Desenmarañando patrañas (IV)

A propósito de las alertas y denuncias sobre el proyecto de ley de Acceso al Conocimiento:

¡A Liberar!

Marianicer Figueroa, María Ángela Petrizzo y Marx Gómez (i)

"El velo se ha rasgado, ya hemos visto la luz y se nos quiere volver a las tinieblas;se han roto las cadenas; ya hemos sido libres y nuestros enemigos pretenden de nuevo esclavizarnos. Por lo tanto, la América combae con despecho, y rara vez la desesperación no ha arrastrado tras si la victoria" Contestación de un americano meridional a un caballero de esta isla (Carta de Jamaica) Simón Bolívar, 1815

Luis Bonilla en su libro Calidad de la Educacion: Ideas para seguir transformando la educación venezolana, nos asusta al relatar en el mismo el despido de dos reconocidos investigadores de la Escuela Mailman de Salud Pública de la Universidad de Columbia porque no habían atraído a sus instituciones suficientes fondos de subvención(ii), relato que presenta como una muestra en la que se evidencia que en el hábitus científico occidental lo que atualmente le rigen son los valores del mercado, según el cual cada ser humano vale por lo que tiene y, en este caso, cada investigador(a) por el financiamiento de las empresas que atrae a su universidad.

Esto que bien podría sonar lejano a nuestras latitudes y nuestras universidades, no necesariamente se nos es ajeno cuando desde las entrañas de quienes recibiendo fondos públicos del estado y teniendo la misión social de generar conocimiento para el desarrollo del pais, han generado instancias cuyo encargo principal es la de "hacer una combinación perfecta entre la universidad y la empresa para obtener un beneficio que sirva a la universidad para apoyar así sus propios trabajos de investigación", tal como sucede con la Unidad de Gestión de Intangibles de la Universidad de Los Andes (Ugiula) desde donde se espera crear la politica de esa universidad con respecto a los bienes intangibles que generen quienes investiguen desde esta institución financiada por el estado.

Con este encargo, quienes aquí escribimos como ejercicio académico y político activista por desenmarañar las alertas que desde esa Unidad han venido generándose sobre el proyecto de Ley de Acceso al Conocimiento, creemos no solamente lógico que desde allí se levante la campaña para apelar al miedo en contra de este proyecto, sino que es absolutamente congruente que se sientan "amenazados", si la miramos al trasluz de uno de sus principios rectores: la protección de la propiedad intelectual y los procesos de comercialización que de ello se genere. Como venimos diciendo, esto no reviste novedad en tiempos de neocolonialismo, y da cuenta de la forma en que las universidades forman parte del entramado necesario en el cual se requiere proteger el conocimiento, en tanto su control y acceso, no solo genera capital, sino que "moldea" todas las formas posibles de desarrollo de un pais, incluyendo su organización social, su acervo histórico y cultural y hasta la identidad de una nación entera, tal como a continuación nos proponemos explicar, como un ejercicio que de antemano reconocemos como precario e incompleto.

Hasta hace no mucho se admitía, sin bochorno, el que nos referiéramos a nuestra era y sus sociedades como las sociedades DEL conocimiento. Manuel Castells en el 2002 (iii), nos llamó la atención sobre el hecho de que, históricamente, todas las sociedades son del conocimiento pues éste junto con la información, han sido determinantes para el poder, para la riqueza y la organización social de aquellas. Veamos esto en un modo desagregado.

Siendo que resulta casi una moneda de curso común aceptar que el conocimiento sea determinante para el poder, sigamos pues la idea de que el conocimiento determina la riqueza y la organización de las sociedades.

El capitalismo al uso supone la disposición de factores socio productivos, recursos y empeños individuales y colectivos en pos de la acumulación de capital para enriquecimiento particular de quienes lo posean. En este contexto, el conocimiento se produce en centros especializados (universidades por ejemplo) y cumple el papel de responder a las necesidades de tecnificación de dichos procesos y factores socio productivos para elevar los índices de eficiencia en la gestión.

Este esquema simplificado de funcionamiento del capitalismo lo componen, al menos dos nodos claros: un lugar de producción de conocimiento, del cual las universidades son el epítome, y también un lugar de utilización de conocimiento del cual los procesos socioproductivos altamente tecnificados son el mejor ejemplo.

Sin embargo, con el discurrir del tiempo, el capitalismo se ha diversificado en aras de sostenerse pese a lo insostenible de su impacto. El Capitalismo Cognitivo no es otra cosa que una nueva definición para un fenómeno ya observado desde mucho antes: la mercantilización e instrumentalización del conocimiento. Bajo el esquema capitalista, la motivación es la acumulación del capital. Siendo que el conocimiento deviene en un proceso socioproductivo más, en poco tiempo acaba por sucumbir ante secuestros formales e informales dentro de la sociedad que posibilitan su acumulación por parte de unos pocos.

La acumulación de conocimientos en pocas manos ocurre de forma paralela a un proceso de protección que garantiza que esas mismas manos sean las que, durante muchos años, los preserven. Topamos aqui con una definición básica de lo que conocemos como patente. Y el sistema capitalista ha sido tan habilidoso que, además, se ha encargado muy bien de condicionarnos como sociedades a aceptar, defender y promover la existencia de patentes, porque es bueno que tengamos conocimiento especializado que sólo conozcan y manejen unos pequeños grupos, y el conocimiento que tienen muchos, nos han dicho, no es especializado y, por tanto, es malo y de baja calidad. Esta lógica nos ha empujado a que como sociedades hayamos permitido la existencia de patentes aplicadas sobre procesos químicos, sobre productos farmacológicos, médicos, insumos agrícolas y construcciones culturales entre otros.

Que las patentes garanticen mantener la ficción de la posesión sobre el conocimiento por parte de unos pocos, sin embargo, resulta anecdótico frente al hecho de que su sola existencia permite el comercio con conocimiento del que dependen vidas humanas. La lucha emprendida por Brasil desde el año 2000 frente a multinacionales de la industria farmacéutica mundial para afrontar la atención a personas portadoras de VIH, es sin lugar a dudas un hito importante en la búsqueda de doblar el brazo de empresas centradas en hacer negocio con base en secuestro del conocimiento. Pero sus resultados evidentes en la fabricación local de medicamentos genéricos para retrovirales patentados, no sólo ha sido útil para solventar las necesidades de sus ciudadanos, sino también para los millones de ciudadanas y ciudadanos de países llamados desarrollados, que quedan al margen de tratamientos similares por no poder pagar medicamentos costosos (iv). Un ejemplo similar fue seguido por China al cambiar su ley de patentes en el año 2012 para facilitar el acceso a medicamentos menos costosos, y meses antes India había tomado una decisión similar a la de Brasil sobre un fármaco, fabricado por Bayer A.G, para atender cáncer. Hoy día, la utilización de patentes en la industria farmacéutica supone utilidades anuales superiores a los 446 millones de dólares, distribuidas en un grupo muy pequeño de empresas del sector, y resulta muy evidente la práctica de la industria farmacéutica orientada al sostenimiento de enfermedades crónicas a fin de mantener la dependencia de sus productos en pacientes(v).

Hasta aquí hemos ilustrado cómo el conocimiento es determinante para la generación de riqueza. Desde esta lógica, podría considerarse legítimo que la Unidad de Gestión de Bienes Intangibles de ULA tenga como una de sus funciones explícitas "Promover la explotación económica de las creaciones intelectuales de la Universidad", inclusive aún cuando los fondos para generarlo provengan del estado. Ahora veamos qué ocurre cuando el conocimiento funciona como determinante de la organización social.

Hoy en día, el epítome del lugar de producción de conocimiento ha acabado por erigirse también en el espacio desde el cual se señala qué es y qué no es conocimiento, mirando con desdén todo aquello que se puede producir y en efecto se produce en otros espacios distintos del quehacer social. Desde estas universidades se nos insiste en el paradigma según el cual hay un conocimiento bueno, uno malo y uno peor. El primero, claro está, es aquel que goza de todo el respaldo y la validación de los centros de producción intelectual por antonomasia nacionales, regionales y mundiales: el que se visualiza en índices de revistas con membresías impagables, ranking de universidades que privilegian aquellas que publican en revistas con divulgación a través de pago, publicaciones en idiomas foráneos y sobre temas irrelevantes para el país, registros de patentes e invenciones, publicación de libros en editoriales sin publicación abierta y un largo etcétera. El conocimiento malo es aquel que tiene todo el mundo, la razón de su maldad reside, fundamentalmente, en el hecho de que su posesión no puede ser utilizada como elemento distintivo entre pares, puesto que muchos lo tienen. El peor conocimiento, indican, es el del pueblo, porque es adquirido por vía empírica y, nos dicen, no permite comprobación alguna.

Bajo esta perspectiva, la única manera de poder aspirar al conocimiento bueno, es que este sea producido en universidades o, en el peor de los casos, validado y protegido por éstas. En otras palabras, el conocimiento bueno, es aquel que puede patentarse para luego ser intercambiado por otros bienes o dinero. El conocimiento se eleva de sus miserias, cuando se hace elitsco, cuando se circunscribe a un espacio donde trámites burocráticos propios del oscurantismo medieval logran lo que creen es la garantía de que nunca pueda ser replicado. O al menos eso es lo que pareciera entenderse de una de las críticas hecha a la propuesta de Ley de Acceso al Conocimiento por parte de la Unidad de Gestión de Intangibles de la ULA, ya antes citada. (vi)

Sin embargo, y aunque resulte paradójico, muchas universidades han dispuesto materiales educativos en repositorios abiertos, como parte de una estrategia para "implementar nuevas herramientas pedagógicas". Así, universidades e instituciones públicas se han apresurado a colgar en sus portales web documentación con información, datos y contenidos para, en principio, ser consultada por estudiantes y público en general.

Esta búsqueda por diversificar las herramientas pedagógicas, sin embargo, requiere validación por la vía del uso. Veamos, ¿tener acceso a internet garantiza el uso de esta herramienta para fines didácticos o de consumo de información? Con una penetración del 50% para el 2014, el internet en Venezuela parece mucho más orientado a satisfacer necesidades comunicacionales (envío de mensajes, blog, microblog o correo electrónico) y de consumo de productos (video, noticias, transmisiones en vivo), que para la investigación, divulgación o construcción de nuevo conocimiento.

"Entre colonizador y colonizado no hay lugar sino para la servidumbre (...) Ningún contacto humano, sino relaciones de dominación y de sumisión que transforman al hombre colonizador en vigilante (...) y al hombre indígena en instrumento de producción" Aime Cesaire (1955) Discurso sobre el colonialismo

Tal parece que, del mismo modo que la mera disposición de libros en librerías no garantiza la alfabetización de quienes lo miran desde la vitrina ni el incremento de personas que los lean, la disposición de documentos didácticos en internet sin un claro criterio para su acceso o incentivo para un uso distinto al consumo acrítico de información, y con perspectiva de extraer información útil para aprendizaje, adaptación y replicación no garantiza el impacto en la formación de personal a futuro.

Es por ello que desde el activismo por el conocimiento libre nos cuestionamos sobre lo que ocurre cuando se replica en el mundo digital las mismas condiciones que subyugan al conocimiento desde el capitalismo cognitivo cuya tendencia es hacia su cosificación.

La superación de procesos de colonización sobre el conocimiento no es tarea sencilla. Esta labor pasa por el trabajo permanente de identificación militante de las fuentes de dicho coloniaje. Pero también pasa por el trabajo colectivo, sostenido y constante. Un buen ejemplo de organización colectiva para la acción colectiva con un soporte en un uso social, ético y responsable del conocimiento constituyen, por nombrar algunas pocas, las experiencias de crowdfunding (vii) para financiación de campañas sociales, de formación o de generación de contenidos digitales.

En primer caso, encontramos el ejemplo de la campaña "15MPaRato" (viii), organizacion ciudadana articulada para recabar fondos e iniciar una demanda contra el ex ministro de finanzas de España (durante el gobierno de José María Aznar), responsable del desplome de Bankia y del sistema financiero español. Esta organización tiene dos elementos destacables que muestran evidencias de uso del conocimiento para la organización social: 1) la articulación de un sistema de denuncias ciudadanas que verdaderamente protege la identidad del/-a denunciante (llamado Buzon X), y 2) la articulacion de una movilización social en red (digital) para recaudación de fondos ciudadanos a través del crowdfunding con el propósito de financiar todo el proceso judicial que se abriría contra el ex ministro. Luego de una exitosa campaña de recogida de fondos, se logró iniciar el proceso judicial y hoy día Rodrigo Rato sigue su proceso desde la cárcel.

En el segundo caso, nos remitimos nuevamente a una campaña de crowdfunding, esta vez para la financiación de una pelicula: El Cosmonauta (http://es.cosmonautexperience.com/). Esta campaña para la recolección de fondos para la producción de una película, logró reunir unos 400.000 € gracias a los aportes de unas 4.500 personas que se convirtieron en sus productores. Adicionalmente, la película utiliza licencias abiertas, de modo que se garantiza que su difusión sea amplia y no esté limitada por restricciones de distribución que, con mucha frecuencia, imponen las casas distribuidoras de títulos y música.

Sin embargo, quizás la iniciativa que, como activistas, más nos resulta interesante en este momento es la búsqueda de generar rupturas en el sistema de patentes y licencias, desde este mismo sistema y a través de mecanismos que él mismo posee. En este sentido vemos con mucho interés que desde los polos que tradicionalmente se han identificado como colonizadores, emergen y se consolidan experiencias tendientes a la liberación del conocimiento secuestrado por la vía de la protección de patentes o de divulgación, lo que rompe con el discurso de muchas de nuestars universidades que justifican jugar las reglas del sistema de patente actual como parte de los indicadores que deben alcanzar para quedar bien situados en los ranking universitarios creados no por instancias educativas, sino desde organismos económicos multilaterales.

Para tener una mirada de esas otras formas, nos bastan dos ejemplos para ilustrarlo: Si el surgimiento de índices de revistas científicas que publican en abierto nos resulta suficientemente llamativo (ix), o el directorio de políticas de acceso abierto (x), no menos disruptiva es la propuesta de la llamada Ciencia de libro abierto (Open Notebook Science), que supone que a lo largo de un proceso de investigación (proyecto) se pone a disposición en internet y con medios digitales, tanto hallazgos, como metodología y curso de trabajo, a toda aquella persona que desee revisar y conocer de dicha experiencia. Esta propuesta ha sido identificada como un catalizador de la producción científica y la garantía de que el conocimiento se convierta en un elemento acelerador para iniciativas de investigación.

El último ejemplo lo constituye el sistema de declaraciones preventivas (www.defensivepublications.org) de Linux Defense (http://www.linuxdefenders.org/), que se utiliza tanto en software como en hardware a fin de publicar información sobre creaciones hechas bajo estándares libres y evitar que éstas sean reclamadas por cualquier interés particular. Esta información se vacía en un directorio que comparte información con el directorio de patentes de USA y la oficina que lo administra. De este modo, al momento de procederse a la solicitud de registro de una patente o software, la búsqueda por parte del órgano encargado de la propiedad intelectual, también revisa en este directorio, garantizándose así que una invención no pueda ser registrada por alguien que no la ha creado.

Estas iniciativas de publicación de información, venida desde la llamada ciencia y desde la técnica, inciden en la difusión de prácticas de creación abierta. La divulgación de este tipo de prácticas entre quienes hacen ciencia, resulta una poderosa arma para cambiar el patrón de consumidores de información por internet a otra mucho más acorde con la búsqueda incesante de información y datos con los cuales producir conocimiento.

Por eso creemos que ante los discursos amedrentadores que se erigen desde la élite académica para seguir apostando a consolidar un solo modo de gestionar y reconocer el conocimiento "Ahora me toca a mi plantear una ecuación: colonización = cosificación. Oigo venir la tormenta. Me hablan de progreso, de "realizaciones", de enfermedades curadas, de niveles de vida elevados por encima de sí mismos. Yo hablo de sociedades vaciadas de sí mismas, de culturas pisoteadas, de instituciones carcomidas, de tierras confiscadas, de religiones ultimadas, de magnificencias artísticas aniquiladas, de extraordinarias posibilidades suprimidas. (…) Hablo de los millares de hombres arrancados de sus dioses, de sus tierras, de sus costumbres, de su vida, de la vida, del baile, de la sapencia" Aime Cesaire (1955) Discurso sobre el colonialismo

Frente a la patraña de acusar de no libre al conocimiento, frente a la creación en nuestras universidades de instancias que legitimen la colonización y la cosificación del conocimiento, el llamado es a rescatar que esa no es una condición genuina de aquél, sino una situación instaurada desde un modelo de desarrollo hegemónico que debe ser superada a la brevedad.

El llamado es, pues, ¡a Liberar!

Notas:

(i) Lxs autorxs son miembros del colectivo Comunalizar Conocimiento. Véase el blog www.comunializarconocimiento.wordpress.com para más información .

(ii) Sobre este caso el Dr Bonilla hace referencia a la nota de The Nation (marzo, 2014), que reseña el despido de Carole Vance y a Kim Hopper, profesores en la Escuela Mailman de Salud Pública de la Universidad de Columbia, quienes se enteraron de que estaban perdiendo sus puestos de trabajo porque no habían atraído suficientes fondos de subvención para sus investigaciones. Señala la nota de prensa que Vance ha realizado un trabajo pionero sobre la intersección de género, salud y derechos humanos y por su parte Hopper, quien divide su tiempo entre Columbia y el Instituto Nathan S. Kline para la Investigación Psiquiátrica, es a la vez un defensor de los sin techo y uno de los estudiosos más importantes del país sobre la falta de vivienda.

(iii) Castells, Manuel (2002). "La dimensión cultural de Internet" http://www.uoc.edu/culturaxxi/esp/articles/castells0502/castells0502.html

(iv) Brazil breaks patent on HIV/AIDS drug http://www.scidev.net/global/health/news/brazil-breaks-patent-on-hivaids-drug.html

(v) Rivera, Pedro (2010) "El gran negocio transnacional de los medicamentos" en Rebelion. Disponible desde http://www.rebelion.org/noticias/2010/2/100340.pdf. Consulta hecha el 24 de junio del 2015

(vi) Nelson Espinoza (2015) "Panorama incierto para la propiedad intelectual en Venezuela" en Prensa ULA, portal divulgativo de la Universidad de Los Andes, disponible desde http://www.prensa.ula.ve/2015/05/05/panorama-incierto-para-la-propiedad-intelectual-en-venezuela consulta hecha el 24/6/2015

(vii) Crowdfunding es la práctica de recolectar fondos en pequeñas proporciones, de una cantidad grande de personas para una causa específica. Generalmente se utiliza internet para garantizar la gestión del proceso de recogida de fondos, y también para la difusión de la campaña a través de plataformas de redes sociales, por ejemplo.

(viii) https://15mparato.wordpress.com/

(ix) Ver por ejemplo, el ROAR (Registry of Open Access Repository Mandates and Policies) disponible desde http://roarmap.eprints.org/

(x) Ver, por ejemplo, el índice DOAJ (Directory of Open Access Journals) http://doaj.org



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Marianicer Figueroa

Ciudadana, mujer, activista del Conocimiento Libre, psicóloga según un papel que me dieron, aprendiente según la vida me recuerda

 marianicer.mppeu@gmail.com

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