La mencionada universidad, a pesar de ser pública, posee un complicado sistema de admisión que la ha convertido en una de las casas de estudio mas excluyentes del país, llegando al extremo que casi toda la totalidad de sus estudiantes provienen de colegios privados con un alto nivel socioeconómico.
Esta situación perjudica directamente a los bachilleres provenientes de los liceos públicos, quienes tienen en las universidades publicas su única oportunidad de acceder a la educación superior.
La exclusión social en las universidades nacionales ha generado un candente debate sobre el propósito mismo de la educación publica y su función social. Sectores progresistas sostienen -con sobradas razones- que las universidades públicas, siendo financiadas con dineros provenientes del erario público, deben priorizar a los estudiantes de bajos recursos económicos por encima de los sectores adinerados que pueden fácilmente pagarse sus estudios en universidades privadas.
Por otro lado, autoridades universitarias conservadoras y sectores estudiantiles de extrema derecha que hacen vida activa en las universidades nacionales, se han opuesto radicalmente a permitir la democratización del sistema de admisión. Dichos sectores extremistas han protagonizado marchas y actos de violencia en el pasado reciente.
La formación y el financiamiento desde el extranjero a estos grupos violentos fue recientemente expuesta en el documental "Caras Nuevas, el Mismo Objetivo" del periodista español David Segarra.
El Ministro de Educación Superior, Luis Acuña, ha hecho un llamado a los sectores extremistas a respetar la ley y las disposiciones del Ministerio.