Tiempo para desintoxicar

No solemos escribir especulaciones porque nos lo enseñaron en casa, al recibir esa amorosa orientación con la que nuestros padres comenzaron a formar nuestra personalidad; luego en el Fermín Toro aprendimos a ver otras realidades, posteriormente aprendimos a reflexionar críticamente en el Centro de Orientación Pedagógica “Andrés Eloy Blanco” y a profundizar la conciencia mucho mas en la otrora Casa que vence las sombras, es decir la UCV.
Dicho en pocas palabras, no es fácil para nosotros entrarle a la mentira, porque es algo que la misma mente y el espíritu lo rechazan y si bien alguien nos puede repetir una y otra vez un chisme, siempre vamos a la misma respuesta:

-Lo lamento, no puedo decir eso porque yo no lo he presenciado, no tengo pruebas y en consecuencia, no voy a repetir algo que otros dicen sin base alguna.

Esa es la parte importante de la profesión del periodista, de limitarse con exclusiva honradez al ejercicio de la verdad, bien sea al escribir una cuartilla con una noticia o al deleitarse profundizando con la escritura de un reportaje, una crónica, una buena reseña o como algunos colegas suelen decir, una nota de color.

Cuando incursionamos en una escritura mucho mas profunda, ensayamos, nos inclinamos por el cuento o por esa suprema e imaginativa literatura que caracterizan a la poesía, la novela, la narrativa, entonces entramos en ese otro mundo de la creación que viene de las profundidades del espíritu, la mente, los sueños.

Por eso es que vemos al hecho de la manipulación como un acto altamente criminal, dirigido a torcer el pensamiento y los espíritus de los seres humanos. Manipular es un maltrato que las mentes perversas le hacen a las almas sencillas, obligándolas a contraer enfermedades nada fáciles de revertir, porque, ¿alguien tiene a la mano la receta para desaparecer el odio de las personas envenenadas?

Es preocupante, cierto, saber que todavía tenemos por allí un cierto contingente de personas que están mentalmente maltratadas. Eso lo vimos a comienzos de 2014, cuando los videos nos mostraron unas conductas malsanas que ocasionaron daño a muchas personas, después que una persona -que aún continúa vendiéndose como dirigente político- pulverizó la honestidad del tiempo para instigar a sus seguidores para que expresaran su arrechera en las calles.

Estamos obligados -no sabemos como- a buscar el necesario remedio para tratar de desintoxicar los espíritus y las mentes de esos venezolanos que fueron vilmente dañados por otros que continúan insistiendo en decirse venezolanos, pero que nada tienen que ver con el país, sino con el dinero.

Lee el siguiente blog: wwwpertinentes.blogspot.com (Premio Aníbal Nazoa/2010) Mención Opinión)


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Pedro Estacio


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