Referente al incidente ocurrido en la UBV el pasado 22 de junio

Una réplica al Chapulín…

 

 

 

En toda mi trayectoria como joven, estudiante y ahora profesional, militante en favor de la reivindicación de la ideología de izquierda, de los ideales revolucionarios y al servicio de este país en una considerable lista de trincheras entre las que resaltan: la comunidad, la academia y la institucionalidad pública (a mi juicio, los s sensibles y destacados espacios para aportar a la construcción de los preceptos y el modelo económico, político, social y cultural planteado por nuestro -lamentablemente hoy difunto- líder Comandante Presidente Hugo Rafael Chávez Frías (†), legado que heroicamente defiende nuestro Presidente Constitucional y legítimo Nicolás Maduro); Por vez primera me da a la labor de escribir estas líneas en mi justo derecho a plica ante una situación que, por vana, desluce y distrae de la prioritaria e impostergable tarea que enfrentamos hoy día todos y cada uno de nosotros, la que no es otra que aportar stricto sensu a la construcción de políticas de Estado y de Gobierno que den soluciones a las ltiples probleticas que aquejan al país.

 

 

En tal sentido, sin ánimos de incurrir en retórica, me veo en la obligación de señalar que en mi humilde experiencia he concebido el ejercicio docente en este país a partir del doble basamento que contiene: uno legal (por ser un servicio público potestativo del Estado que como toda potestad pública debe regirse por el principio de legalidad, marco y base de la actuación de la Administración Pública) y uno trico (con los fundamentos epistemológicos y paradigticos que le sustentan). De este hecho se desprende que existen dos vertientes que alimentan, en principio, la práctica docente que fiel y dignamente he ejercido desde que asumimos la responsabilidad de ser pioneros y sacar adelante a nuestra Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), al servicio de la población excluida, como propuesta alternativa a las Casas de Estudios Superiores que para 2003 contaba nuestro país.

 

 

De igual forma, es obligatorio señalar que durante mis años de servicio en esta Casa de Estudios me he caracterizado por ser comprometido promotor de los criterios de acción institucional que para el alcance de sus prositos se ha planteado la UBV, impulsando fundamentalmente el proceso dialógico y transformador que privilegie lo colectivo al cual está llamado el ejercicio de formación universitaria. No obstante, ello no excluye el tan preciado y al mismo tiempo vilipendiado principio de autonomía universitaria, autonomía de cátedra, entre otras manifestaciones asociadas al ejercicio de la autonomía; sólo que la autonomía que postulamos desde la UBV es vista como un valor que constituye el soporte fundamental de la libertad de cátedra e investigación como expresión, en la vida interna de las instituciones, del derecho a la libertad de pensamiento y expresión…” tal como se puede apreciar en las líneas constitutivas plasmadas en el Documento Rector de la Universidad Bolivariana de Venezuela. De tal forma que la autonomía que se ejerce desde nuestra UBV es una autonomía responsable y viene a ser otro principio que rige el

quehacer, teniendo expresión en el ejercicio de participación democtica de sus cuerpos académicos, en el predominio de los criterios académicos por encima de los de carácter personal, grupal, político o ideológico; en los distintos aspectos de la actividad universitaria…” entre otros aspectos, tal como versa en el documento supra citado.

 

 

Aunado a ello, los tiempos a los que asistimos requieren insistir en la necesidad de un docente cualificado que no sólo domine los contenidos disciplinares, sino que sepa enseñarlos, postura de Amaro & Martínez que reconozco y traigo a la cita para que podamos reflexionar acerca de la labor docente y los gajes del propio oficio. Así las cosas el llamado es a cumplir adecuadamente como profesor universitario con el compromiso noble de enfrentar la concepción fuertemente academicista y transmisora del conocimiento que prevalece en las universidades (y favorece simples aprendizajes receptivos, la mayoría de las veces desconectados de los intereses y problemas del alumnado) desarrollando estrategias y habilidades para enseñar significativamenteesos conocimientos a un alumnado universitario cada vez s heterogéneo. Tales explicaciones, me permiten argüir el hecho de tener libertad y auctoritas para el desarrollo de las cátedras que en mis manos tenga el deber de ejecutar, lo cual implica fundamentalmente el ejercicio del pensamiento crítico como acto que involucra el crear y dar sentido a lo que se piensa, se dice y se hace. Estos argumentos son la base de cada recomendación, plan de trabajo o evaluación, pensado y diseñado para cada uno de mis cursos con mis estudiantes.

 

 

El hecho que ocupa el presente derecho a plica tiene que ver con la irresponsable, irrespetuosa y conformista actitud de un estudiante de mediocre desempo que en modo provocador y fuera de todo orden académico pretend soslayar mis exigencias respecto de la tedra de Economía Mundial, señalando sentirse ofendido por mi práctica docente, vulnerado en su derecho de estudiante, atropellado por un profesor que haciendo uso de su investidura le exig la preparación previa de los contenidos recomendados en el plan de evaluación, un profesor autoritario que le recomendó leer las bibliografías antes de asistir a clases, de no hacerlo vale mejor no asistir si lo que se pretende es emplear la verborrea politiquera para rellenar los espacios que deben dedicarse a la discusión y reflexión crítica, de argumentación, con altura y decidido desempeño acamico (el resaltado alude al debido sarcasmo dado el caso ser estudiante implica leer y pensar reflexivamente los contenidos tricos). Un estudiante de cuestionado historial estudiantil y académico, cuyos reiterados conflictos con profesores y compañeros estudiantes le ha dado a conocer, estudiante que ena mensajes amenazantes a sus compañeras y todo aquel que considere blanco de sus ataques, estudiante que a pesar de mi negativa contundente decidió grabarme videos mientras me provocaba con actitudes irrespetuosas, vehementes y petulantes incluso desde el primer día de clases (lunes 20 de junio del corriente) cuando n no se habían terminado de presentar los planteamientos que a bien tuve preparar para

nuestro primer encuentro académico, para lo cual se hizo secundar por una compera inscrita en la cátedra. En fin, al momento de escribir estas líneas ya he leído unas severas notas en las redes sociales, publicaciones extravagantes y de contundentes acusaciones que revisten incluso carácter penal, un fragmento de un video editado y fuera de contexto para confundir a la opinión pública en detrimento de mi persona, un panfletario comunicado que a pocas horas del incidente ya circulaba, cantidades de mensajes de solidaridad y otros tantos de preocupación ante lo acontecido y a prosito de todo ello me cuestiono si hay detrás de todo esto una finalidad perversa, al mejor estilo de la vieja forma de hacer política, cuya agenda oculta demanda acciones como esta en las cuales, a costa de la reputación del otro, se obtiene relevancia y publicidad necesarias para figurar ante un proceso eleccionario estudiantil para el cual no se goza de mayor credibilidad.

 

 

Desconozco a ciencia cierta sus oscuros prositos, no obstante, desde el mismo momento del incidente se han tomado las acciones pertinentes ante autoridades universitarias y penales, confiamos en la razón y la verdad que nos asiste y esperamos de parte de nuestras autoridades y gremio profesoral la s contundente condena y sanción imponible ante tales hechos que no son aislados, por el contrario recurrentes y ades atacan al profesorado, al Programa de Formación de Grado en Economía Política y a la propia Universidad Bolivariana de Venezuela. Al personaje en cuestión, Ricardo González alias “chapulín”, secundado en sus fines por la ciudadana Patricia Blanchard les cito e invito a reflexionar acerca de eso que expresaron en su panfletario discurso sobre:

 

 

nuestro compromiso revolucionario y reivindicamos todo lo que representa la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), como logro histórico impulsado por el Presidente Hugo Chávez en el marco de las conquistas de la clase trabajadora. Representando un avance sustancial ante un pasado cargado de injusticias, exclusión y desigualdades dentro del sistema de Educación Universitaria durante la IV República. La UBV inaugura el porvenir para la construcción de nuevas formas de aprendizaje, fundamentadas en el debate abierto y respetuoso, investigativo y participativo, de inclusión y formación integral, con nuestras comunidades.

 

 

Al respecto les digo que si de verdad ese es un credo para ustedes episodios como el vivido el día de ayer, martes 22 de junio, no tendría lugar en absoluto. No sólo serían impensables, sino que difícilmente podrían suscitarse ya no por respeto a mi investidura como profesor sino a lo que representa la Universidad como espacio de encuentro para la discusión y construcción colectiva de saberes, el espacio de las ideas, la luz, de la no violencia, espacio de la razón donde las válidas demandas de sus estudiantes han sido escuchadas, pero no a caprichos personales de cada uno, sino a beneficio colectivo para la formación de los profesionales que necesita la realidad nacional y que para su orientación les comparto, en las palabras resadas en el Documento Rector de la Universidad Bolivariana de Venezuela, como se lee de seguidas:

 

 

La UBV, que nace con el reconocimiento objetivo de muchos de los problemas que afronta el país, con conciencia de que su tratamiento/superación se condiciona en buena medida a pensarlos de otro modo y a la formación de profesionales de nuevo tipo, debe verse a sí misma en relación con la contingencia; entenderse como una estructura siempre abierta, susceptible de ser transformada sobre todo en las áreas de formación que ofrece. Estas áreas, por lo tanto, pueden ser reformadas, transformadas, renombradas, eliminadas, sustituidas, entre otras, pues planes de estudios y carreras no se justifican por la autonomización” del conocimiento, por su progreso independiente y por su requerimiento de nuevas profesiones, múltiples disciplinas o por la demanda social de ciertas profesiones afamadas. La UBV se hace cargo del progreso del saber científico, humanístico y tecnológico y lo hace en relación con la detección de las problemáticas y aspectos desasistidos, claves para el desarrollo sustentable de Venezuela. Ello tiene como consecuencia, no la creación de un abanico variopinto de disciplinas y carreras, sino una adecuación permanente de su estructura y de sus ofertas académicas. La legitimación del conocimiento y la enseñanza universitaria se debe y se busca explícitamente en la vinculación de la UBV con la sociedad venezolana y en el diagnóstico de su realidad social, económica, política y cultural.” (ctor Navarro az. Ministro de Educación Superior)

 

 

Deseo finalmente destacar que para ello debemos hacernos del pensamiento libre, la duda fructífera, la voz problematizadora y el debate, desechando a toda costa las actitudes contrarias al buen prosito que persiguen nuestros espacios académicos y promoviendo las aptitudes s idóneas como condiciones para alcanzar tal cometido. Lamentablemente no es esa la postura demostrada por el estudiante en cuestión, sin embargo, apelo a la vieja máxima: de humanos es errar, de sabios rectificar.



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