En la guerra, en la paz, en la ofensiva. Las baterías se apuntan hacia el real enemigo

En la guerra permanente contra Venezuela desde 1998 o antes. El enemigo principal. Así como principal beneficiario del caos existente durante el pacto de punto fijo, que hundió al pueblo en la más espantosa miseria e ignorancia educativa: el imperio capitalista y colonialista Sion yanqui. No ha cesado un instante en atacar al pueblo venezolano, a su proceso de independencia y soberano, denominado “revolución Bolivariana”. Para tal fin ha utilizado todas las herramientas a su alcance: lacayismos, ignorancia, campañas mediáticas, ataques terroristas, intentos de golpe, gobiernos títeres, mercenarios, envidiosos, politiqueros de derecha y la peor cómplice de todas las traiciones. La burguesía parasitaria criolla. En toda esa cadena de complicidad, también ha promovido la confusión y la deserción dentro de los cuadros de apoyo al proceso.

En un panorama político, económico y social nacional, tan complicado y diverso como el nuestro. Cuando no hay claridad ideológica ni política, la confusión cala muy fácil dentro de esos cuadros honestos y que a veces confunden critica, con enemistad y rabia.

Es cierto que hay deficiencias, fallas y hasta decisiones no muy acertadas. Pero también hay muchísimas cosas acertadas y que son las que mantienen el rumbo acordado. Recordemos que no todos podemos estar dirigiendo y tomando decisiones, para eso delegamos responsabilidades y designamos presidente, legisladoras, gobernadores y otros funcionarios ¿Qué algunos no dan la talla? Rectifiquemos y en su momento los desplazamos, hagamos las críticas constructivas, etc. No debemos olvidar que eso es algo normal dentro de un proceso de cambios. Más aun si lo que se pretende cambiar es el sistema político, económico y social de un país.

Nicolás Maduro no es el enemigo del pueblo venezolano, ni es él, quien impone una guerra comercial, económica, política, militar, terrorista, y cruenta contra la nación y las mayorías del pueblo: es el Sion imperio por intermedio de sus cipayos, mercenarios y terroristas narco criminales y capitalistas. Usa a las mafias de delincuentes de la burguesía de ayer y hoy para ejercer presión y dar al traste con este proceso liderado por Hugo Chávez durante un buen trecho, antes de ser asesinado por ese enemigo mediante la inducción de enfermedad cancerígena (Eso nadie lo dude) y hoy continua Maduro

Es verdad que algunas cosas no van con la velocidad debida, ni muchas decisiones importantes se toman a tiempo. Por eso la crítica oportuna puede ayudar, así sea muy dura para eso somos coparticipes de un proceso colectivo. Pero de allí a tratar de destruir, de hacerse cómplice de los enemigos y hasta de servirles de vehículo para la destrucción, hay una larga distancia y un gran riesgo de vidas. Maduro tiene su estilo, su formación política y su capacidad personal. Quizás no tenga el enfoque de riesgo de algunas cosas tal como el nuestro, pero recordemos que Nicolás en el que pusimos allí para una función. El hecho de que no compartamos algunas cosas puntuales, no nos da el derecho a rendir las banderas de la lucha y a facilitarle el trabajo al verdadero y maligno enemigo. Incluso no cuenta para nada el hecho de recibir o no beneficios del proceso. Al contrario, nuestra obligación ideológica y moral es aportar, antes que recibir de lo contrario no habría diferencia con lo que decimos combatir. Los hechos deben ser guía de las palabras y viceversa.

A veces, nos olvidamos que el presidente hermano y obrero, es humano y, que al igual que nosotros tiene fallas y virtudes, no es perfecto ni infalible. Además esta faena no depende de una persona, de un grupo o de un partido. Depende de todos y cada uno de nosotros, que por conciencia estamos obligados a hacer el aporte que sea necesario para que se sostenga y se fortalezca hasta lograr la meta. No es necesario que nos digan que hacer, cuando hacer, ni como hacer, lo necesario según nuestras capacidades para la revolución. Simplemente hagamos lo que nos dicte nuestra conciencia patriótica y anti imperialista. Nada es mucho, nada es muy poco para aportar a la revolución, todo es valido, siempre y cuando sea honesto, limpio, desinteresadamente y por el bienestar colectivo. Lo demás es asunto de organización. Pero algo si es importante: identificar muy bien al enemigo, no perderlo de vista y, no ser jamás instrumento a su favor. Así mismo ser responsables con nuestros aliados, cuidarlos, ser sinceros, hacer las acotaciones que se tengan que hacer, pero siempre velando por su salud y bienestar general, ser comprensivos y leales. Recordemos: la crítica no es deslealtad, simplemente es la forma de llamar a rectificación sobre algo que creemos deben mejorar. Pero tampoco nos creamos que seamos dueños de la verdad y que nuestras críticas siempre tengan razón. También los que criticamos nos equivocamos y al final lo que se quiere con la critica honesta es que las cosas vayan por el rumbo deseado para el proceso, no para que nos resalten individualmente. También quienes hacemos criticas, somos humanos y cometeos errores, no debemos ser prepotentes o soberbios.

Con todo, sus defectos y virtudes, sigo resteado con MADURO, hago y haré lo que me corresponda, en el plano que sea, en el momento que sea, en las condiciones que sean, por defender a mi proceso bolivariano, a mi patria y mi pueblo en contra del Sion imperio asesino capitalista yanqui



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Javier del Valle Monagas Maita


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