Al analizar los estados financieros de las empresas básicas, cualquiera puede verificar que la mayoría atravesó por un período de notable recuperación entre los años 2003-2009. Los crecientes precios de los minerales e insumos básicos en los mercados internacionales, la reactivación de la economía nacional, el ajuste cambiario que permitió obtener más bolívares por dólar exportado, la reducción de la conflictividad laboral, y una gerencia con alta capacidad técnica explican en gran medida el buen desempeño en ese lapso. Tan así fue que, a pesar de los frecuentes cambios de ministros y presidentes de la CVG, la mayoría de los presidentes de las empresas básicas fueron ratificados en sus cargos.
Actualmente, los estados financieros registran una caída de la producción que se traduce en pérdidas en la mayoría de las empresas básicas. Entre las causas que explican ese deterioro, figuran: la grave crisis eléctrica que afectó considerablemente los niveles de producción, la recesión económica internacional y su repercusión sobre los precios de los metales, la contracción del aparato productivo interno, la sobrevaluación del tipo de cambio, el sabotaje a la experiencia de Control Obrero por parte de grupos sindicales en pugna, así como los frecuentes cambios en los equipos gerenciales. Todos estos factores se han conjugado para crear un difícil cuadro en el que la mayoría de las empresas básicas, en lugar de generar ingresos fiscales y en divisas que permitan justificar la extracción de minerales y el alto consumo de energía que el resto del país necesita, por el contrario están generando pérdidas y solo podrán sostenerse a través de la transferencia de recursos del Gobierno central, lo cual resta fondos para la inversión social y otros requerimientos del Presupuesto Nacional.
La creación de las empresas básicas responde a un proceso de división internacional del trabajo en el que Venezuela se insertó como un proveedor de insumos básicos intensivos en la explotación de recursos minerales, energía eléctrica y fuerza de trabajo barata. Pero en la actualidad, la actividad productiva se ha hecho cada vez más intensiva en conocimientos científicos y tecnológicos, lo cual tiende a desplazar el uso de las materias primas e insumos básicos tradicionales. El viejo modelo basado en la noción de ventajas comparativas está siendo desplazado por un esquema distinto, sustentado en la creación de ventajas competitivas sustentadas en el desarrollo de capacidades para generar, transferir, difundir y utilizar nuevos conocimientos científicos y tecnológicos.
Es hora de repensar el modelo de desarrollo industrial que dio origen a las empresas básicas y acometer un profundo proceso de reconversión tecnológica y de fortalecimiento de la capacidad gerencial, con el fin de incursionar en proyectos aguas abajo que transformen los insumos básicos en productos con creciente valor agregado. Al sustituir importaciones y diversificar la oferta exportable, las empresas básicas podrán mejorar su desempeño económico y financiero, crear nuevas oportunidades de trabajo y contribuir al desarrollo económico y social de la nación.
Víctor Álvarez R.
@victoralvarezr