El SENIAT, la reforma tributaria y el discurso revolucionario.

El discurso es fundamental en un proceso revolucionario, entendiéndolo como una acción educativa y propagandística que divulga ideas, principios y prácticas comunistas y socialistas vinculadas con las necesidades-intereses del pueblo trabajador, mientras evidencia el carácter clasista de las relaciones sociales e instituciones capitalistas; por lo tanto, logra demostrar con un sentido crítico la articulación de la realidad concreta cotidiana que vivimos con la explotación económica, opresión política, exclusión cultural y, desde una perspectiva estructural, dominación social de las clases propietarias de los medios de producción.


Debemos recordar los aportes de Antonio Gramsci, importante militante comunista del siglo XX, que en su artículo Socialismo y Cultura afirmó: “toda revolución ha sido precedida por un intenso trabajo de crítica, de permeación cultural, de penetración de ideas a través de agregados humanos…”[i]. Es así como, núcleos organizados de las clases subalternas emplean su discurso escrito, visual o hablado para crear las condiciones necesarias para desarrollar y/o profundizar la revolución. Sin embargo, ese discurso popular que se enmarca en el proyecto anti-imperialista y socialista, debe ser coherente con la acción concreta que destruya las instituciones burguesas porque de lo contrario se constituye en simple demagogia, que genera desmovilización y desesperanza en el pueblo trabajador.


En este sentido, el proceso bolivariano tiene un gran desfase, una separación pronunciada entre su discurso revolucionario referente al tema económico y la situación concreta de las estructuras económicas del país: capitalismo dependiente rentista-petrolero. Lo afirmando no niega los avances alcanzados en la reducción de la pobreza del pueblo trabajador venezolano[ii], así como el incremento de la inversión social con la finalidad de garantizar sus derechos; además evidencia la necesidad fundamental de ratificar con varios millones de votos en la Presidencia de la República al camarada Hugo Chávez, para poder hacer profundos cambios en la economía que nos permitan construir el socialismo.


El referido desfase entre el discurso socialista desarrollado y la vigente economía capitalista del país, se observa con claridad en la situación tributaria venezolana; es decir, en los ingresos que obtiene el Estado mediante los impuestos y tasas canceladas por las distintas clases sociales. De esta manera, con la finalidad de identificar el discurso escrito del proceso bolivariano alrededor del tema tributario emplearemos dos documentos oficiales y programáticos, que proyectan el horizonte de transformaciones necesarias para conquistar una sociedad más justa, democrática e igualitaria; tales como: La Constitución Bolivariana de 1999 y el Proyecto Nacional “Simón Bolívar” 2007-2013. La Carta Magna, en su artículo 316, expresa que “el sistema tributario procurará la justa distribución de las cargas públicas según la capacidad económica del o la contribuyente, atendiendo la progresividad; así como la protección de la economía nacional y la elevación del nivel de vida de la población venezolana…”[iii]. Además, después de la incorporación del carácter socialista en el año 2004, en el denominado Primer Plan Socialista de la Nación que presenta las líneas de acción para el periodo 2007-2013, particularmente, en su lineamiento cuarto “Modelo Productivo Socialista”; se plantea que es necesario establecer “el funcionamiento de nuevas formas de generación, apropiación y distribución de los excedentes económicos y una nueva forma de distribución de la renta petrolera…”. Igualmente, en la estrategia 3.4 de la misma línea general del texto oficial citado anteriormente, se sostiene la necesidad de “asegurar una participación eficiente del Estado en la economía”, para lograr “promover la estabilidad y sostenibilidad del gasto”, “reordenar el sistema tributario” y “aumentar la inversión en actividades estratégicas”[iv]


No obstante, a pesar del discurso escrito realizado en dos documentos esenciales para el proceso bolivariano planteando un sistema tributario justo que permita la transición al socialismo, encontramos que la realidad concreta dista mucho de lo leído en el párrafo previo. Veamos las cifras ofrecidas por el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT) [v], que evidencian como la mayoría de los impuestos cancelados al Estado son indirectos, es decir, gravan el consumo y no las ganancias o excedentes de los burgueses. En el año 2011, siempre utilizando información suministrada por el SENIAT, el gobierno nacional recaudo 147,00 millardos de bolívares que dividos entre el valor del dólar oficial 4,30; nos resulta que obtuvo 34,18 millardos de dólares. Dato que comparado con el Producto Interno Bruto (PIB) venezolano que se encontraba en 2010 en 391,84 millardos de dólares, según el Banco Mundial[vi], permite evidenciar que el porcentaje del PIB cancelado en tributos al gobierno nacional es alrededor del 11,5%; en realidad, bastante menor a la denominada presión tributaria (vinculación de la recaudación y el PIB), en países latinoamericanos como: Argentina 26%, Brasil 22%, Colombia 20% y Chile 20%[vii]. Por ende, se visualiza como la intervención en la economía del Estado venezolano depende fundamentalmente del control de la renta petrolera y, a pesar del discurso socialista que afirma la necesidad de aumentar la presencia de lo público en la economía, el Estado mantiene una recaudación muy limitada que debilita la posibilidad de realizar una mayor inversión social y económica en áreas estratégicas para el desarrollo de las fuerzas productivas del país, mientras permite que los recursos no convertidos en impuestos sean acumulados en forma de ganancias por los sectores de la burguesía con mayores ingresos: La banca, los importadores y aquellos empresarios con contratos con el Estado.


Al mismo tiempo, mientras el camarada Presidente Hugo Chávez sostiene que “en la IV República los ricos no pagaban impuestos, las grandes empresas no pagaban impuestos, no ven que ellos ponían al Presidente y a los ministros; ¿y a quién le cobraban impuestos? ¡A los pendejos, a los sectores medios, esos sí pagaban impuestos!”[viii]; revisamos mediante las cifras del SENIAT que de los 147,00 millardos de bolívares recaudados solamente 36,77 millardos corresponden al Impuesto Sobre la Renta (ISLR), representando solamente el 25%, es decir, solo la cuarta parte de la recaudación fue cancelada por las clases sociales que obtienen más ingresos y asignado de forma directa en las ganancias de la burguesía. En realidad, la mayor porción de los ingresos provienen del regresivo Impuesto al Valor Agregado (IVA), que garantizo una entrada de 65,23 millardos constituyéndose en el 44,37% y de la renta aduanera producto de los aranceles cobrados a las importaciones que generaron un ingreso de 35,09 millardos, el 23,87%; cerrando el monto con la recepción de 10,33 millardos que el SENIAT no especifica. Entonces, cuando con un discurso ajustado a la predica revolucionaria el líder del proceso bolivariano fustiga a los ricos por evitar el pago de impuestos en los gobiernos de la denominado IV República, la realidad tributaria del país analizada a partir de cifras oficiales evidencia que la mayoría de los impuestos son indirectos; es decir, cancelados por los consumidores en su mayoría miembros del pueblo trabajador porque son incorporados en el precio final de los bienes y servicios ofertados en el mercado por los empresarios, comerciantes, importadores y banqueros: Los burgueses.


Aunque comprendemos que el socialismo implica el control social y popular por parte del pueblo trabajador consciente y organizado de los medios de producción estratégicos (fábricas, empresas, comercios, banca y tierra); asumimos que por las características particulares del proceso de transición al socialismo en la Venezuela bolivariana, necesitamos mediante el aumento de los impuestos a la renta, a la ganancia súbita y al patrimonio de la burguesía incrementar la cantidad recaudada por parte del Estado de los excedentes económicos generados por los trabajadores y trabajadoras en los centros de trabajo privados, pero apropiado y acumulado por los burgueses en forma de ganancia. De lo contrario, estaríamos convirtiendo al socialismo en un simple discurso, una buena mascara propagandística que intenta esconder la administración por parte de los bolivarianos del capitalismo rentista-petrolero; algo que los revolucionarios no deseamos que acontezca, por lo tanto debemos denunciar y luchar por cambiar la situación tributaria injusta que ocurre en el país.


Omar Vázquez Heredia.



[i] GRAMSCI, Antonio. (2004) Antología. Biblioteca del Pensamiento Socialista. Siglo Veintiuno editores. Buenos Aires-Argentina.

[ii] En Venezuela se redujo en los últimos 10 años en 21,6% la pobreza. Según cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

[iii] Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. (1999). Título VI. Capitulo II. Artículo 316.

[iv] Proyecto Nacional “Simón Bolívar” 2007-2013. (2008). Línea General Modelo Productivo Socialista. Fundación Escuela Venezolana de Planificación. Ministerio del Poder Popular para la Planificación y Desarrollo. Caracas-Venezuela.

[vi] Se cálculo la presión tributaria empleando el PIB del 2010, porque todavía no tenemos totalizado el PIB para el 2011 de Venezuela. Cifra del Banco Mundial recuperada en http://datos.bancomundial.org/pais/venezuela

[vii] Cifras ofrecidas por la CEPAL en la conferencia realizada por Juan Pablo Jiménez de la División de Desarrollo Económico en el año 2007, titulada: Relaciones Fiscales entre Niveles de Gobierno en América Latina: Temas pendientes y desafíos.

[viii] Declaraciones realizadas por el Presidente de la República Hugo Chávez, el 30 de diciembre de 2011. Recuperadas en http://www.rnv.gov.ve/noticias/index.php?act=ST&f=4&t=173254

ogvh_21@hotmail.com



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