En la actualidad existen
en nuestro país una cantidad considerable de derechos mineros vigentes,
de los cuales muchos representan concesiones, otros son contratos mineros
y unos pocos corresponden a contratos otorgados por el antiguo
Ministerio de Energía y Minas (MEM). Estos derechos totalizan una superficie
aproximada de 1.363.005 hectáreas. Del total de estas tierras, cerca
del 90% están totalmente inactivas, es decir, en todos estos años
los “ocupantes” de estas grandes áreas no han hecho absolutamente
nada, no removieron una sola piedra ni cavaron solo un hueco, no realizaron
los trabajos que el Estado Venezolano les asignó, lo que constituye
una evidente trasgresión a las Leyes venezolanas.
Es evidente y público cual es la práctica de muchas de estas empresas
controladas por transnacionales o grupos privados venezolanos, los cuales
ostentan el control de las tierras para especular en las bolsas de valores
del mundo sin aprovechar productivamente estas superficies. Mientras
tanto, y en consecuencia de esto, se acumula una larga lista de irregularidades
que impactan muy negativamente al País y sobre todo a la vida de los
pequeños mineros. En muchas áreas la producción registrada difiere
de la producción real; los precios de venta de los minerales son inferiores
a los precios de mercado; grandes extensiones fueron otorgadas a pocos
concesionarios; desconocimiento del destino de la producción de los
minerales; exploración irracional de los yacimientos; empresas constituidas
o domiciliadas en paraísos fiscales. Es decir, depredación ambiental;
contrabando; descontrol sobre la producción, sobre el territorio y
la defensa nacional; graves problemas de analfabetismo, criminalidad,
prostitución, tráfico, trabajo infantil. Estos resultados son muy
contradictorios con la gran potencialidad de la minería en nuestro
país: por un lado, la inmensa fortuna del subsuelo Venezolano; por
otro, miles de compatriotas que se encuentran aún abandonados en la
miseria en las distintas poblaciones al sur del Estado Bolívar.
Desde el aspecto económico igualmente se verifica la paradójica pobreza
de la población, frente a la colosal riqueza de que representan los
recursos minerales. Aunque la contribución de la actividad minera
al Fisco ha aumentado en los últimos años, los impuestos mineros liquidados
como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) son muy bajos. Además
de esto, hoy día la minería tiene impacto insignificante en la generación
de empleos directos e indirectos, alcanzando menos del 1% de la Población
Económicamente Activa. La minería podría aportar mucho más a la
sociedad y la economía venezolana, pero, por las razones anteriormente
descriptas, su contribución es históricamente baja.
Debido a la mala conducción de la política minera desde hace muchos
años, actualmente la actividad minera es nociva al país. Por esto,
en la Exposición de Motivos del Proyecto de Reforma de la Ley de Minas,
que actualmente se encuentra en la asamblea nacional y que se elaboró
en conjunto con las comunidades de pequeños mineros, se afirma que
"la existencia de explotaciones al margen de la Ley nos enfrenta
al hecho de que gran parte de la actividad minera que se desarrolla
actualmente es una actividad ilegal".
DEBEMOS RESCATAR LA
SOBERANÍA NACIONAL SOBRE LOS RECURSOS MINERALES. Este planteamiento
lo podemos basar en lo expresado por el Libertador Simón Bolívar el
24 de octubre de 1829 en aquel memorable Decreto en la ciudad de Quito,
donde determinó que "la propiedad sobre las minas de cualquier
clase pasa al dominio de la República". Aunque esto consta
en la Ley de Minas actual –concebida bajo los principios de la Constitución
de 1961– el célebre mandato del Libertador no ha sido respetado.
A más de 180 años después, el MIBAM y la Revolución Bolivariana
deben defender la efectiva nacionalización de nuestras riquezas y la
creación de un régimen transitorio, que sustituya las actuales concesiones
mineras por empresas mixtas y asociaciones estratégicas donde la revolución
conserve siempre la mayoría accionaria. La salida definitiva debe ser
"No más concesiones".
ES URGENTE ERRADICAR EL LATIFUNDIO MINERO. Estudios demuestran
que el 71,1% de los derechos mineros vigentes (cerca de 988.921 hectáreas)
son latifundios mineros y que un 20,3% se encuentra en manos de cuatro
grandes grupos privados de Venezuela, Rusia, Canadá y Holanda. El control
de estas importantes áreas por el Estado venezolano es de fundamental
interés estratégico. Abarca los equilibrios social, político, económico,
territorial, internacional. Nuestra orientación debe ser intensificar
la revisión de todos los contratos, de todas las concesiones, activas
o inactivas, otorgadas a transnacionales o a grupos privados nacionales,
para que el Estado asuma soberanamente su absoluto control, respetando
las empresas que trabajan y cumplen apropiadamente sus funciones;
VAMOS A PROMOVER Y CONSOLIDAR LA PEQUEÑA MINERÍA Y LA MINERÍA
ALTERNATIVA. Debemos plantearnos esta posibilidad por la vía de
la consolidación de empresas de producción social y de Empresas de
Propiedad Social Directa Comunal por intermedio de las comunas socialistas
mineras como las células fundamentales del nuevo modelo productivo
rumbo a la consolidación del Socialismo y del nuevo Sistema Económico
Comunal que debemos consolidar a partir de las Leyes del Poder Popular
aprobadas en diciembre del año 2010. De esta forma debemos garantizar
la estabilidad y el asentamiento territorial de miles de pequeños mineros,
proporcionando su organización y participación ciudadana, y suministrando
la infraestructura necesaria para satisfacer dignamente sus necesidades
y su relación armoniosa con el medioambiente. Además de generar masivamente
empleos productivos y estables, de contribuir con su capacitación profesional,
de apoyar integralmente la construcción de viviendas, Escuelas Bolivarianas,
módulos de Barrio Adentro, Casas de Alimentación, el Hospital del
Sur, sistemas de transporte público, tiendas de la red Mercal, Servicios
Públicos Fundamentales, Recuperación y Ampliación de la Red Vial
es necesaria la creación de una nueva relación entre los mineros y
el Estado Revolucionario.
ES NECESARIA Y URGENTE LA CREACIÓN DE UN NUEVO MARCO LEGAL Y REGULATORIO.
Reforzar la Institucionalidad, la responsabilidad y el control del Estado
Revolucionario en materia minera a través de la Reforma de la Ley de
Minas, que tiene como propósito favorecer, apoyar y beneficiar los
intereses de los pequeños mineros, hasta hoy asfixiados por grandes
grupos privados y empresas transnacionales. Enmarcada en las iniciativas
del Gobierno Bolivariano de pagar la deuda social acumulada durante
muchas décadas, la Reforma de la Ley de Minas ha sido elaborada con
la participación de los pequeños mineros en extensas y productivas
jornadas de debate que se desarrollaron en el sur de nuestro Estado
Bolívar en el año 2005.
ESTABLECIMIENTO DE UNA NUEVA INSTITUCIONALIDAD. Esta debe estar
representada por la consolidación de la Empresa de Producción Social
Minera Nacional, por la creación urgente de la Corporación Nacional
del Oro que ya ha anunciado el Comandante Presidente, el relanzamiento
definitivo de la Fundación Misión Piar y la conformación de las novísimas
Empresas de Propiedad Social Directa Comunal junto a las Comunas Socialistas
Mineras al sur del Estado Bolívar. Estas estructuras tienen la función
de facilitar el efectivo cumplimiento de la nueva Ley de Minas. La Empresa
CVG MINERVEN debe ser, junto a los entes gubernamentales, la principal
responsable para desarrollar la industria minera, a través de la exploración,
explotación, aprovechamiento racional, sustentable y sostenible, del
procesamiento e industrialización de los minerales -especialmente el
oro, el diamante y ahora también del COLTAN- y de su comercialización.
La Misión Piar debe terminar de llegar al seno de las comunidades que
sobreviven en máxima exclusión social, brindar la formación técnico-productiva
y socio-política a la pequeña minería, afín de transformar el modelo
económico rentista y excluyente para convertirlo en un modelo productivo,
endógeno y con relaciones igualitarias de producción.
FORTALECIMIENTO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES. Estas deben
estar dirigidas a la cooperación y complementación para el desarrollo
integral de la actividad minera como base para propiciar el encadenamiento
industrial. Este es un significativo mecanismo de fomento de alianzas
estratégicas con países hermanos, creando empresas grannacionales
mineras, impulsando la formación de recursos humanos, la transferencia
de tecnología y el creciente nivel de componentes nacionales en nuestra
producción. Estas acciones conducen a la integración latinoamericana
promoviendo el entendimiento con países de gran actividad minera como
Chile, Bolivia, Nicaragua, Ecuador etc., para lo cual creo perfectamente
factible el impulso de una instancia de encuentro latinoamericana minera
que bien pudiera denominarse el ALBA MINERA. Venezuela presenta una
nueva visión de las relaciones internacionales que diversifica los
orígenes y destinos de sus exportaciones, importaciones e inversiones
y, al mismo tiempo, diversifica su producción de bienes de mayor valor
agregado. Ejemplos evidentes de esto, son los proyectos que el MIBAM
desarrolla actualmente con Cuba, con Ecuador y con Bolivia, enmarcados
en la edificación de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de
Nuestra América (ALBA).
Venezuela posee en su subsuelo una riqueza mineral inmensa, que debe ser controlada por los venezolanos y puesta al servicio del desarrollo endógeno, de la construcción del nuevo país que queremos. Pertenecen a nuestro pueblo las reservas de bauxita, manganeso, caolín, oro, diamante, carbón, níquel, zinc, cobre, plata, arenas silíceas, cromo. Son de los venezolanos los estratégicos yacimientos de minerales de hierro, uranio, titanio, platino, plomo, estaño, cobalto, grafito, mercurio, magnesita, niobio y más recientemente el COLTAN que es un mineral altamente estratégico en la industria de las telecomunicaciones. Algunos de estos, incluso, integran el grupo de los llamados "minerales del futuro", relacionados con las posibles nuevas tecnologías de punta. Los países desarrollados en su mayoría son pobres en recursos naturales. Por esto, siempre tuvieron gran interés sobre nuestras riquezas.
DIRIGENTE REVOLUCIONARIO – MILITANTE DEL PARTIDO SOCIALISTA UNIDO DE VENEZUELA