Petroleo, nacionalidad y justicia social

La primera empresa petrolera nacional fue la "Petrolia del Táchira" ubicada cerca de Rubio, a unos 15 kilómetros de San Cristóbal, Estado Táchira. Creada un 12 de octubre de 1878 por un grupo de venezolanos encabezados por Manuel Antonio Pulido. El área de actividades de la empresa comprendía unas 100 hectáreas en la hacienda La Alquitrana.

El 08 de abril de 1934 terminaron los derechos otorgados a esta empresa venezolana. Es de destacar que uno de los socios de la Petrolia, el Sr. Pedro Rafael Rincones, es el primer venezolano en viajar a los Estados Unidos con el fin de adquirir conocimientos sobre la industria petrolera, por lo que en el año 1880 trae al país para utilizar en las operaciones de la Petrolia el primer taladro de perforación a percusión y un tren de destilación. También tiene el mérito el Sr. Rincones de ser el redactor del primer periódico institucional de Venezuela difundido en el campo La Alquitrana, The Petrolia Star. Para el 10 de enero de 1919, la Petrolia del Táchira distribuye entre sus accionistas un dividendo de Bs. 28.000.

Las concesiones de Castro, a partir del Código de Minas de 1904, marcarán la industria petrolera venezolano lo largo del siglo XX en manos de ingleses, holandeses o norteamericanos. Durante los años 70 y 80 se intensificará el debate sobre acabar con las concesiones y las compañías mixtas y sobre la importancia de nacionalizar el petróleo. AD y Copei defendieron con nergía y espíritu entreguista de mantener las compañías mixtas, considerando que estás empresas con la debida tecnología podían garatizarnos el suministro de crudo para su exportanción; por su parte, el MEP, encabezado por Luis Beltrán Pietro Figueroa, defenderá la tesis de las no concesiones y de la nacionalización de la industria petrolera.

Evento conquistado durante el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez el 1 de enero de 1976. No obstante, la riqueza petrolera le permitía al gobierno operar con holgura. Por ejemplo, entre 1972 y 1974, los ingresos del gobierno venezolano se habían cuadruplicado. Con un nuevo sentido de confianza, el presidente Pérez prometió que el país se iba a desarrollar significativamente en unos pocos años mediante la sustitución de importaciones, los subsidios y los aranceles proteccionistas. Planeaba usar los beneficios del petróleo para aumentar el empleo, combatir la pobreza, aumentar los ingresos y diversificar la economía. Es el tiempo del “ta’barato, dame dos”; expresión de los venezolanos que iban a Miami a desayunar y comprar ropa importada. Y mientras los ciudadanos se deslumbraban con el poder adquisitivo de nuestra moneda, se armaban lazos siniestros y se cocinaban negocios turbios. Uno de ellos la faja petrolífera del Orinoco (FPO), esa extensa zona rica en petróleo pesado y extra pesado ubicada al norte de río Orinoco en un área de explotación actual de 11.593 km2, al sur de los estados de Guárico, Anzoátegui, Monogas y Delta Amacuro. Mientras los venezolanos se engolosinaban comprando y derrochando, pues esa era la pedagogía que recibía de sus gobernantes, se comercializaba el petróleo de la FPO a precio de gallina flaca en el exterior. Los partidos tradicionales (AD y COPEI), en conchupancia con las Transnacionales, impulsaban el saqueo y pillaje ya orquestado desde el gobierno Rómulo Betancourt, ese ilustre adeco, resucitado hoy por ser el único presidente versado en materia petrolera y autor del libro; y para los años 80 se intensifica con la creación de la filial Bitumenes del Orinoco (BITOR).

Esta explosión de riqueza engendró la nación, al venezolano de hoy. Ese individuo que anhela y persigue la riqueza sin que deba hacer mucho esfuerzo o planificar para conquistarla. Dentro de ese útero se organizaron las condiciones para nuestra gestación. De allí nacieron los populistas que continúan replicando el modelo de político vacío sin proyecto de gobierno; surgen “los pequeños seres” de Salvador Garmendia, la alienación ciudadana; los religiosos que ya no representan la reserva moral sino que exigen sus cuotas y participaciones económicas en el gran negocio que representa el poder político: recordemos la participación del Cardenal Velasco en el Golpe de 2002; el país, la nación, se metamorfosean en un negocio lucrativo que cualquier ciudadano puede y tiene el derecho a aspirar y saquear. Venezuela se transforma en un país político por excelencia; de allí surge la frase “no me den, ponme de haya”.

¿Qué es nacionalidad? Es una condición social, cultural y espacial en la que influyen numerosos elementos que definen el escenario político y organizacional de un grupo humano determinado. No puede ser estudiado como un concepto aislado, ni entenderse de manera unilateral, por lo que se entrelaza con muchos otros conceptos sociológicos.

El viernes negro de 1983, el Caracazo, las intentonas golpistas, pusieron sobre el tapete lo que somos y aspiramos. Amor con hambre no dura. Al agotarse la provisión se cae en rebeldía. La debacle del Puntofijismo se consuma cuando la escasez, el hambre y las quimeras son insostenibles. Nuestra madurez política y principios, parafraseando al Bismarck 1847, dura hasta que es sometida a prueba. Es común en Venezuela “saltar la talanquera” para asegurar la subsistencia. ¿Cómo se formó el Chavismo? ¿De dónde salieron los correligionarios de la Revolución? ¿Por qué la Revolución se halla en un atolladero? Los puntofijistas se quitaron la camiseta y se pusieron la roja; se acomodaron. ¿Por qué los militantes del MEP, Gallo Rojo, Bandera Roja, se fueron a la oposición?

Muchos militantes del llamado Polo Patriótico, partidos que apoyan la Revolución, están desempleados y sin formar parte de las estructuras que impulsan los cambios en las diversas áreas sociales, económicas y políticas. ¿Por qué? ¿Por qué Dante Rivas no ha podido aceitar el engranaje de los servicios públicos con las leyes que lo agilizan?

El siniestro Luis Miquilena bautizó con su puntofijismo acendrado el nacimiento de la Revolución: Durante los primeros años del gobierno de Hugo Chávez tuvo importantes cargos en la administración pública; electo Senador en 1998, pasó a ocupar brevemente en 1999, el Ministerio del Interior y Justicia y luego fue Presidente de la Asamblea Constituyente y Presidente de la Comisión Legislativa Nacional. En el 2001 nuevamente fue nombrado ministro del Interior y Justicia, en este cargo lanzó el Plan de Seguridad Ciudadana y promovió el Plan de Desarme Pacífico de Cárceles. Como nota curiosa, fue el primer alto funcionario del gobierno de Chávez, acusado -por el Fiscal General Javier Elechiguerra- por hechos de corrupción.

¿Qué ha hecho el Presidente Maduro para quitar el control puntofijista de Edelca, CVG Internacional y nuestras Embajadas en el mundo? ¿Qué ha hecho Argenis Chávez y la Magistrada Gladys Gutiérrez para reorganizar el poder judicial, como lo ordenó el Comandante Eterno Hugo Chávez, utilizando a los nuevos profesionales formados con conciencia revolucionario, en las aulas de las novísimas Universidades Socialistas? 577. 321 estudiantes de la Misión Sucre se deben conformar con unas becas que no alcanzan ni para el pasaje. Y qué decir de la Misión Ribas? Con BF. 250 deben costear sus estudios en un país donde un cuarto de kilo de café, si se consigue, se vende en 300 BF. ¿A qué punto se trasladaron los intereses de la Revolución? Los electores son vistos como simples números que ni comen ni sueñan con crecer intelectual y económicamente. ¡Craso Error, Carajo!, hubiera advertido el Comandante.

Recientemente se ha creado otra Misión: Misión Justicia socialista para embutir en ella a todos los profesionales del derecho de la UBV en calidad Ad Honorem; es decir, sin percibir estipendio. Asimismo, la Justicia de Paz, por ejemplo en el Estado Bolívar ha sido constituida con ciudadanos que nunca han figurado ni en la Revolución ni en la vida social ni comunitaria. ¿Qué criterios utilizan para elegir a sus representantes? ¿El azar? ¿Las carambolas? O , ¿se rodean de los menos preparados para justificar el status?

Sin fracturar el pasado, sin defenestrar el Puntofijismo, ninguna Revolución puede llamarse como tal.

PETROLEO Y JUSTICIA SOCIAL

A mediados de Enero de 2011 y de acuerdo con un comunicado oficial emitido por Rafael Ramírez Carreño, Ministro de Energía de Venezuela para la fecha, las reservas certificadas de petróleo de Venezuela ascienden a 297.000 millones de barriles, lo cual colocaría a Venezuela como el país con las mayores reservas de petróleo a nivel mundial -incluso por encima de Arabia Saudita- aunque el 75% de ellas correspondería a crudo extrapesado.

En 2006, Venezuela contaba con exportaciones netas de petróleo de 2,2 millones de barriles por día (350×10³ m³/día), ubicándose como el sexto exportador más grande del mundo y el más grande del hemisferio occidental.

Se estiman que el país produce alrededor de 2,8 millones de barriles por día (450×10³ m³/día) de petróleo. Esto significaría una vida útil de 88 años de producción al ritmo actual.

Las exportaciones petroleras de Venezuela cayeron en 100.000 barriles por día (bpd) en el 2014 según datos oficiales, a 2,33 millones de bpd. Pero la declinación ha sido más fuerte en Latinoamérica y el Caribe en años recientes, según documentos internos de la estatal venezolana PDVSA.

Ante la caída de los precios, según informa Reuters, África vendió al menos 8 millones de barriles de crudo a Sudamérica en los primeros dos meses de este año 2015, el doble que en el mismo período del año pasado, de acuerdo a datos de contrataciones de tanqueros.

Países como Uruguay y Argentina intentan sustituir el abastecimiento venezolano con crudo africano a medida que Venezuela enfrenta dificultades para cubrir las cuotas de suministro acordadas bajo pactos comerciales, alegando contra ello que el petróleo africano es más livianos y de menor contenido de azufre que las variedades regionales o europeas. Lo mismo aducen Chile, Brasil y Perú.

Y ante la falta de garantías en el suministro desde Venezuela, países como Uruguay están buscando importar más petróleo de Nigeria, Angola y Brasil.

Mientras nuestros socios “revolucionarios” se aferran a tablas de salvación como desesperados náufragos, la cotización del crudo nacional promedia un valor de 41,33 dólares por barril, mientras que en 2014 el promedio fue de 88,42 dólares y en 2013 de 98,08 dólares por barril.

¿Hacia dónde debe enfocarse el interés nacional revolucionario? Hacia el ciudadano, el hombre y la mujer. Una sociedad que vive en amenaza, como la emitida por Obama, que debe comprar con mucha dificultad sus alimentos; una sociedad que no percibe el impacto del Gobierno en la re-direccionalidad de las políticas públicas a fin de revertir lo que se ha llamado “La Guerra Económica”, es una nación, una sociedad enferma.

Para la Organización Mundial de la Salud, la salud mental “no es sólo la ausencia de trastornos mentales. Se define como un estado de bienestar en el que el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad.”

Venezuela no es un país en guerra, pero los índices de emigración son muy altos, y qué decir de las estadísticas por criminalidad. La inseguridad personal, el miedo a morir en cualquier atraco o secuestro exprés, asesinatos monstruosos, temor a no encontrar medicinas, entre otros. Hospitales públicos en pésimo estado, emergencias de clínicas cerradas por falta de insumos. Escasez de alimentos, hiperinflación, bloqueo de iniciativas privadas porque no hay manera de ponerlas a rodar en medio de la carestía, inseguridad y falta de insumos. El ascenso social individual es un pecado y una travesía sin éxito. No vale la preparación ni el mérito y los estudios, sólo sirven para mantener distraídos a los talentos más virtuosos que simplemente sueñan con abandonar el país en busca de futuro. La pobreza se ha convertido en la corporación de la política y de los políticos sin otro recurso que la ideología necesaria. Corrupción y escándalos saturan hoy la parálisis en la vida política y social del país.

Que el petróleo sirva para satisfacer los requerimientos de la deuda social histórica. Basta de chácharas y a trabajar por la nación. La Revolución debe ser depurada como lo pidió el Comandante Eterno al proponer “revisión, rectificación y reimpulso de la Revolución Bolivariana”.



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