuga

Después del episodio del bingo, el ex dirigente sindical fue detenido el 1 de marzo de 2005 y meses más tarde fue procesado. Ortega fue condenado a 15 años, once meses y cinco días de cárcel por "rebelión civil e instigación para delinquir", por su participación en la huelga general de 63 días contra el Gobierno nacional, como hemos referido.

No obstante, la historia de aventura de Ortega, al parecer no termina, ayer domingo 13 de agosto se fugó de la prisión militar de Ramo Verde junto a otros tres militares, según información suministrada oficialmente en rueda de prensa, por el ministro de la Defensa, Raúl Baduel.

Baduel dijo: "tomamos conocimiento de esta fuga a las 13 y 30 hora de este día, inmediatamente ordené al señor general Félix Antonio Velásquez, jefe de estado mayor del comando de la Guarnición de Caracas, quien se apersonó al Centro Nacional en compañía del general Luis Mota Domínguez comandante del regional número 5 de la GN".

Indicó que se comunicó con el Fiscal Superior, a objeto de que el Ministerio Público militar inicie una investigación en relación con los hechos.

Sobre los hechos de Ramo Verde, Baduel señaló que fue informado "de algunas actitudes hostiles de un grupo de procesados, el señor teniente coronel Carlos Luis Sánchez Vargas, comandante del destacamento 56 de la GN, fue objeto de una agresión con un objeto contundente en una de sus rodillas, y pudo constatar que un grupo de procesados con actitud hostil han estado amenazando con mas violencia. Ingresaron de manera violenta a la oficina del director del centro y causaron daños al mobiliario".

El general aseguró: "También coordinamos con la Defensoría del Pueblo a objeto de garantizar los derechos fundamentales del personal procesado. La Inspectoría general de la FAN envió un equipo inspector para verificar los detalles y abrir una investigación de los hechos".

Por su parte, el Fiscal General de la República, Isaías Rodríguez, sobre este hecho informó que “Ortega escapó junto a tres oficiales militares y quizás haya recibido ayuda de parte de algunas autoridades de la prisión”.

Rodríguez dijo: "efectivamente, en este momento no se encuentran en el seno de Ramo Verde las personas que aparecen como fugadas, específicamente el dirigente sindical de la CTV y tres oficiales", dijo. Desmintió además que la fuga se tratara de una "jugada para matarlos" y aseveró que "si los fugados se presentan ante la justicia, el Ministerio Público les garantizará su vida".

Por otro lado, el secretario general de la CTV, Manuel Cova, informó que se había comunicado con el vicepresidente de la República, José Vicente Rangel, para solicitarle “que se garantice la integridad de Ortega”.

Señaló Cova "le hemos solicitado al gobierno nacional el respeto a la vida del compañero Carlos Ortega y la garantía de que serán respetado sus derechos constitucionales", dijo el dirigente.

La prisión militar de Ramo Verde está ubicada a unos 40 Km. de la capital, Caracas, y según las autoridades, Ortega había sido recluido ahí por su propia seguridad. Por su parte, el abogado del dirigente sindical, Carlos Roa, Expresó sorpresa ante la noticia y dice tener dudas sobre la veracidad de la historia.

"A mi la experiencia me da mucho resquemor, en el sentido de que no sé si realmente lo de Carlos Ortega, pueda ser verdad, de que se fugó. Si se fugó que Dios lo proteja y tiene sus razones dentro del ejercicio y el uso de un derecho natural de todo preso político. Y si no es verdad, es la pregunta y es lo que me tiene preocupado", manifestó.

Sobre tan insospechado acontecimiento el gobierno venezolano ya ordenó el refuerzo de la seguridad en aeropuertos, puertos y embajadas, como medidas preventivas, para evitar que los fugados logren salir del país. Las otras personas que las autoridades afirman se escaparon de la referida cárcel militar son los coroneles; Darío y Jesús Farías y el capitán Rafael Ángel Farías.

CTV: sindicalismo de la corrupción

La Confederación Venezolana de Trabajadores (CTV) se creó en 1947. Una década después, luego de la salida del presidente Marcos Pérez Jiménez, en 1958, las organizaciones sindicales surgieron con el animo de las huelgas que en ese entonces exigían cambios y democracia. Por otro parte, la clase obrera era el estamento fundamental del cambio social y el sindicalismo emergente en América Latina.

Con la instauración del modelo populista en Venezuela, derivado del Pacto de Punto Fijo, la CTV pasó a ser un factor de poder, junto a las Fuerzas Armadas, la iglesia, Fedecámaras y ciertos partidos políticos. Fue parte del esquema populista y autoritario inaugurado, para exterminar la Venezuela gobernada por Pérez Jiménez en 1958.

A la CTV en aquellos años se dio la misión de “conciliar” las aspiraciones populares a través de la mediación, para alcanzar la paz laboral que en ese entonces, en el período que inicia la democracia, era necesario para lograr la gobernabilidad.

La referencia de su misión relata que lo principal era mantener pasivos a los obreros venezolanos frente a un modelo clientelar, en el cual la concesión de algunas reformas, pudiera tranquilizar las aspiraciones de los trabajadores.

Igualmente se dice que desde la cúpula de AD a la CTV se le concedió un lugar especial. Un ejemplo de ello fue la llamada “ley del hambre”, durante el gobierno de Rómulo Betancourt, cuando según “fue necesaria la reducción de los salarios de los empleados públicos” y el ente sindical, tubo que “tranquilizar a la gente”, que se dio cuenta, que por el contrario, el gobierno sí subsidiaba a los empresarios.

La CTV se enrumbó en el contexto de una economía basada en la sustitución de importaciones, en donde el Estado tenía un espacio relevante, pues aparte de la creación de la burocracia oficial evolucionó un proceso industrial, fundamentalmente dirigido desde la entidad pública. Allí los miembros de los sindicatos eran “intermediarios obligados”, tanto en el sector gubernamental, como en el privado.

La renta petrolera imprevista en las décadas de los gobiernos pasados, en cierta forma contribuyó por años a evitar mayores conflictos laborales. Se ampararon en la ley contra despidos injustificados, en las comisiones tripartitas calificadoras de la ruptura de la relación laboral, la participación de los sindicatos en los institutos autónomos y en las empresas del Estado, siempre con la apreciación de que los trabajadores eran tomados en cuenta. Ese era el devenir populista, cuyo futuro, desde entonces, se veía falso y alejado de los verdaderos intereses de los trabajadores.

En la CTV se hizo evidente la corrupción de los principales representantes de las federaciones más connotadas e integrantes del comité ejecutivo. Igualmente, fue notorio el accionar de un grupo financiero alrededor del Banco de los Trabajadores (BTV), cuando se desmanteló la corruptela de ese sector sindical.

Desprestigio, ventas de contratos colectivos y la colaboración patronal, fueron entre otras, las secuelas de un mundo sindical vendido y corrupto, que se concentro en la cúpula de la CTV. Esa es parte de la historia, de la escuela cetevista, a la cual el gobierno bolivariano no dio y nunca dará cabida.




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La fuente original de este documento es:
Venezolana de Televisión (http://www.vtv.gov.ve)



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