Y hablando de la UBV en continua transformación

¿Aprendizaje por proyecto?

“La América Española es original —originales han de ser sus Instituciones y su Gobierno— y originales los medios de fundar uno y otro. O inventamos o erramos”. 1
"Nadie educa a nadie, ni nadie aprende solo, los hombres (y mujeres) aprendemos mediatizados por el mundo". 2

Comenzaré con una sencilla reflexión. Siempre he creído que valen más un puñado de seres humanos con mucha sabiduría y sensibilidad social para crear una sociedad justa, que un “científico” con todo el conocimiento académico posible para realizar la misma labor. Quizás es exagerado, sin embargo, la etapa histórica que hasta ahora hemos vivido intensamente, la Revolución socio-política Bolivariana, nos ha permitido la oportunidad de experimentar posiciones yuxtapuestas que, en un ejercicio de pensamiento crítico, nos da la oportunidad de analizar la realidad desde otra perspectiva, la real, la humana.

Educar
La educación (del vocablo latino educir, que significa sacar, encaminar), como hecho humano y social, parte inicialmente de los procesos de interacción que se gestan en el seno de la comunidad más importante llamada “familia”. Si analizamos el origen etimológico de la palabra comunidad, nos encontramos con que está relacionada con el vocablo latino comunnitattis, que significa espíritu de colectivo es decir que, no siendo privativamente de ninguno, pertenece o se extiende a varios3. En consecuencia, la familiar entendida como una comunidad donde privan los valores unitarios y colectivos, es quien de manera primigenia, inicia al ser humano en sus primeros procesos de aprendizaje y de consolidación de valores fundamentales de amor y respeto por el otro(a), por sus orígenes y tradiciones. Serán los “adult@s” quienes desde su interacción con el niño o la niña contribuirán a la labor emancipadora, liberadora, no-reproductora de las miserias y en consecuencia forjarán un ser crític@ y creativ@, capaz de tomar decisiones inherentes a su propio destino con sentido de pertenencia a su entorno geográfico y humano.

Esto es tan cierto que, con solo hacer un pequeño ejercicio reflexivo acerca de los pasajes más importantes de nuestra infancia, comenzamos a comprender ciertas tendencias, conductas, gustos, creencias y práctica o tradiciones de nuestra vida cotidiana. Esto se debe a que la base fundamental que da forma al ser humano, es la niñez.

Siendo esta realidad ineludible y común para todos y todas, entonces es definitivamente cierto que la niñez es la etapa más importante de la vida del ser humano, es allí donde se comienzan a tejer los primeros valores (o antivalores), creencias, tradiciones, sentimientos en fin, el niño o la niña inicia su llenado de vida con experiencias propias y ajenas, entonces la lógica del nuevo sistema educativo venezolano, está apuntando a la formación de una nueva estructura social desde el grupo humano más importantes y en donde se tallan los futuros hombres y mujeres: los niños(as) de la educación endógena primera, el “Plan Simoncito”.

Sin embargo, este proceso está obviamente influenciado no solo por la comunidad, el estado, las instituciones educativas y la familia como tal, sino también por el medio o contexto. Así, dentro –estrictamente- del seno del hogar por ejemplo, el medio más poderoso de penetración y aculturamiento es el “mago con la cara de vidrio”. El televisor, éste ha sido uno de los instrumentos favoritos del sistema hegemónico para idiotizar y manipular a la población y decretar la muerte cultural de cualquier pueblo. Es precisamente aquí donde pudiésemos detenernos y dar cuenta del proceso novedoso y único que hemos estado viviendo, que tiene diversos matices. La Revolución Bolivariana entra, esencialmente, a replantear el uso de los diversos instrumentos y espacios que se encuentran a nuestro alcance como el televisor. El Estado a través de sus políticas socio-educativas está revolucionando su programación y la red de información, tratando de convertir este, hasta ahora enemigo de nuestra cultura, en un aliado al servicio de nuestras expresiones autóctonas y del sistema educativo en general y en fin del proceso de transformación socio-político que hemos estado viviendo en este inicio de tercer milenio.

Pero, volviendo al tema que nos ocupa, luego de transcurrida, cronológicamente hablando la niñez, en ese proceso de crecimiento en todos los sentidos, orgánico, social, cultural, educativo y político, se presenta otro de los momentos trascendentales del ser humano, la adolescencia. Aquí es donde presento mi visión del nudo gordiano del nuevo modelo educativo necesario para consolidar la Revolución Bolivariana. Se evidencia el asunto entre la pedagogía y la andragogía y más aún, de lo que debería ser el Aprendizaje por proyecto, como el proceso sistematizado y humano de formación con las comunidades desde una perspectiva particular.

La adolescencia es, más de las veces, uno de los momentos más complicados de la especie humana, es una suerte de estallido orgánico, psíquico y social, donde se desatan nuevas sensaciones, sentimientos y experiencias. Una de las situaciones más cuestionadas es la relación entre padres/madres e hij@s, la relación de poder familiar; todos y todas hemos pasado por allí, desde sentir la plenitud y dominio de nuestra sexualidad como potenciales procreadoras (es), hasta la certeza de una “presunta” liberación, “ya soy adult@ y puedo hacer lo que me dé la gana”. Siempre me he preguntado: ¿Por qué la adolescencia es una etapa que siempre ha estado tan vinculada a un sentido libertario de vida?. Y luego de reflexionarlo he llegado a la conclusión, que se debe al sencillo hecho de que durante el período previo al desarrollo humano, la niñez, hemos estado subsumid@s a los atavismos y visiones convencionales de la imposición por parte de los adultos de límites y normas y, más aún, el consecuente castigo de incumplirse alguna de ellas o de hacer las cosas de forma no convencional. En fin, la adolescencia pareciera representar el quiebre de un paradigma y surgimiento urgente de otro.

La relación dentro de la especie humana, parte de la lógica de la dominación inconsciente o no, gestada en las fases o momentos que atraviesen los subgrupos que la componen, es así como los adultos moldean, forman y dan carácter y roles de niña a las niñas y de niño a los niños. El asunto de la educación entonces, pasa a confirmarse como un hecho humano y social de suma importancia para comprender nuestro presente y vivir nuestro futuro libertad@s del pensamiento único y del sistema hegemónico.

Pedagogía – niñez

La pedagogía, según su origen etimológico, deviene de la composición de diversos vocablos griegos: pais, que significa niños(as); ago conducir y paidagogos, que significa “niñero(a)”. La palabra compuesta, describía una realidad social en Grecia, obviamente, ajena culturalmente hablando a la nuestra. El término describe a un mentor (a) que debía conducir y cuidar al niñ@ en sus primeros años de vida. Hasta ahora, sin ánimos de ser una experta en el asunto, sino de emitir una opinión, la pedagogía como ciencia de la educación, ha devenido en un proceso interesante de Re-evolución, es decir, ha transformado su sentido y significado en función de las particularidades del contexto socio-político actual pues es innegable que la educación, como expresión operativa de la ciencia denominada Pedagogía, siempre guarda su sesgo político, debido a esta razón se pueden tener enfoques educativos castradores e inhibidores de la capacidad creativa de la persona, así como, opresores de la condición humana al legitimar a través de la relación educador(a)-educando(a) la sumisión de unos con otros, sin discusión alguna, lo que Freire llamó la educación bancaria. Esta visión o enfoque del proceso educativo, de desarrollo cognitivo, sensible, social, político y cultural del pueblo se queda corta y no se adapta al proceso de transformación que estamos atravesando, pues el contexto histórico está reclamando la invención de nuevos caminos para llegar a la esencia de la educación de las mayorías, que sea incluyente, social y humana, permitiendo la posibilidad de que el otro o la otra crezca con el diario crear. Pariendo la nueva estructura social, política y económica con un verdadero sentido de igualdad y equidad.

Esta Ciencia (pedagogía) está ligada a la visión adulto – niñ@, como si la infancia fuese una etapa de “invalidez mental y motora”, en la que no se puede pensar o actuar sin las muletas del adulto formador. Todo el proceso educativo del ser humano, va quedando supeditado a los intereses de formación que tenga el sistema filosófico, económico y socio-político vigente.

Andragogía
¿Educación para adultos o educación para el reconocimiento del otro(a) “adulto” o no?
Facilitador(a): “Sí, me involucro con el otro o la otra”

La Andragogía es una ciencia negada, pues parte del supuesto del reconocimiento de saberes y experiencias de vida. El hecho en sí mismo de ser una ciencia negada la hace innovadora y atractiva para l@s que creemos en una forma diferente de enseñanza-aprendizaje, pues se fundamenta en un proceso formativo y de aprendizaje a partir del reconocimiento del educando in situ, sin imposiciones ni normas castradoras o adaptadoras sino, bajo el establecimiento de pactos o negociaciones de mutuo respeto entre éste y el facilitador(a) del proceso, involucrándose el un@ con el otr@, así como con la comunidad. En fin, el facilitador o facilitadora dejará entrever al estudiante que llegará tan lejos como su voluntad y deseo de superación se los permitan. Debe contar además con la dialogicidad como principio universal de interacción, acción y reflexión juntos, como diría Freire, teoría y práctica fundidos en el quehacer diario y cotidiano de los involucrados (as).

El fondo filosófico de este enfoque, parte del reconocimiento del ser humano como elemento motor y transformador de toda su existencia, no sólo a partir de la adultez, sino que reconoce en el niñ@ todas las potencialidades existentes. No deseo que se haga de este comentario un cliché antropocéntrico, pero creo en la fuerza creadora –como dijo el poeta Aquiles Nazoa- no solo de mi pueblo sino, de cada particularidad que lo conforma. Es un proceso sinérgico.

Uno de los componentes esenciales, en mi opinión, del proceso de enseñanza bajo este nuevo enfoque se encuentra en la posibilidad cierta de compartir subjetivamente, humanamente con el otr@, a reconocernos en ese espejo, ver fortalezas más que debilidades y trabajar las debilidades en conjunto, con un valor fundamental dentro de las relaciones humanas, el amor. El concepto de amor supraterrenal, que va mas allá de lo ideal, físico y material, trasciende las miserias humanas que desata el individualismo, este amor es mágico. Se logran transformaciones sublimes que desde otras vías serían imposibles de lograr.

La formación pedagógica aristotélica, racional-objetivista, que se le brinda a los y las profesionales durante su proceso educativo desde la educación básica hasta la universitaria, va impidiendo de manera progresiva que el “futuro profesional” se involucre con el otr@, pues “pierde objetividad y no es científico” e implanta en el inconsciente del ser la “normalidad” de la lógica de dominación mediante la relación maestr@-alumn@, educador@-educand@. El o la docente tiene la verdad absoluta, no se discute y además va cultivando en la población en formación, una suerte de aspiración clasista a alcanzar ese mismo grado cognitivo, pero con el fin último de ir buscando la obtención a toda costa de lo que simbólicamente representa el cambio de status, en este caso el conocimiento es el boleto. Ni hablemos del desarraigo que este enfoque impone. L@s profesionales, por lo general, terminan mudándose del barrio donde construyeron sus vidas.

La andragogía en cuanto a ciencia diferente de la educación puede pretender reconocer en las comunidades unas universidades. Es allí, en esas comunidades-universidades, donde se deberá reflejar el proceso de transformación a partir del principio de dialogicidad-liberadora explicado por Paulo Freire.

Por su parte, el Aprendizaje por Proyecto, como método, sería el proceso sistematizado, no estandarizado de puesta en práctica de esa visión diferente de enseñanza – aprendizaje. No cuenta con una precisión conceptual pues está ceñida a la realidad del grupo con el cual se acciona. Es sistematizado, porque parte de la posibilidad de ir recogiendo la información a través de diversos mecanismos para la posterior evaluación y, además para así medir el impacto social del proceso. Este método se nutre de la experiencia de vida, humana, social e ideológica en el cual se fundamente el proyecto, sin desconocer el necesario conocimiento formal. La posibilidad cierta de reconocerse en la comunidad es posible a través de, la revisión de relatos de vida y biografías, como parte de la cultura etnográfica (ver Ana María Rusque4), sin embargo, hay que trabajar con mucho cuidado este tipo de experiencias pues se pueden abrir procesos internos y el facilitador (a) debe tener la pericia para poder manejar cualquier situación crítica que se genere como consecuencia de un ejercicio biográfico o autobiográfico.

En particular, desde mi experiencia, he podido ver procesos de transformaciones sociales en mis estudiantes5 a partir de la relación de reconocimiento, respeto, consideración y amor. He entendido que la Andragogía como ciencia diferente de la educación y tal como la conocemos, no puede ser aplicada como un método científico rígido pues, sería caer en la fatalidad de desconocer las particularidades y subjetividades de los seres humanos, considero que la etapa de transición entre la adolescencia y la adultez es tan complicada como la transición entre la niñez y la adolescencia. En este sentido todo facilitador(a), docente o guía, deberá considerar el perfil del grupo no en términos numéricos sino desde lo social, desde su individualidad como ser humano, hasta su entorno íntimo familiar y comunitario.

El método APP como parte de la visión andragógica de la educación, deberá fundamentarse en la posibilidad de hacer de las comunidades las Universidades, involucrar a todos en esa creación colectiva de un proyecto socio-comunitario. Considerando principalmente la necesidad de inmiscuirse con el otr@, no de imponer criterios para la creación de proyectos, sino de proponer opciones que propendan al mejoramiento de la calidad de vida y elevación de la conciencia liberada y no oprimida de la gente. Todo en perfecta articulación con las políticas de estado.

Método: Aprendizaje por proyecto colectivo
Tanto facilitador o docente, comunidad y estudiantes que también son comunidad deben:
Reconocimiento del otro(a)
Autoreconocimiento (biografía)
Rescate de valores fundamentales: Solidaridad, amor y sentido de arraigo, sentido patrio
Rechazo de la miseria humana (hipocresía, odio, intriga, segregacionismo, exclusión, etc)
Recuperación de memoria histórica (individual y colectiva)
Compartir los conocimientos y saberes aprehendidos
Capacidad para motivar y no para castrar
Estimular permanentemente las potencialidades del otro(a)
Involucrarse con el otro(a)
Reconocerse en colectivo
Respetar la dinámica cotidiana propia de las comunidades
Impulsar procesos evaluativos y de monitoreo permanente
No crear falsas expectativas en la comunidad, ni con los estudiantes
Disponibilidad para aceptar que estamos en permanente proceso de aprendizaje.
Disposición para llegar a acuerdos con el otro (a)
SER HUMILDES DESDE EL DISCURSO Y EN LA ACCIÓN



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