El Inti: tierra, comunas y socialismo

Un año se cumplió este 13 de junio desde que en Gaceta Oficial 40.187 se diera a conocer la designación hecha por el Presidente Nicolás Maduro del Ingeniero Willian Gudiño como Presidente del Instituto Nacional de Tierras, y el balance de dicha gestión, desde el movimiento campesino y comunero es un deber revolucionario ante el pueblo, ante la historia y ante la memoria del Comandante Supremo Hugo Chávez.

A la luz de esa gestión se mide también el grado de compromiso político de un equipo humano que el fragor del desafío asumido y en las circunstancias particularmente complejas del país ponen a prueba sus capacidades y vocación de servidores públicos para propiciar la concreción del Plan de la Patria y la construcción del estado comunal socialista.

Y compleja ha sido por demás esta coyuntura, luego de la desaparición física del gigante Chávez, y es allí donde cobra incalculable valor la proeza del Camarada Nicolás Maduro, a quien le ha correspondido conducir al país en escenarios que el propio Chávez advertía con aquellas sabias palabras: ?No faltarán los que traten de aprovechar coyunturas difíciles para, bueno, mantener ese empeño de la restauración del capitalismo, del neoliberalismo, para acabar con la Patria. No, no podrán, ante esta circunstancia de nuevas dificultades -del tamaño que fueren- la respuesta de todos y de todas los patriotas, los revolucionarios, los que sentimos a la Patria hasta en las vísceras como diría Augusto Mijares, es unidad, lucha, batalla y victoria.?. Y así, venciendo tormentas, seguimos avanzando con lealtad y firmeza en los objetivos trazados.

El nuevo equipo de revolucionarios y revolucionarias que asumen el reto en el INTi no han estado ajenos a tan exigente tarea, la cual pasa por derrotar a factores internos propios de un aparataje institucional aun resistente a los cambios, y factores externos aferrados a sus mezquinos anhelos de clase y en su condición de explotadores y usurpadores del beneficio colectivo de la tierra, y en medio de estos perturbadores cancerberos de un viejo estado, los gestores, los administradores de campesinos, los que valiéndose de consignas y las necesidades de un pueblo, alimentan la miseria y lesionan la esencia revolucionaria de la Ley de tierras y desarrollo rural, solo por alcanzar intereses mezquinos, grupalistas y contrarrevolucionarios.

Enfrentar esa realidad ha sido parte de la tarea que en este fugaz año de historia se cuenta, para darle más brillo a lo que para nuestro entender, desde el poder popular, constituye el germen fundamental de una gestión verdaderamente socialista, que oportunamente se puede mostrar ante las pretensiones desalentadoras de quienes descalifican al gobierno para tenderle puentes a los ataques de una derecha fascista contra la que o debe haber cuartel en este episodio crucial de la lucha de clases.

Y es que socialismo es, atendiendo al exhorto que hiciera el Comandante Chávez en ?Golpe de Timón? optar por la Comuna y dejar la nada para quienes quieren el caos, la desestabilización y el odio. Socialismo es honrar con tierra a quien la trabaja, socialismo es romper trabas burocráticas para que el pueblo acceda a la información y al servicio que le facilite su derecho a la tierra, socialismo es vincular a la tierra, el trabajo honrado del campesino y la campesina, su capacidad productiva con una formación integral de nuevo tipo y de esencia emancipadora.

Cada uno de estas pequeñas batallas, que se suman a la gran batalla que hoy libra el pueblo venezolano junto a su gobierno bolivariano por la soberanía y la suprema felicidad, tiene su concreción en la cantidad y metodogía con la que en esta gestión se ha venido honrando el derecho a la tierra a nuestro pueblo, destacando en este renglón, la adjudicación, mediante rescate, de tierra a las Comunas, un hecho inédito que marca el inicio de un proceso donde la tierra siendo de todos y todas, en un ámbito territorial donde emerge el ejercicio del autogobierno comunal, hace geminar la semilla del socialismo, socializando uno de los principales medios de producción como lo es la tierra. En cifras, para quienes se inclinan por los números, estamos hablando de de que el Inti, en el último año de gestión nos solo ha regularizado más del 32% de la superficie, de la tierra cultivable del país, si no que, desde el punto de vista cualitativo ha propiciado l fortalecimiento del poder popular, el poder productivo de un pueblo que ha entendido el llamado de su gobierno de elevar su participación en cuanto a las soluciones a su propio desafío económico.

Cuando Chávez preguntaba a sus ministros cuando le presentaban en aquel histórico Consejo de Ministros conocido como ?Golpe de Timón?, algunos proyectos, ¿?y donde están las comunas?. También entonces al entregar tierras, la misma pregunta debe salir a flote. Pues resulta que las respuestas comienzan a aflorar en la cantidad de hectáreas que las Comunas hoy están cultivando, donde más importante que la propia comuna es el espíritu de la comuna que crece cuando la producción es colectiva.

Pero esto fuera débil y volátil si, al lado de una política que pudiera desvanecerse en el reivindicativismo, no impulsamos, con la fuerza y decisión como lo ha hecho el INTi, con el auspicio del propio MAT, del MPP para la Educación Universitaria, de la Red Nacional de Comuneras y Comuneros, de instituciones revolucionarias, un proyecto que nacido de la más soberana gestión del pueblo, trasciende por su impactante alcance: La Universidad Campesina de Venezuela Argimiro Gabaldón, espacio de aprendizaje, de trabajo, de reconocimiento de los saberes ancestrales de nuestro pueblo, espacio para construir el socialismo desde las enseñanzas del Maestro Simón Rodríguez, de Pablo Freire, de Chávez, de Bolívar y Zamora, de nuestro pueblo convertido en maestro permanente. Quedará para la historia siempre fresca y vigente, el convenio que el INTi, en el entusiasmo comunero de Willian Gudiño, firmara con la Fundación por la UCVAG y la UNESUR, abriendo paso así a lo que sería publicado en Gaceta Oficial aquel 2 de mayo de 2014, el Decreto de creación de la Universidad campesina de Venezuela Argimiro Gabaldón, grito guerrillero de emancipación que germina en cada surco donde nuestros campesinos y campesinas cultivan patria.

Por todo ello, y lo que nos falta por decir y hacer, es que las organizaciones populares como Comunas, Consejos Comunales, Consejos Campesinos, Consejos de Trabajadores, reconocemos en este año de gestión revolucionaria desde el INTi un serio esfuerzo por avanzar hacia el socialismo, por cumplir con el Plan de la Patria y en la convicción de que, como dijera Argimiro Gabaldón que ?el camino es duro, pero es el camino? expresamos nuestro compromiso a seguir la lucha por vencer toda resistencia a la plena reivindicación de nuestro pueblo campesino, a elevar, mediante la crítica y la autocritica, la eficiencia y la efectividad de una acción que rescata la posibilidad de hacer confluir en fuerza creadora la acción institucional con la fuerza transformadora del poder popular, haciendo realidad, al fragor de la praxis revolucionaria aquella verdad poética que proclamara nuestro querido Aquiles Nazoa al decir que ?cuando el canto vendrá solo?



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