Los socialistas somos más democráticos

Democracia: “Sistema de gobierno en que el pueblo o la plebe ejerce la soberanía; Doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno.” (Diccionario Ideológico de la Lengua Española. Julio Cáceres. Ed. Gustavo Gili, S.A. Barcelona, 1988, p. 264) “Toma tu tomate” dirían mis camaritas a la contrarrevolución. Pero ello nos obliga a definir qué es la contrarrevolución. Tratemos. “Revolución política en sentido contrario de otra reciente” (Idem., p. 218) En ese orden de ideas, siguiendo el esquema, si la sociedad venezolana acepta que estamos incursos en un proceso revolucionario, entonces el discurso de la MUD plus sus congéneres están en profundo desacuerdo con las decisiones constitucionales, legales y políticas que se han venido desarrollando desde aquel diciembre cuando Chávez Frías dio aquel discurso en el Ateneo. Ello significa que la MUD plus adeptos están de espalda a lo que el diccionario referido llama “pueblo y/o plebe”; en otras palabras que la MUD y sus coláteres no se identifican con el bienestar de la población venezolana como un todo social sin distingo de sus ubicaciones en la estructura social venezolana. Difícil de digerir para ese conjunto político que dice ser el representante de las grandes mayorías post-26-S. Nos explicamos.

Jesús de Nazareth circunscribió la Doctrina, porque ella, la Doctrina, no era de Él sino del Padre, en un mandato y una sugerencia: “Amarse los unos a los otros”, el mandato; mientras que la sugerencia fueron Las Bienaventuranzas. No estamos diciendo que Jesús de Nazareth fuera socialista pero, la verdad, era muy demócrata. El domingo próximo pasado (10, octubre, 2010) en el programa “El kiosco veraz” transmitido por VTV, un líder campesino describía situaciones que venían sucediendo en el sector campesino de asesinatos, amenazas, etc., y dijo algo que ha debido impactar a la teleaudiencia: “Nosotros los socialistas no somos vengativos…pero debe haber justicia”. El resultado de las elecciones legislativas del pasado 26-S (Octubre, 2010) expresaron una realidad que fue bien y profundamente analizada durante el programa “José Vicente hoy” (domingo, 10, octubre, 2010) con criterio, sindéresis, equilibrio en lo expresado, profundo y cargado de mucha objetividad con respeto mutuo. Fue un programa encuadrado dentro de lo que comúnmente se califica como “libertad de expresión”. En el programa “Cayendo y Corriendo”, transmitido por VTV, (11, octubre, 2010) el conductor expuso la opinión de un columnista que, evidentemente, es contrarrevolucionario (desconocemos si el columnista es de derechas o de esas izquierdas blanquistas) donde, según lo leído por el conductor, el texto reflejaba una profunda “amargura política” por la incapacidad del escribidor de objetivar en lógica formal sus argumentos sino expresar, como comúnmente lo vienen haciendo otros escribidores, su relación de rechazo-odio hacia Chávez Frías. Cuando se coloca en una balanza de criterios morales y objetividad ética las opiniones expresadas por la contrarrevolución, el resultado nos llevaría a una serie de preguntas e inquietudes desde el conjunto revolucionario que preocupan porque se desconoce cuál es, verdaderamente, la sustentación teórica de esa contrarrevolución; es decir, no sabemos si esa contrarrevolución es capitalista, si es blanquista, si es socialista utópica, ni siquiera si es demócrata no ya por sus expresiones golpistas y conspirativas sino porque sus argumentaciones no se pueden encuadrar en un marco paradigmático que nos permitan elaborar un discurso político-ideológico que contravenga esa tan aspirada argumentación proveniente del campo de las derechas criollas cuando en sus discursos se avocan a repetir que ganaron las elecciones legislativas y que la mitad del país les pertenece (la típica mentalidad capitalista del valor-objeto, alienación).

¿Por qué decimos que los socialistas somos más democráticos? Fíjense que escribimos “democráticos” y no escribimos, también, “demócratas”; ello debe ser considerado porque en nuestro modesto conocimiento y a pesar de la definición arriba propuesta, la contrarrevolución es y tiene visos de demócratas claro dentro de los paradigmas de la “Democracia Representativa” y/o como diría una amistad que esa oposición a Chávez es la fiel representación de la democracia burguesa post-Revolución Francesa. Acá deberíamos explicarnos con cierta precisión. En primer momento, debemos y aceptamos que la Revolución Francesa, de corte capitalista, enseñó a la sociedad desde ese “hecho histórico” hasta el presente a luchar social y políticamente por sus derechos como ciudadanos; seguidamente, esa lucha conllevó que se fuera proponiendo, discutiendo, aprobando, impulsando e imponiendo los esquemas jurídicos que tenían a bien definir a esa sociedad burguesa. No vamos a describir las formas y maneras de esa praxis. Algunos ideólogos de ese capitalismo tempranero, sensibilizados por tamaños exabruptos cometidos por los dueños de fábricas, etc. (Charles Dickens en sus novelas; Charles Chaplin, en algunas de sus películas) expresaron teorías para “minimizar” las consecuencias de aquella praxis. Pero la relación ganancias-costos-acumulación-poder se fue desarrollando hasta niveles cuando la mano de obra barata infantil ha comenzado a tener incidencia real en los costos, es decir, que el proceso de lo que se ha denominado “explotación del trabajador” se ha venido desarrollando en tanto y cuando se han desarrollado los paradigmas del sistema capitalista; es decir, la relación ganancia/Poder-costos-subyugación laboral es una ecuación que tiende a no ser “suma cero”. Es verdad que otras variables entran en la ecuación descrita como serían las materias primas, rutas marítimas, equilibrios financieros, etc.

Pero la realidad histórica nos enseña, obligatoriamente, a ser objetivos; por ejemplo, se habla de Carlos Marx pero poco se dice que pasaba horas sentado en la biblioteca del British Museum estudiando Historia Mundial para conocer como se había desarrollado eso que llaman antropología social y otras cosas.

En ese orden, Venezuela es un país sui-generis y ello debemos admitirlo. Refería José Vicente Rangel en el programa referido más arriba una anécdota con algún ex-Presidente de Colombia sobre la “violencia”. Interesante dato para analizar del lado de la contrarrevolución; dato que nos lleva a pensar que las contradicciones que se desarrollarán durante el ejercicio legislativo próximo que comenzará después del 05 de enero del 2011, serán “profundas e intensas” porque, como bien lo dijo el “negro” Aristóbulo, será la confrontación, en el Poder Legislativo, de dos realidades teórico-políticas que se discutirán “a muerte sin que llegue la sangre al río”. Esa realidad hay que objetivarla no solo a lo interno de los diputados socialistas sino explicarla al Poder Popular por aquello de la conciencia. Pero ¿Por qué se expresarán esas contradicciones? ¿Qué las motivas? ¿Cuáles son las causas? Y ¿las consecuencias? ¿Cómo se podrá desarrollar un diálogo de acuerdos sobre la base de sustentación como lo es la Revolución Bolivariana? Tratemos de exponer ideas.

Nuestra primera consideración está íntimamente relacionada con el sistema político que se está instituyendo. Decíamos más arriba que la propia Revolución Francesa produjo un desarrollo de la sustentación jurídica que necesitaba aquel capitalismo incipiente con sus incidencias sociales. Insinuábamos que era, socialmente, “chucuta” por el carácter de “explotación” de la masa trabajadora (hoy en día no hay distingos en la explotación laboral si son “blue-collars worker” y/o “white-collars worker”) que bien describieron los socialistas a partir del mismo momento que adquirieron conciencia de aquella realidad alienante. Esos dos modelos jurídicos se enfrentarán en la Asamblea, no solo en las plenarias sino también en las comisiones. La contrarrevolución-derechas tratarán de imponer sus criterios capitalistas (a pesar de que públicamente no se atreven a definirse como capitalista como línea política visto que las políticas sociales que ha venido aprobando el Legislativo e implementando el Ejecutivo son de carácter socialista). Que se discutan ambas teorías-praxis en la Asamblea es democrático como lo proponen voceros de la Revolución Bolivariana; que será álgida discusión y permanente, lo será como lo dijo Aristóbulo en la Plaza Bolívar de Caracas pero se tendrán que alcanzar acuerdos para seguir aprobando las leyes que vayan y continúen institucionalizando los paradigmas de la Revolución para que “aguas abajo” vayan permeando hacia la conciencia de los Derechos Humanos de y en toda la sociedad venezolana. ¿Cuál podría ser la contribución de la contrarrevolución-derechas criolla a la institucionalización del nuevo Estado? En primer lugar, tendrá que asumir su carácter nacional, es decir, considerarse venezolanos y no reflejo de políticas internacionales de derechas; es decir, tendrá que “alinearse” con el Poder Popular y des-alienarse de ese esquema ideológico-capitalista obsoleto, caduco y periclético. En segundo lugar, tendrá que estudiar marxismo para comprender qué es y qué significa el desarrollo de la estructura y de la superestructura. Vayamos al “caso China”. En este caso concreto, Washington consideró y así lo sigue considerando que las políticas propuestas e implementadas por Deng Xiaoping llevarían a China al capitalismo; craso error que los “intelectuales” de las derechas criollas repiten con total desconocimiento de causa; de ahí que le sugerimos a esas derechas estudiar marxismo con el rigor, seriedad y objetividad que obliga su propio futuro como clase ideológica. En tercer lugar, deberían contribuir en la discusión de qué es y cómo se implementa la verdadera “propiedad privada” y dejar de lado esos esquemas ideológicos para estúpidos de la “Guerra Fría”. Me permito hacer sugerencias. Tanto en los paradigmas de la socialdemocracia como de la democracia cristiana hay contenidos que les permiten contribuir a aclarar públicamente que consideran como propiedad privada no solo en lo personal sino en los “medios de producción”. Una interesante lectura es la Encíclica “Rerum Novarum” para aquellos que no se la han leído; claro hay que adosarle algunos conceptos teológicos contenidos en la “Palabra de Jesús de Nazareth”. Tanto los esquemas de la socialdemocracia alemana como los de la democracia cristiana alemana han entrado en profunda contradicciones desde los años 70 mientras que la socialdemocracia sueca ha tenido sus interesantes desarrollos de beneficios sociales que podrían servirle a esas derechas criollas en sus propuestas legislativas. Es de todo evidente que el Capital entra en profunda contradicción con esas políticas suecas cuando “se ve en peligro” pero, en el caso venezolano, aún hay mucho camino por andar. Otra contribución que podrían estudiar los socialdemócratas sería el sistema de salud británico, claro, antes que el Primer Ministro Cameron, lo destroce; pero si se siguen esquemas como los propuestos por el Partido Popular Español, cercano a las democracias cristianas latinoamericanas, de un “Capitalismo Salvaje”, la confrontación tanto en Cámara como en las Comisiones será “muy profunda, peligrosa y dañina” tanto para los objetivos de esas derechas de “sacar a Chávez” de Miraflores como de enfrentarse al Poder Popular.



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Miguel Ángel del Pozo


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