Era doble cabina de la marca chevrolet, color: azulito pálido, aquel carro se destacaba entre los pocos que transitaban en ese momento, encima de su tolva iban unos cuatro muchachos con unas banderas rojas, mientras su conductor tocaba y tocaba corneta.
Debo confesarles que igual a los que estaban allí, unos esperando camionetica, otros saliendo de su trabajo, algunos esperando que los vinieran a buscar, ninguno podíamos entender aquello. Desde lujosas camionetas se pretende defender la revolución. No tienen ni idea de lo que es, un proceso bolivariano.
Como se ha perdido el cuidado, el tino, la decencia y hasta la humildad de protestar, algunos intentan seguir engañándonos con un farfullo discurso. Son los que cómodamente se abrogan ser comunistas y revolucionarios tan fácil como ir al kiosco a comprar una empanada.
Sobre tremendas camionetas se quiere enseñar el nuevo estilo de defender nuestra revolución y de esta manera pretender “cuidar” a PDVSA. Lo mismo da andar sobre las despampanantes Chevrolet que sobre un Hummer.
La humildad está ausente, se volvió indecorosa la sencillez. ¿Acaso estamos frente a una nueva clase de revolucionarios que para organizarse apelan a toda hora al blacberry, pin, twitter y facebook?
Pero eso no es todo y no quiero dejar pasar dos acontecimientos más sucedidos sobre aquel día. Seguí por VTV las concentraciones del ministro Rafael Ramírez, estaba en Anzoátegui y después voló hacia Falcón. Mientras hablaba, observaba la confeccionada propaganda de PDVSA, igual que los de antes, un avisito bonito, bien confeccionado con una consigna y sostenido con un palito por un empleado un poco apurado que termine la actividad.
Sin duda que mis recuerdos me atormentan, análogo como protestaba la “Gente del Petróleo” igualito “algunos” trabajadores de la industria petrolera protestan en “La decencia Petrolera”.
Ya lo nuestro, lo de antes, el equipo haciendo pancartas a brocha y pintura fresca se perdió, ahora tenemos rial, por eso todo es mas corporativo y “bonito”.
Ahora algunos ricos pretender proteger a PDVSA, si creen que exagero, vean como se han convertido en multimillonarios los dueños de las “cooperativas” que prestan servicio a la industria petrolera, sobre todo en transporte, por no tocar otras áreas mas.
Pero aquí no finalizo todo, por la noche veo unas declaraciones de la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena. Se presento lujosamente bien vestida, apoyada sobre un atril, parecía la presentadora de un programa de modas.
La presidenta del Poder Electoral de bromita habla, y uno se pregunta si esta refinada dama se acerca con el pasar de los días, a ser una representante de las mujeres revolucionarias de este país. Perdónenme, pero pienso que no.
La presidente del CNE se ha dedicado a cultivar su elegancia, buenísimos gustos en joyas y perfumes, y todo eso también aparta a nuestra revolución de la sencillez y humildad.
Igual que el ascensor que está parado todo el día en el TSJ con una pobre vieja que se duerme, pues nadie puede usarlo, en baja voz te dicen: “es solo pa´ magistrados”. Son cosas que no se entienden.
Camionetas último modelo, refinada propaganda y desbordante elegancia, habla de un grupito de “revolucionarios” distintos y diferentes, y no me atrevería ni a compararlos con los del pasado y que ahora nos enfrentan: Sin ir muy lejos los hombres y mujeres combatientes, camaradas de infatigables luchas, sin dudarlo, no son estos.
Qué bueno ven una revolución así, por eso aquí no tienen cabida los que apestan, los “trajeados” con la misma ropa mugrienta de ayer, los que andan a pata todo el día y se trasportan en camionetica, los perdedores, pobres y revolucionarios verdaderos, los mismos excluidos de siempre.
Absuelvan
mi brío, buen brote de faena…