Desenmarañando patrañas (I)

Algunas verdades a propósito de las alertas y denuncias sobre el proyecto de ley de Acceso al Conocimiento

Que el conocimiento no es libre, que aprobar una ley para el acceso al conocimiento va a hacerle un gran daño al país, que declarar el conocimiento como bien público deja sin efecto el reconocimiento de autoría de los creadores de una obra, que el país que pretenda construir e intercambiar conocimiento conforme a reglas distintas a las reglas universales de la propiedad intelectual, no tiene porvenir porque esto generaría retraso y subdesarrollo, son planteamientos que forman parte, entre muchos otros, de las reacciones que desde ULA Prensa se han estado divulgando como alertas que buscan satanizar el proyecto de ley de acceso al conocimiento que espera por su segunda discusión en la Asamblea Nacional.

 

Habían tardado mucho, por lo que ni sorprende ni espanta tanta alharaca y tanta defensa del modelo neocolonial que cosifica el conocimiento como una mercancía más, en nombre de la propiedad intelectual y del desarrollo científico. Sin embargo a pesar de que dan ganas a lo Cantinflas, asumir “yo ni te ignoro”, tomamos tiempo para desenmarañar algunas de las patrañas ¿o manipulaciones? que desde la cúspide respetada de la Academia Nacional se pretende infundir con respecto a las ideas en torno al conocimiento libre, alertas que han aparecido en las redes sociales al mejor estilo de lo que estamos acostumbradas las venezolanas y los venezolanos en tiempos de guerra mediática.

 

Empecemos en esta oportunidad por hacer ver que al país le urge regular el contexto en el cual se posibilite la difusión libre específicamente de la creación intelectual surgida como producto de proyectos financiados con recursos públicos del Estado. Atender esta urgencia puede ayudar a romper el círculo vicioso en el que las Instituciones Públicas de Educación Universitaria así como los centros de investigación del Estado, entre otros, históricamente han pagado dos veces por el mismo producto: una vez para producir los resultados a través del financiamiento o subvención de una investigación o del desarrollo de una creación intelectual, y otra para poder acceder -generalmente en dólares- a los resultados o productos de lo financiado o subvencionado.

 

Esa situación de carácter completamente esquizoide, que además resulta inadmisible defender, es el resultado de la imposición y posterior naturalización de sistemas de recompensa occidental para la valoración de la trayectoria académica y científica de las y los investigadores de cualquier latitud, sistemas además defendidos a capa y espada en nuestras Instituciones Públicas de Educación Universitaria. Es importante dar cuenta que el principal criterio de valoración de estos sistemas tiene que ver con el número de artículos de investigación de nuestras académicas, académicos, investigadoras e investigadores que se publiquen en revistas “de alto impacto”, en su pertenecientes a editoriales privadas. La distorsión que estos sistemas inducen a un acceso restringido de la creación intelectual final, incluyendo una restricción a las instituciones financiadoras de dicha creación si esta no cuenta con las divisas requeridas para la suscripción anual con que las editoriales privadas pechan el acceso a sus publicaciones.

 

La reacción ante la ruptura del innegable negocio que implica que las editoriales privadas se lucran de lo que las instituciones públicas financian para el desarrollo de las investigaciones, ha sido denunciado por innumerables Universidades que han querido romper con el juego de ser proveedores de casi la totalidad del talento humano que se requiere para el mundo editorial científico: investigadores, árbitros académicos, revisores y validadores, que a las editoriales no solo no les cuesta ni un centavo, sino que terminan explotando las obras y lucrándose de ellas, al embargarle los derechos patrimoniales de las y los autores cuyas creaciones sean en ellas publicadas, y comercializadas sin ninguna retribución económica para los mismos... y todo en nombre de la Ciencia.

 

Para las instituciones científicas y las bibliotecas de la región, este constituye el primer y más importante obstáculo para el acceso a la información científica y su subsiguiente aplicación en beneficio del buen vivir, tal como lo denuncia Stevan Harnad (2004), al referir que las suscripciones, las licencias y el pay-per-view de la industria editorial científica constituye un trío de barreras difíciles de sortear si no hay dinero, y en dólares, de por medio. A sabiendas de esto podríamos decir que  las alarmas se enciendan por el desarrollo de intentos por construir un escenario para la visilbilización del trabajo científico de todas y todos, sin las restricciones antes mencionadas es como defender a capa y espada a quien te oprime y subyuga, lo que resulta algo totalmente absurdo.

 

La respuesta mundial de las instituciones educativas y científicas ante esta situación, incluyendo la de las más importantes bibliotecas universitarias, entre ellas Cornell, Harvard, North Carolina y el Massachusetts Institute of Technology (para quienes les sea muy importantes tenerlas de referencia), ha sido no solamente la cancelación de contratos de suscripción a estas empresas, la denuncia abierta a estas prácticas editoriales a las que consideran inconsistentes con la misión del sistema de comunicación científica, sino el llamado a todos los actores del sistema a construir otras alternativas sustentables, entre las cuales viene creciendo vertiginosamente las políticas de publicación de acceso abierto.

 

Tal como se refleja en el artículo escrito[1] por una de nuestras activistas del movimiento Comunalizar Conocimiento en el 2013 y que hace referencia a las prácticas y políticas sobre Acceso Abierto Electrónico y el Conocimiento Libre en las Instituciones de Educación Universitaria, paradójicamente la Universidad de Los Andes desde donde se vienen reseñando los ataques que aquí respondemos, no sólo tienen prácticas de acceso abierto, sino que hasta hoy en día constituye por una parte una de las dos únicas universidades del país, signatarias de la Declaración de Berlín[2], y por otra posee desde 2008 una política institucional sobre la publicación abierta de contenidos en sus repositorios institucionales, tal como está registrado en ROARMAP que es el directorio internacional sobre políticas institucionales de Acceso Abierto (AA) que son adoptadas por las universidades, instituciones de investigación y financiación, e inclusive países a lo largo del mundo.

 

En consonancia con ello, esta casa de estudio al ser signataria de la Declaración de Berlín ha venido desarrollando y visibilizando a través de SABER-ULA, y recientemente de BDigitalULA las tesis de sus estudiantes, artículos de investigación y trabajos de ascenso de sus docentes e investigadores, entre otros recursos de formación, con el propósito de “garantizar a todos los usuarios por igual, el derecho gratuito, irrevocable y mundial de acceder a un trabajo erudito, lo mismo que licencia para copiarlo, usarlo, distribuirlo, transmitirlo y exhibirlo públicamente, y para hacer y distribuir trabajos derivativos, en cualquier medio digital para cualquier propósito responsable, todo sujeto al reconocimiento apropiado de autoría (los estándares de la comunidad continuarán proveyendo los mecanismos para hacer cumplir el reconocimiento apropiado y uso responsable de las obras publicadas, como ahora se hace), lo mismo que el derecho de efectuar copias impresas en pequeño número para su uso personal” (Texto de la Declaración de Berlín )

 

El avance en el desarrollo de esta política en esta institución universitaria ha permitido que actualmente su repositorio cuente con más de 13.000 autores registrados y ofrezca acceso de forma libre y abierta más de 26.000 recursos de información, incluyendo entre otros, artículos de revistas, monografías, tesis, guías de estudio, presentaciones y trabajos de investigación, lo que le ha llevado a que el Laboratorio de Cibermetría del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España, ubicara a este Repositorio para Enero del 2014 como el  primer lugar de Ranking de Repositorios en Venezuela[3], el segundo en el Ranking Latinoamericano de Repositorios[4], el Nº 18 en el Ranking Mundial de Repositorios Institucionales[5] y el Nº 27 en el Ranking Mundial de Repositorios[6], cifras que aquí comparto para quienes los Ranking son relevantes y más si vienen de instancias no nacionales.

 

Esta realidad que muchos activistas por la difusión libre del conocimiento reconocemos como una importante iniciativa institucional en el país, recoge en una buena parte el espíritu de recientes iniciativas por normar y estandarizarlas, en tanto que buenas prácticas, para el resto del país, normas que esa misma casa de Estudio satanizan por, supuestamente, atentar contra los derechos humanos según opinión de la Dra. Astrid Uzcátegui[7], coordinadora de la Unidad de Intangibles de la ULA, quien paradójicamente cuenta con publicaciones de difusión libre en SABER ULA.

 

En tiempos que parecieran son de naturalizada bipolaridad institucional, cuando las instituciones de educación universitaria son vinculadas con la oposición, lamentablemente  tampoco sorprende ni asusta las posiciones emitidas desde la academia que denigran cualquier iniciativa del gobierno, así sea una iniciativa que reconoce, legitima y fortalece las prácticas y políticas, que desde hace rato una institución lleva a cabo, como es el caso de las políticas de acceso abierto al conocimiento que desde la Universidad de Los Andes se llevan a cabo.

 

Asumiendo como Silvio Rodríguez que es bueno vivir de preguntar, vale la pena interrogar a las autoridades de esa casa de estudio: ¿cómo las prácticas de acceso abierto al conocimiento, que han llevado a la ULA a ser reconocida no sólo por la instancia antes citada, sino por el proyecto latinoamericano La Referencia en donde el repositorio Saber ULA, fue el modelo que se propuso como nodo venezolano, “Incentiva la fuga de cerebros porque los investigadores no se quedarán en Venezuela si no se protege sus investigaciones y conocimiento”? (Uzcategui, A, 2015)

 

Esto que necesariamente preocupa y ocupa en tanto da muestra de las cegueras que en este caso auto desconocen las potencialidades de propuestas que ya han sido asumidas por una institución y que además son tendencia a nivel mundial en materia de publicación de investigaciones científicas, ya fueron abordadas en una investigación realizada en el 2014 denominada “El Sentido del Conocimiento Libre por educadores activistas” en la que tuvimos la oportunidad de participar, y en la que discutimos como un posible común político de las y los activistas participantes, el hecho que la polarización política es también una de esas causas instituidas, naturalizadas e invisibilizadas que termina enajenando y secuestrando el conocimiento y la vida misma.

 

Desenmascaremos entonces, que en palabras del padre cantor, la matriz de opinión que desde ULA PRENSA se viene generando sobre iniciativas por hacer accesible y difundido el conocimiento, no es otra cosa más que la muestra de cómo desde las Universidades quieren seguir encerrando al pueblo, con llaves de oscuridad.

 

 


[2] La Declaración de Berlín La Declaración de Berlín sobre el libre acceso a la literatura científica es una declaración internacional suscrita en el 2003 en una conferencia organizada por la Sociedad Max Planck, en al que se declara un compromiso para generar políticas y prácticas para el libre acceso a los recursos digitales derivados de la producción científica o académica sin  barreras económicas o restricciones derivadas de los derechos de copyright sobre los mismos. Esta producción engloba no sólo artículos publicados en revistas, sino también  otro tipo de documentos como objetos de aprendizaje, imágenes, datos, documentos audiovisuales, etc. En enero del 2011 había sido firmada por casi 400 instituciones científicas. Ver la declaración en: http://openaccess.mpg.de/67627/Berlin_sp.pdf

[3] Ver: (http://repositories.webometrics.info/es/Latin_America_es/Venezuela%20)

[4] Ver: (http://repositories.webometrics.info/es/Latin_America_es)

[5] Ver: ((http://repositories.webometrics.info/es/top_Inst)

[6] Ver: (http://repositories.webometrics.info/es/world)

[7] Ver la declaración en: http://prensa.ula.ve/2015/05/05/panorama-incierto-para-la-propiedad-intelectual-en-venezuela

 



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Marianicer Figueroa Agreda- María Ángela Petrizzo

Ciudadana, mujer, activista del Conocimiento Libre, psicóloga según un papel que me dieron, aprendiente según la vida me recuerda

 marianicer.mppeu@gmail.com

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