(Aproximación preliminar)

Domingo Alberto Rangel y la cuestión petrolera

Una de las tareas más urgentes de la historiografía venezolana contemporánea, que no se puede seguir postergando por sus enormes implicaciones políticas en el tiempo presente, es la interpelación de la llamada izquierda criolla, tanto en sus contribuciones al desarrollo de la ciencia social nativa, como en sus logros y deudas en el devenir político de la nación en los últimos ochenta años. La actuación política de este actor desde la cuarta década hasta finales de la pasada centuria, esta signada por grandes fracasos y equivocaciones políticas en momentos cumbres de la lucha política nacional: su relación de amor y odio con el gobierno de Medina Angarita; su actuación en la caída de Rómulo Gallegos; su invisibilidad en las elecciones de 1952; su inocencia política el 23 de enero de 1958; luego su triple derrota (militar, política e ideológica) en el movimiento guerrillero de los años sesenta y por último, su incomprensión de las ansias democráticas del pueblo venezolano que expulsó a Pérez Jiménez, son evidencias contundentes de los grandes desmadres de la izquierda por estas latitudes. Esta izquierda con semejantes antecedentes políticos, se adhirió a la Revolución Bolivariana de Hugo Chávez, llegando a tener vara alta en la dirección de este movimiento político, por lo que no sería descabellado suponer que la gran derrota electoral del gobierno madurista el 6D, responda en parte, a los lastres ideopolíticos de la izquierda nativa que dirige la Revolución Bolivariana.

Los grandes reveses de la izquierda venezolana, reclaman con prontitud se le investigue, utilizando los recientes avances teorico-metodológicos del conocimiento social, pues es este actor político, uno de los entes llamados a constituir el movimiento nacional anticapitalista que le ponga fin el reino del capital en nuestro país. En este orden de ideas, consideramos que los graves desaciertos históricos de nuestra izquierda, vienen dados por las grandes carencias teóricas que este movimiento a exhibido durante toda su trayectoria política, sobre todo en los tiempos de la Revolución Bolivariana.

Con el objetivo de acercarnos sumariamente a las carencias teóricas antes referidas, nos proponemos revisar la Economía Política creada por esta izquierda sobre la cuestión petrolera, ya que la Venezuela contemporánea la moldeó la explotación petrolera y los grandes riesgos que corre en la actualidad nuestra soberanía, también están en sintonía con las grandes reservas de oro negro que anidan en los yacimientos patrios. Sin la economía política del petróleo no hay comprensión posible de la Venezuela actual y por venir. Por consiguiente, iniciaremos esta tarea acercándonos al pensamiento petrolero de una de las figuras cimeras de la izquierda criolla: Domingo Alberto Rangel(DAR) y nos centraremos en su libro: Capital y Desarrollo: El Rey Petroleó. Caracas, UCV.1970.t2. En lo que sigue, apuntaremos las grandes deficiencias teóricas e históricas que a nuestro juicio encontramos en el texto en comento:

1.-Su apreciación histórica del Gomecismo esta presa de la visión de Rómulo Betancourt, quien vio en este fenómeno histórico, un periodo oscurantista y entreguista de las riquezas nacionales. Para DAR el Gomecismo fue una expresión política de la oligarquía, un protectorado de USA, sin embargo, lo que olvida es que la primera oposición política al gobierno del Hombre de la Mulera vino de la propia oligarquía hasta 1928. El ejército nacional fue creado para someter a los señores de la tierra. La primera Ley petrolera que el país dio en 1920, afectó los intereses de las compañías arrendatarias.

2.-Su visón de la economía petrolera la hace desde el punto de vista del capital, olvidando que en la explotación de la naturaleza intervienen tres factores productivos: el capital, el trabajo y la tierra. A la cuestión petrolera venezolana hay que llegarle desde la propiedad del recurso natural y su enfrentamiento con los amos del capital. DAR se acerca a la temática utilizando el bagaje neoclásico-keynesiano donde la propiedad de la tierra no aparece como factor productivo. Su visión petrolera es típicamente liberal.

3.-Por ser un gran intelectual de la izquierda resulta sorprendente que DAR no se haya acercado a los clásicos de la economía política y a las obras de Carlos Marx, donde está el bagaje teórico para entender la cuestión petrolera criolla.

4.-En cuanto a la participación del Estado en los proventos del petróleo durante el periodo concesionario, DAR incurre en flagrantes contradicciones cuando sobre este reparto afirma: "…incurre el país en una enajenación sin contrapartida, o diciéndolo en lenguaje jurídico, en un contrato unilateral en el cual entregamos riqueza sin la condigna compensación". P.138. Más adelante remarca esta apreciación sentenciando: "Casi podría firmarse que el deterioro de los valores de retorno constituye un signo estructural que a modo de modalidad privativa acompaña a la Venezuela del petróleo". P.138.- En otras palabras, para DAR, las compañías aceiteras se lo llevaban casi todo lo producido por la actividad petrolera. A Venezuela le quedaban las migajas. Pero luego remata con el siguiente comentario contradictorio: "El auge dela riqueza petrolera, cuya sistema legal hace del gobierno el beneficiario de la renta que emana de los hidrocarburos en forma de regalías y contribuciones, encubre la potencia fiscal del Estado. Ingresos y gastos siguen una curva de vertiginosos ascenso…La trayectoria ascendente de las cuentas fiscales evidencian el nexo que se establece entre el Estado y el petróleo, desde que este irrumpe como riqueza cardinal en nuestra vida…el petróleo emancipa al fisco de la economía autóctona"pp.292-293.

De este último comentario se desprende una interrogante: ¿cómo fue posible que el estado venezolano se hiciera de una potencia financiera afincada en los proventos del petróleo cuando las compañías arrendatarias se lo llevaban casi todo?. Esta contradicción la vamos a encontrar en casi todos los pensadores petroleros de la izquierda criolla hasta 1975. Para nadie es un secreto que la Venezuela de 1920 ocupaba uno de los últimos lugares en el desempeño económico de América Latina. No obstante, para 1970 ya estamos en los primeros lugares del desempeño económico del continente gracias al petróleo. El no tener claridad sobre la economía política petrolera hizo de la izquierda presa fácil de las apetencias políticas de Rómulo Betancourt, quien ya manejaba con cierta soltura la cuestión petrolera, lo que facilitó la derrota del movimiento guerrillero de los a años sesenta.

En conclusión, DAR no llegó a descifrar el problema petrolero porque arrastraba un tremendo obstáculo epistemológico: no tenía las herramientas teóricas para dilucidar dicha ecuación. La economía liberal y su desconocimiento del marxismo no se lo permitieron.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



 



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Humberto Trompiz Vallés

Historiador y profesor universitario jubilado, especializado en historia petrolera de Venezuela.

 htrompizvalles@gmail.com      @trompizpetroleo

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