Esta semana, jueves, los gremios universitarios marchan o se concentran en los alrededores del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria Ciencia y Tecnología, (diario El Impulso, Barquisimeto, 26 de mayo de 2015; El Nacional, Caracas, 26/o5/ 2015). Y sueltan que si no obtienen una respuesta positiva en las peticiones de aumento salarial con la instalación de las mesas de la II Convención de los Trabajadores Universitarios el viernes 29 de mayo, el lunes que viene se irían a paro; primeros escalonados y luego indefinido.
No se puede negar que muchos apoyan esa acción gremial conducida por la FAPUV, sobre todo aquellas que propician el diálogo entre las partes, patrono y gremios, con los voceros de las federaciones, ya que la inflación dolorosamente ha devorado los sueldos y salarios. Lo que no se entiende es por qué se tienen que convocar a paros escalonados y hasta indefinidos, ¿Qué no se ha entrado ya en el diálogo? ¿Hay retrasos en ese proceso? ¿O es que acaso el Gobierno bolivariano está negado de plano a discutir? ¿Será que FAPUV quiere un paro corto o largo ahí, como se dice, para no irse en blanco? ¿Quiere que les aprueben esa curiosa tabla de aumento salarial que pusieron a circular por las redes sociales que de tan demagógica al mismo Capriles en Miranda o Falcón en Lara, donde estos sujetos desgobiernan, les daría un soponcio y caerían como Condorito?
Igualmente, los rectores de las universidades autónomas, principalmente, (¿cuándo no?) rechazan una de las líneas fundamentales de la política estudiantil de la revolución: la asignación de los cupos por la OPSU en un 100 % y argumentan que ese sistema novedoso dizque viola la Constitución de la República de Venezuela (1999) en su artículo 109 que consagra la autonomía universitaria, además de violar también el artículo 26 de la Ley de Universidades (1970) acerca de que son los Consejos Directivos o los Consejos Universitarios los organismos colegiados que establecen y desarrollan los mecanismos para el ingreso a la universidades.
Enrique Planchart, rector de la Universidad Simón Bolívar, cree que en este aspecto el ministro Manuel Fernández está confundido o mal asesorado, porque lo que ellos aprobaron en 2008 habría sido otra cosa, el 70 % de cupos asigna la OPSU y el 30 % las universidades respectivas (Quinto día, domingo 24 de mayo de 1015); luego, noble, acota que no rechazarán a los estudiantes pero exigiría mayor presupuesto… Total que la intención de este y otros rectores magníficos, así como de los gremios de calentar el clima universitario en tiempos de elecciones es evidente. Como también es al menos curioso que coincidan con los aviesos planes de la oposición política de sabotear toda la acción del gobierno nacional.
Curiosa dictadura esta de Venezuela que antes que privatizar la educación universitaria promueva la inclusión, la democratización y universalización de la educación. Claro, no faltan los egregios miembros del claustro que arguyen que ahora se desprecia el rendimiento académico del estudiante en el Cuarto y Quinto Años de la educación media general y se privilegian otros aspectos accesorios como el nivel socio económico, la territorialidad o las actividades extra cátedra, que como el Dr. Luís Bravo Jáuregui (Quinto Día, ob cit); antes eran grandes académicos críticos del sistema democrático de 1958 en adelante cuando en los años de las llamadas décadas perdidas de 1980 y 1990 uno los leía con justa admiración, tal vez porque además uno quería estudiar en las universidades y no podía acceder. Era un lujo de pocos. Hablaban de la contracción de la oferta de ingreso y de los injusto que eran aquellas listan de bachilleres sin cupo, flotantes y demás trampajaulas como la venta de cupos, (unos dos o tres amigos saben que fui bachiller sin cupo en la UPEL-IPB en 1989 y sólo gracias a las luchas de la FCU de entonces, bajo la condición de Nelson Ures, a quien agradezco infinitamente, logré ingresar, pero costó sudor y lágrimas o hasta sangre de algunos compas que fueron asesinados por las luchas por el medio pasaje estudiantil. ¿Será por eso que a uno le parece tan extraordinario que ahora nadie se quede sin cupo?
Aunque no entiendo que El Nacional (ob cit) dice que también por este tiempo hay unas dizque listas de espera, ¿listas de espera? ¿Será que las universidades los ponen a esperar hasta que puedan ingresar aunque ya están asignados? No entiendo… aunque como estas letras nadie las replica me quedaré sin entender cómo es eso de las nuevas listas de espera.
No es por nada. Pero ahora uno tiene familiares o personas allegadas quienes tienen el dilema del cupo pero al revés, esto es, tener que escoger entre tomar el cupo que les salió en la UPEL-IPB o el de la UCLA, y cuando les ha sido posible hacen las dos carreras. ¿Malo? ¡Malo no es..!, como diría Moncho. Les falta tiempo más bien para estudiar a fondo una u otra carrera.
Pero, como no vivimos en lecho de rosas, es verdad que esta política estudiantil de la Revolución Bolivariana de universalizar el ingreso universitario tiene otras muchas implicaciones, una es la de los recursos y medios: debe, ciertamente aumentar el presupuesto no sólo para los gastos ordinarios de pago adecuado al personal docente y de servicios, sino para refaccionar viejas infraestructuras educativas o levantar otras nuevas. Pensar en cómo dotar y ampliar bibliotecas y laboratorios, además de desarrollar no sólo la docencia sino también la investigación y la extensión; de tal suerte que si bien uno mantiene graves diferencias con los gremios universitarios pero también hay allí nobles colegas y ciertos rectores no tienen pelos en la lengua, no lo es menos que, bueno, el Gobierno Bolivariano tendría que recoger el guante de alguna manera. Aunque tampoco se trata de ceder a cualquier chantaje político-electoral, si fuera el caso.
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