Políticas para la Educación Superior: La autoevaluación institucional

Contrariamente a lo que suele pensarse en los sectores menos vanguardistas de la Revolución, sí es posible un renacimiento radical desde las instituciones más tradicionales del Estado. Hay suficiente visión de futuro para abordar las situaciones más dificultosas en las instituciones de educación superior, tanto de las nuevas como de las históricas; y ese abordaje no puede ser desde una perspectiva tan sencilla como creer que una Comisión de expertos en teoría de la evaluación se de a la tarea de transformar las universidades desde adentro, si poco las conocen.

Evaluar las universidades tiene más sentido desde la perspectiva de los ejes articuladores que han ido construyéndose con el concurso de los estudiantes, profesores, administrativos, obreros y comunidades económicas y sociales del entorno. ¿Cómo hemos podido hablar de todo tipo de indicadores, si no nos hemos fijado en los más importantes: de participación, de protagonismo social de las instituciones en las zonas de impacto?

La perspectiva limitada de afrontar la evaluación institucional como un mero proceso de escritorio en donde no existe conocimiento de los fenómenos que verdaderamente marcan la vida interna de las universidades da cabida a la existencia de focos de corrupción, amparados en el poco conocimiento que tienen los partícipes de la institución a la cual pertenecen, pues la marcada labor con las comunidades o con los centros de interés propios de cada institución, aunado a la extrema focalización política, no da tiempo de reflexión para el quehacer interno, sus relaciones, así como las prioridades que se tienen respecto al desarrollo y mejor impacto en el desenvolvimiento del entorno relacional.

La autoevaluación universitaria, entendida como forma de participación colectiva en la construcción de nuevas visiones sociales para una nueva universidad, es la primera y principal forma de construcción del socialismo, pues es la más firme garantía de la participación colectiva y democrática, y en donde se amplía la conciencia de las funciones y propósitos de la Universidad, para lo cual deben definirse los indicadores de participación en conjunto con los ejes articuladores de las políticas sociales, en consonancia con el pulsar de las necesidades de las distintas comunidades en donde participa.

cvillegas3557@gmail.com



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Carolina Villegas

Investigadora. Especialista en educación universitaria

 saracolinavilleg@gmail.com

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