El conuco es la salvación

Hace unos 30 años mi papa decía, , "aquí lo que falta es que pase el hambre y se siente", sin embargo no aguantamos hambre en ese entonces porque él era un hombre muy trabajador, en Rio Viejo estado Guárico era conuquero y también sembraba a mediana escala, al mudarnos a Mariara, corridos del campo por las malas políticas de los adecos, mi papa se dedicó a matar cochino y ganao para venderle al pueblo, y el resto era para nosotros comer, también vendió queso en un saco que cargaba terciao al hombro, siempre nos decía que no se había robado nunca ni un topocho para criarnos, sin embargo aveces éramos inconformes; mi mama vendía corotos en el sistema que llamaban "San" , yo de niño realicé varios trabajos: heladero, obrero en una fábrica de pedales para bicicletas, buhonero, ayudante de albañilería y vendedor de empanadas, Alexander buhonero, julio también, ahí todo el mundo se dedicaba a conseguir los churupitos para aportar algo a la casa, porque cuando eso la vaina si era arrecha. Ahí en Mariara, lo primero que hizo mi papa fue mandar a Alexander y a Julio a arar la tierra a pico, escardilla y pala para hacer un pequeño conuco en una parcelita que no llegaba a los 500 metros cuadrados, es que no hace falta tanta tierra para hacer un conuco, -más chiquito es el de Ramón Mendoza en San Diego- ahí sembrábamos maíz, auyama, yuca, frijol, topocho, entre otros frutos, también había un chiquero de cochinos que criábamos con conchas de verduras, y en el patio mi mama tenía como 50 gallinas y pollos, así era fácil criar un cuadro de 10 muchachos, porque ahí no se compraban muchas cosas, con una auyama sancochada comíamos todos, ahí fue que Gino compuso el tema "Guacharaca Conuquera", mi papá Olegario se sintió aludido y le preguntó que si eso era con él.

En 1964, cuando los adecos estaban nuevos en el poder, ya Don Olegario Martínez escribía:

La Ancha Base y sus partidos

Piensan seguir engañando

Y seguir engatusando

Con sus alardes podridos

Estoy más que convencido

que para el pobre no hay nada

hoy en miseria está ahogada

la familia campesina

por todas partes hay ruinas

y gente desamparada.

Y más tarde en el año 1989, no aguantamos más el hambre y salimos a las calles a desquitarnos y saqueamos a los ricos para poder comer, los muertos de Carlos Andres Pérez en esa ocasión pasaron de tres mil, ahí fue que yo probé jamón, chuleta ahumada y queso amarillo por primera vez, mi hermano Clemente se armó con dos sacos de cemento para echar un piso que tenía en proyecto hacía años, y Alexander se llevó media res y comimos carne varios días. Pero al parecer muchos han perdido la memoria histórica o se hacen los locos, queriendo hacer ver que ahora las cosas están peor que antes. Ahorita las cosas no alcanzan porque todos compramos, y eso les duele a los egoístas que siempre habían sido dueños de todo, lo que nos falta para estar más felices es producir más.

Desde principios del siglo pasado el conuco comenzó a ser impactado por la explotación petrolera y por las escuelas y universidades, un día un profesor universitario refutando mi conducta conuquera me tildó de anacrónico diciéndome que para qué íbamos a sembrar si teníamos petróleo y dólares para comprar todo lo que quisiéramos. Con la llegada del presidente Chávez, la revolución ha querido impulsarlo, sin obtener los mejores resultados, pero al menos existe la disposición, inclusive se le dio rango constitucional, pero faltan los mecanismos para hacer una realidad la solución a todos los problemas de la patria: el conuco. Y hay que tener presente que no va a ser la siembra extensiva la que nos salvará, eso serviría sólo como paliativo a la crisis de productividad agroalimentaria y para poner más ricos a los terratenientes y la Polar; debemos ir hacia la formación de la cultura conuquera como modo de vida del venezolano. De manera que todo aquel que se sienta revolucionario debe empezar sembrando aunque sea una mata que produzca alimento, nada hacemos en las oficinas si no sembramos para poder comer, nada hacemos con teorías, la verdadera revolución es la que hace el campesino todos los días para que todos los flojos comamos. Y el gobierno debe incentivar y motivar la cultura conuquera, así como a la agricultura mediana -las grandes siembras debe hacerlas el gobierno y el pueblo juntos, no los ricos- para salir del atolladero, dándole el valor y el sitial que se merecen, tomando de una vez los mercados mayoristas que son la mejor expresión de capitalismo, que están matando la poca producción que hay, que ponen los precios a su antojo y pagan al productor lo que les da la gana, o aveces le dan un cheque sin fondo, siendo el principal problema que afronta el pequeño y mediano agricultor, y similar debe ser con todo lo que se llame producción. La mejor bandera del Socialismo que estamos construyendo debe ser el Conuco ¡todos a sembrar! es la consigna.

Orlando Nicolás Chacín

Guariqueño



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1781 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter