¿Universidades para qué?

Mucho más allá de la certificación de títulos, de licenciar gente para ejercer alguna profesión, el sistema de educación universitaria, tiene amplias, complejas y diversas corresponsabilidades con la sociedad. Sin ir muy lejos, al menos desde sus, así llamadas, funciones sustantivas universitarias, la docencia, la investigación y la vinculación comunitaria.

En el estado Falcón, un colectivo de docentes, trabajadores y estudiantes, de distintas Instituciones de Educación Universitaria, venimos debatiendo en torno al tema, buscando aportar con ideas y acciones a la redimensión que debe dársele al sistema educativo universitario, para proponer metódicas de como este sistema sea de mayor utilidad a las comunidades organizadas y comprometidas con la regeneración social, desde el proyecto país venezolano, en lo concreto. Nos preguntamos por ejemplo, respecto a un caso muy puntual que hizo estragos en la población, el virus del “hombre encorvado” mejor conocido como la chikungunya ¿qué hicieron las universidades? Para no generalizar, en nuestro estado ¿por qué las universidades no emitieron al menos declaraciones explicativas acerca de lo que es la enfermedad y lo que implica? Es que acaso ¿la situación no tenía que ver con ellas (las universidades) como instituciones que deben propiciar la investigación para viabilizar soluciones a los problemas que aquejan a la población? O como casi siempre pensamos “eso no es con nosotros” o “vaya a preguntar en otro lado”. Lo decimos más allá de lo que particulares pudieron haber hecho. Institucionalmente percibimos se hizo muy poco o nada.

De igual forma con la crisis estructural que atraviesa nuestro país, la cual consideramos es principalmente producto de la hegemonía capitalista y décadas de cultura rentista, entiéndase devenida de la dependencia de la renta petrolera. Somos un país trabajador, que madruga y se esfuerza para echar adelante, pero aún tenemos alta dependencia de los puertos, altísima dependencia científica y tecnológica que las Instituciones de Educación Universitaria deben contribuir a superar. Decimos de paso, que la vía principal a transitar para que la mayoría de los dueños de los fundamentales medios de producción, deje de someternos a “las colas” que deforman, distorsionan y amarañan la economía, es produciendo lo que necesitamos consumir. Meta nada fácil de alcanzar, pero debe ser la meta que debemos asumir con rotundidad ¿Y cuál es el problema con ello? Si nos hemos demostrado  ser pueblo que supera el tamaño del reto.

Y las Instituciones de Educación Universitaria deben asumir su corresponsabilidad. No se trata únicamente de formar, entrenar o adiestrar profesionales, lo cual sabemos es importante también y nuestro país, instituciones como INCES se dedica a ello. El sistema educativo universitario además, debe coadyuvar, desde cada clase, seminario, taller, desde cada colectivo, cada escuela, liceo, academia, desde cada actividad a que produzcamos lo que necesitamos consumir, a generar la cultura que abra una cosmovisión para liberarnos y emanciparnos desde nuestra conciencia individual, desde lo comunitario, desde lo social.

Para qué las universidades sino contribuyen a transitar las grandes preguntas, invenciones, problemas, desde el seno de una comunidad hasta la totalidad nacional y viceversa. Debemos volcarnos con la más profunda pasión a la producción de conocimientos, creación y sistematización de saberes, a la construcción de un modelo científico – investigativo que de luz a una nueva cultura.

Hemos logrado cosas inalcanzables, lamentablemente, para otros pueblos. Claro que sí. En cerca de 10 años, gracias a la fuerza, al amor del Comandante Chávez y el pueblo que lo sigue, superamos la privatización que se venía dando con la educación universitaria y, pasamos al quinto lugar en el planeta y el segundo en Latinoamérica, con matrícula en este nivel educativo. Logramos la inclusión y democratización de la posibilidad de ingresar al sistema. En sólo 10 años, hemos graduado miles y miles de profesionales en distintos campos. Maravilloso, sí.

Pero debemos dar el siguiente salto y entre otras cosas, superar el “docentismo” y el “profesionalismo”. No es suficiente con meternos en aulas (¿jaulas?) con un pizarrón a dar clases, lo cual se estima es actualmente el 90% de lo que se hace en el sistema educativo universitario. Produzcamos nuevas perspectivas y por qué no, paradigmas. Nuevas perspectivas de investigación, metódicas para producir y sistematizar saberes y conocimientos, de enseñar, de aprender, de ser desde, con y para las comunidades y el logro realmente verdadero de la praxis del Poder Popular, lo cual, como lo establece el proyecto país de nuestro Plan de la Patria, es la única vía para la construcción del Socialismo Bolivariano de la Venezuela del siglo XXI. Vaya que tenemos tareas pendientes, asumamos nuestra corresponsabilidad.

*LICENCIADO EN EDUCACIÓN PARA EL DESARROLLO CULTURAL / MAGISTER EN DOCENCIA PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA / DOCTORANTE EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN EN UNERMB CORO

@joserangelso

 

joserangelaso@gmail.com

 



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