¿Qué nos conecta al líder-comandante-presidente?
Sin duda que su carisma pero más que ello su discurso que nos identifica, que nos representa, es la palabra que necesitamos escuchar en el lugar y en el momento preciso. A través de su discurso nos descubrimos, nos reconocemos, tomamos consciencia de un nosotros. Es una voz que resuena en nuestro interior, nos inspira, nos mueve, nos conmueve. Cuando esto es así, nos crecemos y somos capaces de superar los condicionantes de las circunstancias, de elevar nuestra mirada por sobre lo inmediato, actuamos confiados en lo que somos, consecuencia de lo que hemos sido; realmente Hugo Chávez Frías nos conecta a través de él, su mediación nos hace sentir Venezolanos dispuestos a alcanzar un sueño compartido. Que bueno sería si esta auto-percepción de nosotros incluyera a todos lo venezolanos, pero no es así, más aun, re-elaboraremos la pregunta entonces, ¿Cuántos de los 8.3 millones de electores que votaron al favor de la reelección del líder-presidente el 7 de Octubre, se hacen participes de este “nosotros”?
Elecciones regionales del 16D
Basados en el resultado contundente del 16D, donde queda clara la victoria de los candidatos del PSUV, 20 de 23 gobernaciones, algunos estudiosos de los eventos electorales han planteados unas hipótesis, que si bien son posibles, a la luz de los hechos valdría hacer algunas observaciones, sobre todo para afinar la vista.
Oscar Schemel y Jesse Chácón en sus hipótesis definen al chavismo:
“El chavismo, por el contrario, es una comunidad emocional, una identidad de clases y una cultura política” [1] (Subrayado y resaltado nuestro)
“Este 16-D fue el bautizo de la identidad política llamada chavismo. Hubo un componente de identidad que desbordó al presidente Hugo Chávez y se mostró un ‘nosotros colectivo’. El chavismo hizo su presentación en la sociedad sin la presencia del Chávez y demuestra que aún en su ausencia es capaz de articularse”, explicó Jesse Chacón.[2] (Subrayado y resaltado nuestro)
Germán Campos, plantea una hipótesis sobre el desatino de la oposición:
“La MUD no logró articularse. Creo que la oposición debe tener una lectura más matizada que la que tuvo el 7 de octubre, pues en aquel momento hicieron un análisis equivocado, al no comprender y desconocer la cultura política venezolana”, explicó Germán Campos, director de Consultores 30.11, después de los comicios del 16-D. [1] . (Subrayado y resaltado nuestro)
La masa no da pa bollo..
Oscar Schemel y Jessee Chacón plantean en sus hipótesis qué es el chavismo, para Schemel : es una comunidad emocional, un identidad de clases y una cultura política, la pregunta que cabría decir es : ¿a cuál identidad de clases se refiere?, pues aun cuando este proceso se autodefine como “obrerista”, este “nosotros” que llamamos “Chavista” -gobierno y seguidores- dista mucho de auto-identificarse en sus acciones y en su discurso de manera homogénea como perteneciente 100% a la clase obrera o con clase alguna en particular, es la suma de colectivos de movimientos sociales y partidos políticos; luego a qué cultura política se refiere, entendiendo cultura como todo lo que hacemos, ¿Qué prácticas de hacer política son tan particulares del “Chavismo” que lo definen y diferencian de las otras culturas políticas propias de los grupos políticos que le adversan?, ¿Éstas prácticas de hacer políticas son nuevas o por en contrario sólo hemos empleado eficientemente las prácticas tradicionales de hacer política?, ¿Disminuimos en el uso de los recursos como la propaganda, las grandes movilizaciones y concentraciones, el clientelismo, etc.?. Aquí cabría la lectura de Campos, la cual le atribuye a la MUD una falta de comprensión y desconocimiento de la “cultura política venezolana” como parte de la responsabilidad de los resultados del 16D. Chacón, va más allá, concluye el 16D como el bautizó de la “identidad política Chavista”, es decir formar parte de un “nosotros” Chavista con un discurso, una forma de relacionar y de reconocerse consciente, en el ámbito de lo político. Es una apreciación audaz, pues implicaría un cambio de fondo y forma, de hacer política, cosa que a juzgar por los resultados del 16D parecen insuficiente para llegar a tanto. Creo que primero habría que tratar de responder a preguntas como: ¿Qué papel jugó el liderazgo de base y la democracia de participativa y protagónica en las recientes elecciones?, ¿Qué tal la experiencia del Gran Polo Patriótico, cuánto se logró avanzar?, ¿Cuál fue el peso que tuvo la maquinaria electoral de los partidos en los resultados?, ¿Qué hay de la abstención que en su totalidad llegó a casi 47%, habiendo estado el 7 de Octubre por debajo del 20%?, habrá quiénes dirán es que en elecciones de este tipo suele aumentar la abstención, entonces yo diría, si es parte de los acostumbrado, seguimos con la cultura política del pasado, o NO?.
El líder-comandante-presidente, trazó, con hábil maestría, el mapa estratégico a seguir en la campaña tanto para la elección presidencial como para las elecciones regionales, primero colocó el “plan de la patria”, una vez logrado el triunfo del 7O, ya convertido en el “programa de la patria”, lo posicionó como el discurso, cohesionador y convergente, en las elecciones de gobernadores. Si bien se disminuyó con el mercadeo político, se optó por campañas con más movilizaciones y concentraciones de calle, contacto cara a cara, podría decirse que se pasó de un mercadeo masivo a uno personal, regionalizado y selectivo, con un sólo mensaje. Se innovó en la forma pero ¿cuánto en el fondo?.
Hay otros aspectos que se deben considerar para tener un vista más completa del bosque como son: por ejemplo la corta duración de la campaña del 16D; el efecto que produjo en oposición y chavismo el resultado del 7 de Octubre; la lectura en el sitio de la realidad, relacionada a la mala gestióni de gobernadores afectos que se obtuvo al recorrer el país en la campaña electoral presidencial, la cual tuvo como consecuencia el cambió de (7) siete candidatos a gobernadores, ¿cuánto significo este cambio?; la cadena nacional del 8 de diciembre donde el presidente expone su situación de salud, plantea los escenarios, pide unidad y apoyo, tanto para las elecciones 16D como para cualquier escenario futuro contingente, etc.
La palabra, el discurso de Hugo Chávez Frías, cohesiona. En la medida que seamos leales a ella, que es ser leal a él, habrá Revolución Bolivariana, pero debemos aprehenderla, recrearla, renovarla. Sin perder su esencia, hacer de este discurso parte de nuestro pensar, decir y hacer, una identidad de los partidarios del chavismo que trascienda a todos los venezolanos. Hemos avanzado, mucho más de los que creemos, sin embargo, la situación que se nos presenta al imaginar los escenarios futuros, con los pies en la tierra, vinculados con la necesaria recuperación de la salud del líder-comandante-presidente y con la crisis económica de las primeras economías del mundo, quizás con la excepción de China, serán la prueba de fuego de la Revolución Bolivariana que exigirán mucho corazón y cabeza fría, de esa que nos tiene acostumbrado a ver el líder-comandante-presidente Hugo Chávez Frías. El futuro es incierto, pero cuando no lo es; hagamos de nuestra disposición, actitud, capacidad crítica y autocrítica nuestra principal fortaleza.
Salud y vida al líder-presidente Hugo Chávez Fría, a su familia y a todos los venezolanas y venezolanas!
!Independencia y Patria Socialista!