¿Quiénes son los campesinos?

La palabra campesinos deviene de campo, por lo tanto puede deducirse como referente a todos lo que habitan en el campo, pero este es un concepto tan general que dice mucho y poco a la vez y por el contrario puede servir –y a nuestro modo de ver ha servido- para enmascarar realidades más profundas.

¿A qué sector social pertenecen los que viven el campo?: Existe una gran mayoría de hombre humildes, conuqueros, obreros asalariados del campo y otra minoría de medianos y grandes propietarios, que si bien hasta hace un siglo atrás compartían con la grandes mayorías algunas costumbres y elementos culturales, hoy más que ayer son profundas las diferencias, más cuando las mayoría de estos ya no habitan en la zona rural sino que dirigen sus propiedades desde los grandes centros urbanos. Al hablar de campesinos se enmascara estas desigualdades en la estratificación social, así como las deformaciones e injusticias en el modo de producción agrícola: desde la propiedad latifundista de la tierra, las relaciones laborales y el marginamiento de esta población a los beneficios de los servicios públicos, como la educación, la salud, la justicia.

Así como en otros trabajos hemos hecho criticas a esa división de extractos sociales como si fueran tallas de camisas (extractos a a, b, c, d, etc.) que responde mas a una perspectiva publicitaria – periodísticas que a una estratificación científica, lo mismo debemos decir del campesinado, que si no es ubicado dentro de una clase social y dentro de una historia étnica se cae en el vacío antes señalado. Por un lado el campesino forma parte de la clase trabajadora, explotada y marginada en el proceso productivo y ajena a la propiedad y doblemente explotado por las redes comerciales y doblemente marginados por que su condición lo aleja de las posibilidades de disfrutar de los servicios públicos y sociales, que aun con dificultades pueden gozar los trabajadores de las ciudades.

Al igual como ocurre con el concepto de cultura popular-que dice mucho y nada a la vez- que pretende hablar de la cultura masiva cuando en la mayoría de los casos representa una cultura de carácter subversiva y protestataria de una sociedad determinada, igual sucede con el término campesino, los cuales en realidad son en su mayoría los descendientes de indígenas y población negra, la cual muchas veces damos por desaparecidas o solo la restringimos a ciertas geografías del país (negros en los valles del Tuy y Barlovento e indios en Perijá y el Amazonas) cuando en realidad están esparcidos y siguen latentes en eso que llamamos campesinos.

En ellos están mucho de las victimas del genocidio y la explotación, en las marginadas y despreciadas culturas indígenas y negroides, que no es una clase social por si sola, con parámetros definidos ni tampoco es fácilmente definible como clase trabajadora ya que muchos de ellos aun conservan sus pequeñas propiedades y conucos. Esto los hace ser victimas más fáciles para quienes hablan en nombre de ellos, quienes los describen como personas desconfiadas, recelosas, con prejuicios, profundamente místicos y religiosos y al mismo tiempo, paradójicamente envidiados por una la supuesta felicidad de la vida en el campo a diferencia de la trajinada vida citadina.

Por ello creemos que la reivindicación del campesinado y de los extractos étnicos y sociales que lo conforman no solo están en la necesaria y obligatoria distribución de la tierra y en el apoyo técnico y económico, sino también en su reivindicación histórica y cultural, en su acceso a los servicios públicos (educación, salud, vivienda) pero sobre todo en el conocerse y reconocerse como sectores sociales y étnicos fundamentales en la construcción de la nacionalidad.


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Pedro Rodríguez Rojas


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