30 Nov. 2015 - A través de la creación colectiva de huertos escolares y patios productivos, el amor por la siembra de alimentos es una realidad palpable que se experimenta en los centros educativos del estado Miranda, a través del intercambio de experiencias socioproductivas que se generan desde las aulas de clases en la entidad.
Se trata del proyecto Manos a la Siembra que impulsa el Ministerio de Educación y que se instaló en los espacios abiertos de la plazoleta de la estación Guaicaipuro del Metro Los Teques, refirió AVN.
La realización de la Feria Socio-productiva Guaicaipuro 2015, por segundo año consecutivo exhibió al público hortalizas, verduras y plantas medicinales cultivadas por la comunidad escolar de 49 instituciones educativas mirandinas.
La jefa del Municipio Escolar, Maryori Guerra, puntualizó que dentro del programa participa un personal docente multidisciplinario especializado en gestión ambiental que brinda herramientas técnicas a las instituciones y también promueve una nutrición sana.
“Con este programa creamos conciencia y reflexión sobre lo importante de producir nuestros alimentos para un consumo sano e impulsar la productividad del país. Agradecemos el apoyo a nuestro Gobierno Bolivariano y al alcalde Francisco Garcés”, apuntó.
La feria no solo permitió que se exhibieran sus rubros cultivados, sino que además se ofrecieron manualidades, muestras culturales, artesanía, cerámicas navideñas e intercambio de trueque escolar como forma de promocionar las experiencias colectivas de cada escuela.
El Distrito Escolar municipal junto a la Alcaldía de Guaicaipuro acompañan el trabajo que incluye contenidos teóricos y prácticas de campo, cuya finalidad es que los estudiantes se familiaricen con la preparación del terreno, siembra y recolección de cosecha.
Chamos se divierten aprendiendo
El programa está fundamentado en el Quinto Objetivo Histórico del Plan de la Patria, creado por el Líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, que establece la preservación de la vida en el planeta y la especie humana.
Bajo estos principios los chamos desde educación inicial hasta educación media, aprenden divirtiéndose con sentido de pertenencia y amor por el suelo.
Dubrasca Carvelo, joven de 16 años, estudiante de tercer año de bachillerato en la Escuela Bolivariana Nacional Julio Rosales, consideró que la experiencia de sembrar colectivamente le permitió fortalecer sus conocimientos en materia agrícola, además de estrechar lazos de amistad con sus compañeros de aula.
