Agricultura un tema arisco pero necesario




El Diablo.

Mejor si pica en la pluma.

Si sabe tanto de todo

diga cuál es la república

donde el tesoro es botín

sin dificultad ninguna.

Florentino y el Diablo.

(Alberto Arvelo Torrealba)



El tema de la agricultura en Venezuela está asociado en primer momento al carácter colonial de nuestra economía y posteriormente, al neocolonialismo del periodo post independencia.

Hasta el siglo XVIII y comienzos de XIX el sistema agrícola venezolano era eminentemente básico, la agricultura de plantación era determinante, ésta es una explotación agrícola especializada en un cultivo específico, que tiene como características primordiales:

Uso extensivo de la tierra.
Producción destinada al mercado exterior o interior.
Fuerza de trabajo sometida a la esclavitud o a la servidumbre, la plantación colonial típica era la del cacao, aún cuando se pudo complementar con rubros como: algodón, tabaco, añil, caña de azúcar y el ganado, este último tuvo un gran desarrollo en los siglos XVIII y XIX.
Es preciso resaltar que el algodón y el maíz eran cultivados por los aborígenes desde épocas remotas, luego de la colonización el maíz cosechado en el conuco indígena era el cultivo más común y extendido en todo el territorio de lo que es hoy la República Bolivariana de Venezuela, sus productos eran destinados al consumo principal en todo el territorio. Por su parte, el trigo constituyó un cultivo secundario, que sólo era localizado en las laderas de la cordillera de los andes.

Cuando hablamos de la simpleza del sistema agrícola colonial venezolano es porque las actividades económicas se pueden agrupar en tres formas principales de cultivos, específicamente vinculadas a la producción del sector vegetal, pudiésemos enumerarlas de la siguiente forma:

1) Las plantaciones, cuya producción estaba destinada al mercado exterior y doméstico, dígase cacao y tabaco.

2) La agricultura derivada, que no es otra cosa que una extensión de las plantaciones, desarrolladas en hacienditas y conucos, donde se cultivaban especies como: algodón, cacao y tabaco.

3) La agricultura de subsistencia cuya producción era auto-consumida, consistió en el cultivo de rubros tales como: yuca, maíz, algunas leguminosas y tubérculos.

Estas características formaron parte de nuestra historia agrícola en estos últimos quinientos años. En el tiempo de la República el país no pudo desligarse de las ataduras coloniales, los nuevos "dueños" se apoderaron de las mejores tierras, desarrollando un régimen oligárquico basado en el latifundio como sistema o régimen de propiedad de la tierra que obstaculizaba el desarrollo de las fuerzas productivas. Se fueron profundizando las relaciones de producción y explotación latifundista, legalizando la usura y acentuando la dependencia y el empobrecimiento de grandes masas de campesinos a los cuales no les quedó más remedio que enrolarse en el ejército del pueblo soberano, liderado por Ezequiel Zamora y la revolución campesina que terminó con la República goda, pero que fue traicionada con el asesinato del líder de los campesinos federales venezolanos.

En el siglo XX las cosas no varían mucho en lo sustantivo, en el país se cambió el mono cultivo del cacao por el del café, mientras que, en lo social se desarrolló una clase campesina que en términos generales fue predominante en la estructura económico social. En su dictadura, Juan Vicente Gómez se convirtió en el mayor latifundista, ligado también a los monopolios petroleros, en una asociación terrible producto de la nueva etapa de dependencia petrolera.

En este tiempo, las falsas reformas agrarias impulsadas luego de la muerte del dictador, y posteriormente con el Pacto de Punto Fijo, no lograron detener la banca rota de la agricultura, sumándose a esto, el éxodo de grandes masas de campesinos a las ciudades ilusionados por el espejismo de la nueva era de la renta petrolera. Los campesinos pobres pasaron a conformar los cinturones de miseria que rodean las grandes ciudades, fue así como los niveles de la agricultura venezolana cayeron a estados casi irrecuperables, todo ello debido al abandono del campo.

Es sorprendente como nos toma este nuevo siglo XXI en materia agronómica, sin ni siquiera un plan de desarrollo rural integral. El mapa agroecológico del país no existe, aunque tenemos nuestros propios satélites (obra de la Revolución Bolivariana) son poco utilizados en la sistematización de la información agrícola, tan importante para la planificación.

Contamos con instituciones que deberían tener estos estudios, pero carecemos de información detallada de elementos esenciales tales como lo relativo a nuestros suelos, no tenemos una idea clara para realizar su clasificación y fijar su valor. De acuerdo a estudios de expertos, sin esta información no podemos avanzar hacia la conquista de una agricultura realmente científica.

La genética representa una nota clave en el sistema agrícola, ya que por medio de su manejo y conocimiento podríamos no sólo seleccionar las semillas y con ello mejorar las especies vegetales, sino también seleccionar embriones y cruces para mejorar las razas en animales y su rendimiento. Éstos son algunos de los fundamentos de una agricultura con la vista puesta en el futuro, que logre romper definitivamente con el atraso heredado del tiempo histórico colonial.

Para poder convertirse en un país con un desarrollo agrícola aceptable, Venezuela requiere de un gran avance en áreas perfectamente localizadas en el territorio, ellas son: las tierras localizadas a orillas del Lago de Maracaibo, sobre todo las que se encuentran al sur de éste, en las cuales es preciso dotar a la agricultura de verdaderos planes, priorizando en primer lugar, la producción granjera; también están aquellos lugares de tradición campesina como las zonas andinas, larences y algunas orientales, además de los Valles de Turimiquire, allí encontraremos verdaderos expertos en cultivar y producir todo tipo de hortalizas. Estos lugares presentan las siguientes bondades: no resultan costosos ni requieren de una alta tecnificación para producir y existe toda una infraestructura en cuanto a servicios eléctricos, carreteras, escuelas, servicios sanitarios, y poseen también una hermosa tradición en la producción de legumbres hortalizas y leguminosas.

Otra actividad agrícola que es posible desarrollar sin complejos y tomando las previsiones ecológicas necesarias es la Silvicultura: una actividad que consiste en la creación y desarrollo de selvas para la producción de celulosas. "Deberíamos tener una gran industria de celulosa y aprovechar los grandes bosques de Pino Caribe que fueron creados en los estados Sucre y Monagas" (op. cit., pag.111).

Sobre la ganadería sólo podemos decir que fue una de las actividades más exitosas durante el siglo XVIII, por lo que sería conveniente escribir un capítulo especial, al cual hay que dedicarle algo más de tiempo y que requiere una publicación aparte para esbozar algunas pinceladas sobre el problema; por ahora, dejemos que este tema tan arisco comience a ser menos pedregoso, para las nuevas oportunidades que vendrán y el país se enrumbe hacia mejores situaciones, ya que vendrán nuevas oportunidades en lo que en materia agrícola se refiere.


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Arnaldo Guédez


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