Aumento de la gasolina y la LOPJ

En cuanto al eventual aumento del precio de la gasolina en el mercado interno nacional de Venezuela, entre los mentideros de la política y los intelectuales inorgánicos, hay varios simplismos que rayan en la estupidez, porque ocultan lo de fondo: su finalidad o utilidad.

En el primer grupo de ellos, tal vez, el más común y banal, cual IESA, SE-DICE, Academia de las Ciencias Económicas y Alquimistas, están los que plantean que debe aumentarse la gasolina "porque es más lo que se deja de propina al bombero que lo que se paga por ella". Otros, con más episteme en este grupo, afirman que "debe internacionalizarse el precio" y los más audaces alegan que en sus estudios de campo, han descubierto que una perolita de agua es más cara que llenar el tanque del automóvil.

En otro tolete están los "irritados" contra el régimen, es decir, los disociados psicóticos, que en su afán de sangre para que salga el Presidente Nicolás Maduro, afirman que "ojalá, aumenten la gasolina, porque vamos a tener otro sacudón como el del 27, 28 y 29 de febrero del año 89". Por eso su silencio expectante y deseoso, que cuadra con las expectativas de sangre con Robertica Jacobson, para los próximos días, según sus planes.

Ciertamente, la gasolina hoy, en el 2014 y desde hace rato, cuando llegó al poder el Comandante Hugo Chávez, luce tan barata para nosotros, entre otras cosas, porque:

1. Lo primero que emprendió su gobierno ante la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), fue la adecuación y pago de los barriles de petróleo a precios justos internacionales, elevando su costo en un banda de flotación, entre 90 dólares por barril, hasta unos 120 en situaciones extremas, además de que a lo interno, se salió de ese sector de chupasangre, enquistado en la vieja PDVSA, dados en llamarse "Gente del Petróleo" y su "meritocracia" de buche y plumas;

2. El Comandante Hugo Chávez ha liderado los aumentos salariales más altos de la historia republicana y el Presidente Nicolás Maduro, en poco tiempo, los ha elevado por encima de la inflación acumulada para el momento de las firmas de convenciones colectivas;

3. Durante la revolución chavista hubo una reconversión monetaria en la que se anularon 3 dígitos, derivando en lo que conocemos como el "Bolívar Fuerte", con su respaldo real en oro puro y rescatado de bancos en el extranjero, en donde pagábamos para que nos esquilmaran en la llamada IV República;

4. Ahora, vivimos en una nueva institucionalidad, es decir, en un Estado bolivariano, socialista y chavista del siglo XXI, lo que hace que algunos no se hayan adecuado y no comprendan aún el porqué del precio de la gasolina y la finalidad de un circunstancial aumento, que no sería bajo los esquemas capitalistas, como el neoliberalismo y la explotación de la clase trabajadora, verbigracia, la diferencia entre "gastos social" e "inversión social".

En cuanto a la conseja del aumento de la gasolina, relacionado con la salida del Presidente Nicolás Maduro y de todos los chavistas, porque sería el detonante para un estallido social, habría que recordar que con Carlos Andrés Pérez, las causas fueron otras, pues pretendían imponer un aumento de la gasolina a un Pueblo agobiado por el liberalismo económico, estrangulado en todos los sentidos, con un brecha de pobreza extrema que superaba el treinta por ciento de la población (30%), había corrupción galopante y hastío hacia la clase política gobernante, sobre todo, se pretendía aumentar la gasolina hasta dolarizar sus precios, respondiendo a un mandato expreso del Fondo Monetario Internacional (FMI).

En cambio, en el caso que nos ocupa hoy, el Presidente Nicolás Maduro está partiendo de una motivación: la inversión social, entendida como el beneficio que directamente se revierta en el Pueblo, en viviendas, becas, misiones, que para los capitalistas neoliberales, eso no sería inversión social, sino "gasto", porque ellos lo entienden así y entienden el crecimiento económico- social, como que el sector privado y la burguesía sean groseramente más ricos.

Pero, pareciera que estamos, obviando, consciente o inconscientemente dos cosas: la primera, el llamado a debatir entre todos los sectores patriotas, un eventual aumento de la gasolina, no para cubrir déficits, sino para inversión social; la segunda y principalísima, tiene que ver con la convocatoria a todas las Unidades de Batalla "Bolívar - Chávez" (UBCH), para que abatamos la especulación y la usura en esta guerra económica, que -según el modesto entender de quien escribe esto- no estamos ganando.

Se trata de no hacer del precio de la gasolina un fetiche de algo que no se puede tocar, ni aumentar, como tampoco, se trata del aquelarre con el que justifican y sueñan los iesaboys, los del SE-DICE y todos los apologistas del neoliberalismo, para hacer el mandado a sus amos del imperio, adecuándose a recetas trasnochadas.

Para nadie es un secreto que la guerra económica la están ganando los sectores parasitarios, con: desabastecimiento programado, hiperinflación que va de artificial a real, especulación y usura desmedidas e impunidad frente a estos delitos, de manera generalizada.

Con este antecedente económico, hemos de entender que no tendría sentido, ningún aumento racional de la gasolina, si no liquidamos primero, el parasitarismo y la impunidad con el que sectores privados disparan la inflación, de manera artificial, porque para ellos la Ley Orgánica de Precios Justos (LOPJ), no es más que un remedo.

Aumentar la gasolina sin hacer efectiva la LOPJ sería una tragedia. Nosotros como ciudadanos estamos llamados, junto con el gobierno, a liquidar los sectores parasitarios y, eso, aún, no está pasando.

Por ahora, gozar de la gasolina más barata del mundo, casi regalada, no nos estorba, ni nos da remordimiento de conciencia, porque es nuestra. Y si se aumenta, que vaya en inversión social, sin que sea un acicate para que se dispare la inflación.


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Luis Alexander Pino Araque


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