Con pocos liderazgos profesorales y estudiantiles libres de injerencia o influencia partidista (tal como consta en medios de comunicación y redes sociales), opera el fraude a la buena fe de cientos de jóvenes inocentes que dan su voto con la ilusión de un proyecto estrictamente universitario.
Sólo mediante una nueva legislación que equipare el voto estudiantil y el profesoral, habrá un salto cualitativo en la conciencia de los estudiantes para que ejerzan radicalmente su poder transformador y dejen atrás la fantasía del “apoliticismo universitario” que históricamente ha favorecido a las élites academicistas.
A nivel de la nación, las pugnas sociales hacen que las masas busquen alternativas políticas de transformación, aun cuando haya países donde temporalmente no se vea una opción revolucionaria. En Venezuela esa opción existe y por ello en 2012 el pueblo ratificará el actual proceso de inclusión social, ya que a diferencia de los reductos de la burguesía (cuya liberación sigue pendiente), en la nación prevalece una mayoría universal que posee una conciencia superior.
(*) Constitucionalista. Profesor universitario.
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