El Bonzo petrolero

El bonzo tiene su origen cuando cientos de monjes budistas empezaron a acabar con su vida rociándose gasolina y prendiéndose fuego. Esto comenzó como un estilo radical de protesta cuando la ocupación de Indochina.

A partir de entonces, la ola de inmolaciones aún no termina, cientos de seres humanos siguen finalizando su vida como una manera de protestar en contra de regímenes despóticos y de tiranías pérdidas en los más recónditos secretos del imperialismo.

Rociarse con algún tipo de líquido inflamable y prenderse fuego en público es una dura forma de protesta y desobediencia civil. Inspiración solitaria que ahora renace en contra de quienes siguen manteniéndose indiferente ante pueblos enteros que les reclaman cambios.

De esta manera puso fin a su vida el ingeniero tunecino Mohamed Buazizi en contra del despótico tirano Ben Alí; todo sucedió en plena plaza pública de Túnez, un 17 de diciembre del 2010, cuando la policía le arrebató las frutas que vendía para mantener a su pobre familia, quienes pasaban las mismas necesidades que la mayoría de los tunecinos después del estrepitoso aumento del 40% que sufrieron los alimentos básicos; el alza más grande de las últimas dos décadas.

Hasta donde se conoce, alrededor de sesenta personas se han inmolado en Egipto y en Túnez. Esta realidad aún no se detiene. Después de la salida de Ben Alí, el veintiuno de enero de 2011, huyendo con tonelada y media de oro hacia Arabia Saudita, la protesta por una verdadera revolución aún no se detiene.

Lo más terrible del sistema capitalista es la gula por la demanda energética. Jamás el orbe tuvo tamaña solicitud de recursos provenientes de la energía fósil como la experimentada hasta ahora. Nunca, aires de revolución marcaron a pueblos enteros hipotecados por recursos fósiles en manos de minorías capaces de decidir la suerte de las mayorías.

Todo por obtener el control de las energías primarias fundamentales que se exponen al consumo, estando en primer lugar el petróleo (40%), seguido por el gas natural (25%), el carbón (25%), la energía nuclear (7%), la hidroelectricidad y otras fuentes con apenas un 3%.

Este es el desbalance del desarrollo mundial: América del Norte consume el 30% de la producción mundial de petróleo; Europa el 22%; los países de Asia en el Pacífico el 28%; América del Sur y Central 6 %; Oriente Medio 6% y África solo el 3%.

Asistimos al bonzo de millones ante la amenaza y apertura de una tercera guerra mundial empeñada en las manos de quienes menos intereses de sobrevivencia tienen sobre este planeta.

venezuela01@gmail.com
Para: www.aporrea.org
Enero 22 de 2012



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Miguel A. Jaimes

Politólogo. Magister scientiae en ciencias políticas. Doctor en ciencias gerenciales. Posdoctor ontoepistemología en geopolítica de las energías. Cursando doctorado en letras. Cursando Posdoctorado en literatura del petróleo en Venezuela. Libros: El oculto poder petrolero, apertura petrolera, poder de PDVSA vs. poder del estado. Petrocaribe la geogerencia petrolera. Primera edición. Petrocaribe la geogerencia petrolera. Segunda edición. Director del diplomado internacional en geopolítica del petróleo, gas, petroquímica y energías – Venezuela. Director de la web https://www.geopoliticapetrolera.com

 venezuela01@gmail.com      @migueljaimes2

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