El diálogo no sustituye la lucha popular

El pueblo de Venezuela vuelve a vivir días de amenaza a la Revolución bolivariana y chavista por parte de la burguesía y de sectores fascistas que desde la partida de nuestro Comandante eterno han emergido buscando darnos un golpe certero y acabar con todo lo que huela a Chávez, incluyendo a la gente, es visible que estamos viviendo un golpe de Estado suave, que no se ha detenido desde abril de 2002 y que ha mostrado diferentes facetas de la agresión imperialista puesta en marcha en diferentes países del medio oriente y de nuestra América, con la incorporación de elementos fascistas y el concurso de artistas nacionales e internacionales haciendo parodias de hechos violentos generados por sus consortes y que pretenden achacar a los colectivos y motorizados bolivarianos.

Desde la llegada de Nicolás Maduro a la presidencia en abril de 2013 los venezolanos y las venezolanas patriotas hemos vivido el golpe alimentario que se convirtió en guerra económica logrando unos niveles de inflación jamás vista durante el gobierno bolivariano, escases, acaparamiento, precios elevados hasta más de 100%, y el más recientemente el golpe de Estado fascista iniciado desde el Táchira, donde ya desde el año pasado se abrieron las compuertas para el bachaqueo descarado.

Estas agresiones orquestadas por el imperialismo a través de los seudo-líderes de la derecha apátrida: Leopoldo López, María Corina Machado, Antonio Ledezma y Capriles Radonsky entre otros, no puede pasar por debajo de la mesa, el diálogo no puede favorecer la impunidad, menos a quienes se dicen estudiantes y asesinan venezolanos y venezolanas y además han destruido logros importantes de nuestra revolución, el diálogo no debe sustituir la movilización del pueblo, no podemos parar de pedir justicia ante los crímenes cometidos por el fascismo, menos que se satanicen a los y las motorizadas chavistas que disciplinadamente han acatado las ordenes de nuestro Presidente obrerista.

La lucha de clases está exacerbada, las minorías (burguesía) luchan porque regresen los privilegios que disfrutaron durante la cuarta República, y la mayoría (pueblo) se mantiene atenta esperando el momento de salir a defender los grandes logros que en materia social la revolución bolivariana ha construido, en estos momentos la burguesía ya alcanza a esconder el desprecio que siente por los sectores que fueron privilegiados por el chavismo, el odio es la característica más común entre los apátridas.

La respuesta del gobierno debe ir acompañada de la movilización de todos los sectores, el discurso central del chavismo es la lucha revolucionaria, no la conciliación de clases, el diálogo no debe estar atado por compromisos con una derecha traidora que por un lado están algunos de sus representantes sentados y por el otro las calles continúan incendiadas despiadadamente.


nancy_abr@yahoo.com


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