La mentira ha sido siempre una manifestación reactiva y de defensa de los humanos ante una amenaza u hostilidad, desde la más inocente hasta aquella que se usa como herramienta o arma de guerra. En la sociedad contemporánea se ha develado la más amplia variedad de formas de meter embustes, llegándose a las mentiras más sofisticadas, aquellas que son imperceptibles debido al avance de la tecnología mediática.

En una breve visita a la taxonomía de las falsedades, podremos encontrarnos con mentiras que van desde las más ingenuas  y/o  piadosas, hasta el extremo brutal de las mentiras de cuello blancoel Premio Nobel de la Paz, la del bancario estafador, el activista traficante, la del comerciante que acapara y revende, el político criminal y su variante el criminal político, el profesor que incita a sus muchachos a derramar la sangre por la patria. Dentro de estas elevadas categorizaciones  encontraremos precisamente las más refinadas, las mentiras del engaño mediático, las que hoy hacen estragos en el mundo entero (Irak, Afganistán, Libia, Siria Ucrania), o aquellas bien bizarras como cuando Bush afirmaba que en Irak habían «cadáveres de madres arropando a sus niños muertos».

Otra categoría de mentira procede de los dogmas y religiones, con cuentos ingenuos y piadosos, de terror o miedo, con mitos y leyendas que encantan a niños y adultos, pero que han contribuido a la creación y sostén de terribles sistemas de oprobio. No menos  grave, las fabulas y embustes inoculados desde instituciones educativas, adoctrinando a muchas generaciones con la historia de la Conquista y Colonización en la que se invisibiliza el genocidio cometido en nuestra América indígena,  o enseñándonos como modelo de Democracia aquél sistema corrupto que durante 40 años persiguió, torturó, asesinó o desapareció a sus oponentes. La  falsificación de hechos, ficción, patraña y hasta calumnias, alcanzan hoy su clímax, cuando, tomando como pretexto la Educación, los opositores arremeten contra el proceso profundamente humanístico y democrático que hoy vivimos los venezolanos, para tildarlo de dictadura. Visto así, lo que hacen supuestos estudiantes salidos especialmente de universidades privadas, junto a paracos y otros delincuentes, quemando libros, pupitres y edificaciones educativas, solo refleja que el adoctrinamiento cargado de mentiras ha tenido su indiscutible resultado. Acá vemos como una y muchas mentiras repetidas ad nauseam   se convierten en manifestación de bárbaros incendiarios que no tienen la más peregrina idea de qué significa una reflexión, un libro o un debate de ideas. Bien vale para ellos revivirles aquella célebre frase del ministro Cárdenas durante el segundo gobierno de Caldera cuando valientemente afirmó:  la educación en Venezuela es un fraude. Hoy podemos afirmar sin ninguna duda que: La educación privada en Venezuela ha sido un fraude.  Efectivamente,  han engañado a sus estudiantes, los han adoctrinado y encima, les han timado su dinero.

Lo que Venezuela hoy se juega no es poca cosa. Reafirmar la voluntad popular por una Educación Liberadora (Freyre) o permitir que un grupo selecto de falangistas nos retrotraiga con su modelo educativo a tiempos de clausura. Veámoslo en el siguiente discurso:

 La educación debe ser igual pero separada (una frase poco popular, pero muy cierta). Los hijos de familias pudientes, llamados a ir a las universidades y, más tarde, tomar las riendas de empresas, negocios, ejercer las profesiones libres y ocupar los cargos más altos de la administración pública, deben ser educados para alcanzar estos fines y asumir su responsabilidad social de la forma más responsable y cristiana. Los niños que, por su origen socioeconómico, tienen desventajas, deben ser educados en el respeto hacia la autoridad, en la diligencia, en la modestia y, sobre todo en el mensaje cristiano del amor. Monseñor Urosa Sabino Arzobispo de Caracas.[i]  A este respecto se recomienda ver el siguiente video sobre el Opus Dei: https://www.youtube.com/watch?v=AkWj0PUFEzo

Afirmar temerariamente que existen seres predestinados para mandar y otros para obedecer  es la más grande de las mentiras que haya inventado en la historia de la humanidad.  Es demasiado obvio que los dogmas que manejan el Sr. Urosa y sus acólitos  provienen de los tiempos de la Colonia, por lo que urge una reforma educativa al interior de universidades católicas y privadas en general. Es oportuno el momento para que lo hagan, siguiendo el ejemplo de la Consulta Nacional por la Calidad Educativa, a la que hoy estamos abocados todos los venezolanos. La diferencia entre una y otra enseñanza, la dogmática y la liberadora fue perfectamente descrita por Simón Rodríguez en su sabia afirmación: "Enseñen (a) los niños a ser preguntones, para que, pidiendo el porqué de lo que se les mande hacer; se acostumbren a obedecer a la razón, no a la autoridad como los limitados, no a la costumbre como los estúpidos"

alcidesrivas@gmail.com

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