En la Universidad Nacional Abierta “el vil egoísmo otra vez triunfó”

Realmente las comunidades universitarias de las universidades que eligen sus autoridades (5 denominadas “autónomas” y 6 experimentales) vienen sufriendo del abandono institucional. O sea, las instituciones del estado que deben hacer justicia hacia esas comunidades han venido permitiendo que autoridades con períodos vencidos  desde hace años sigan oponiéndose a los procesos de democratización verdadera de las mismas, usando subterfugios jurídicos para mantenerse en sus cargos a costa de lo que sea.

Asì lo reflejan varios casos, pero el caso de la UNA es uno de los más patéticos donde se violan todos los reglamentos, leyes y la propia Constituciòn de la Repùblica Bolivariana de Venezuela, mientras los poderes públicos (TSJ, AN, MPPEUCT) permiten que ello ocurra en un manto de total impunidad. Esas autoridades se dan el lujo de retar permanentemente al estado como un todo, erigiéndose como un “supraestado” contra el cual la institucionalidad venezolana no ha tenido la voluntad política para imponer la legalidad infringida desde hace 5 años.

En la Universidad Nacional Abierta se iban a realizar las elecciones para autoridades el 23 de febrero del año 2.010. Sin embargo dichas elecciones se realizarìan violando lo establecido en el artículo 34,3 de la Ley Orgánica de Educaciòn que estipula que la comunidad universitaria, integrada por profesores, estudiantes, empleados,  obreros y egresados elegirán a las autoridades con el voto en igualdad de condiciones de sus derechos políticos. Dichas elecciones fueron suspendidas por una decisión de la Sala Electoral y luego, en sentencia firme del  24 de noviembre de 2012  decide:“Se ORDENA al Rector de la Universidad Nacional Abierta, que en un lapso perentorio que no podrá exceder de quince (15) días hábiles de la Universidad, contados a partir de la notificación del presente fallo, proceda a convocar al Consejo Superior para que ese órgano colegiado reforme y publique el Reglamento, a fin de ajustar su contenido a las disposiciones de la vigente Ley Orgánica de Educación y a las consideraciones expuestas por esta Sala Electoral ut supra”

Ante ello el año pasado el Consejo Superior de la UNA, cumpliendo el  mandato de la Sala Electoral, reformó y publicó el Reglamento ajustándose a lo dispuesto en la LOE y se convocó a las elecciones en dicha universidad. Pero usando los vericuetos y resquicios que permite nuestro ordenamiento jurídico, se volvió a truncar la legalidad en esa universidad cuando tres personas impugnaron el Reglamento y de nuevo la Sala Electora, contradiciéndose a sì misma, suspende de nuevo las elecciones, sometiendo a la comunidad universitaria a los desmanes que las autoridades de dicha universidad vienen cometiendo desde hace años, por lo cual hay una investigación abierta en el Consejo Nacional de Universidades que tampoco termina de decidir què hacer en ese caso.

Por ello afirmamos que, lamentablemente, en el caso de la UNA, como dice nuestro himno nacional y que tan elocuentemente canta nuestro Comandante Eterno Hugo Chàvez: “El vil egoísmo otra vez triunfò.

La lucha debe seguir en la UNA y en el resto de universidades para lograr la transformación que requieren esas universidades para ponerlas al servicio de la sociedad venezolana y no de grupo, parcelas o clanes familiares y grupales.

La comunidad universitaria espera que el estado reaccione.

 

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Andreina Alzuru


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