En APORREA hemos presenciado un enorme debate apasionado, crítico, de defensa y ataque al Presidente Nicolás Maduro y al propio rumbo de la Revolución Bolivariana. Desde mi trinchera he defendido lo que creo y cuestionado a algunos articulistas como Toby Valderrama, por las apreciaciones que ha vertido, y sobre todo al tránsfuga Dieterich.
Ello lo afirmo por haberse publicado un artículo donde el autor hace un claro llamado al desconocimiento del estado venezolano, convirtiéndose ello en el delito de instigación a delinquir, cuando alguien que se identifica como Alejandro Conejero, finaliza su artículo en los siguientes términos: "Quiero hacer un llamado a toda la comunidad universitaria venezolana: Obreros, Trabajadores administrativos, Profesores, Egresados y Estudiantes; a desacatar esta sentencia. No permitamos que la Universidad Venezolana le cierre las puertas a los jóvenes a través de este nuevo SNI. Ha llegado el momento de responder con contundencia, con protestas, y con institución". La propia guarimba universitaria instigada desde una página revolucionaria. http://www.aporrea.org/educacion/a210815.html
Resulta que como sabemos el Consejo Nacional de Universidades en decisión tomada por enorme mayoría decidió en diciembre 2014 establecer un nuevo mecanismo de asignación del cupo universitario en las universidades públicas, en el que se establece un sistema multivariable (no como antes que era una sola variable: la de la nota de bachillerato) que toma en cuenta el promedio de notas en un 50%, la condición socio-económica en un 30%, la territorialidad en un 15% y la participación en un 5%. Ello permitió asignar en una primera corrida casi 200.000 estudiantes a las universidades y aún continúa perfeccionándose dicho sistema.
Como era de prever, las universidades que controlan autoridades oposicionistas, creyendo estar en un estado dentro del estado, se han opuesto a dicha medida ante lo que estudiantes de educación media introdujeron un recurso de amparo ante el Tribunal Supremo de Justica, el cual dictaminó el amparo a favor de estos estudiantes, obligando a las universidades a aceptar a los mismos, so pena de entrar en desacato con las consecuencias legales que ello implica. Esta medida ha significado un freno ante las pretensiones de algunos sectores universitarios oposicionistas que tratan de impedir la verdadera democratización del cupo universitario y la inclusión efectiva de la población proveniente de los sectores populares y liceos públicos a todas nuestras universidades.
Por ello nos sorprende que en este medio se "cuele" un artículo que va más allá de la crítica sana, constructiva o profunda sobre decisiones inadecuadas o actuaciones erradas de funcionarios o servidores públicos venezolanos. No. Allí se insta al desacato de la sentencia de la Sala Constitucional del TSJ, de la decisión del Consejo Nacional de Universidades, e implementada por el Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria. Es decir, desde ese artículo se va contra toda la institucionalidad del estado venezolano. Se instiga a delinquir, ya que el desacato es un delito contemplado en nuestra legislación penal y adicionalmente se hace un llamado a responder con contundencia y a la protesta, en una clara alusión a la guarimba terrorista disfrazada de manifestaciones pacíficas que han asolado al pueblo venezolano y a las universidades de nuestra Patria.
En la Constitución se establece el derecho a la libertad de expresión pero también se plantea que cada quien es responsable de lo que emite. El artículo 57 de la CRBV establece que: "Toda persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos, sus ideas u opiniones de viva voz, por escrito o mediante cualquier otra forma de expresión, y de hacer uso para ello de cualquier medio de comunicación y difusión, sin que pueda establecerse censura. Quien haga uso de este derecho asume plena responsabilidad por todo lo expresado. No se permite el anonimato, ni la propaganda de guerra. Por tanto, hay que estar alertas en este sentido, mucho más cuando la Patria tiene serias amenazas desde afuera y desde adentro.
