Crítica solidaria, dialogo y no polémica

Mi hacer y mis desvelos están con el Presidente Maduro

Contraponer al Presidente Maduro con la memoria del Presidente Chávez no es el camino

No creo que sea una buena política tratar de contraponer permanentemente al Presidente Maduro y al Presidente Chávez. Contraposición en la que el Presidente Maduro podría estar siendo descalificado y debilitado. Esto va más allá de la crítica y puede terminar golpeando la esperanza.

El Presidente Maduro ante los amigos y los enemigos es nuestro Presidente y eso debe quedar absolutamente claro sin dejar brecha alguna, ni “un tantico así”, pues si lo que algunos dicen sobre el deterioro de la confianza popular se estuviere materializando deberíamos tener mucho cuidado con echar agua para alimentar ese molino. Sin retirar las críticas, ellas deben buscar el camino de transformarse en propuestas de soluciones, propuestas que alimenten la confianza, la esperanza porque desde ese lugar es posible levantar un movimiento que, respaldando al Presidente, también demande soluciones y logre permear la voluntad del presidente, no simplemente confrontarla.

Abrir un frente de batalla contra el presidente es uno de los peores escenarios que podamos suponer. Creo que esto hay que valorarlo bien.

La oposición pese a todos los recursos que maneja no ha podido abrir ese campo de batalla. No creo que desde el chavismo sea posible y sobre todo, que sea conveniente. Ningún sector chavista tiene fuerza ni líderes carismáticos como para confrontar públicamente al Presidente Maduro, pero sobre todo, no creo que el chavismo se anote en un proceso que pueda ir en esa dirección. Lo que si podríamos es crear dudas, incluso, desencanto en un momento en que la guerra mediática contra el proceso bolivariano y en particular contra el Presidente, va a ser más intensa.

Una política de ese tipo puede revertirse hacia resultados no esperados. El Presidente Maduro no va a emprender cambios porque reiterada y cotidianamente se le emplace, se le cuestione, etc.

Una política orientada por la solidaridad, dirigida a fortalecer al presidente, que tenga un carácter propositivo y que pueda generar iniciativas positivas, creo yo, puede ser tomada en cuenta. Creo que la crítica pertinaz, incluso, me parece, a veces descalificadora, lo que podría provocar es la creación de barreras y estas no han ayudado nunca a la comunicación, al diálogo fluido y positivo. Creo pues en la crítica solidaria

La crítica solidaria

Va más allá de la llamada crítica constructiva que suele ser una elegante manera de descalificar. La crítica solidaria no niega al otro. Propone un camino de práctica común y reflexión sobre esa práctica común para dirimir las diferencias. En lugar de polemizar sobre razones, sugiere reflexionar sobre la práctica compartida y hechos que hablen por sí mismos.

El proceso bolivariano, como lo he venido repitiendo vive, probablemente uno de sus momentos más difíciles: se profundiza corrigiendo errores o puede estancarse. Por eso la crítica solidaria es muy importante, por tanto la necesidad de reflexionar sobre experiencias y tareas y menos sobre razones generales. La crítica es para fortalecer la esperanza, para intentar señalar caminos de redención, de liberación. Por eso debe ser fraterna y solidaria.

¿Cómo ayudamos al pueblo, sobre todo al pueblo bolivariano, a discernir mediante la maduración de su propio entendimiento y no mediante una “conciencia” que “se le introduce desde fuera”, a profundizar su práctica de lucha transformadora? El pueblo ha crecido y ha sabido resolver por sí mismo en las coyunturas dilemáticas donde se planteó la victoria o la destrucción del proceso bolivariano.

Es decir, no estamos ante un pueblo inexperto e inocente. Las críticas deben ser, entonces, creo, profundamente pedagógicas y que no parezcan descalificatorias, sino en propuestas para acciones constructivas fundadas en la esperanza.

Este pueblo supo qué hacer cuando el golpe de Estado de abril de 2002, cuando el paro petrolero de diciembre de 2002 y enero de 2003 y más recientemente, también supo que hacer, ahora con el liderazgo del presidente Maduro, ante el ilegal plebiscito que Capriles convocó en diciembre de 2013, y en los primeros meses de este año con las guarimbas que trataron de incendiar el país, lo que se hubiera facilitado si sectores del pueblo chavista hubieran salido a confrontarse con los guarimberos. El Presidente Maduro llamó a no caer en Provocaciones y esa orientación se cumplió.

Las deficiencias hay que decirlas, los errores hay que señalarlos y desenmascarar lo que no pueda tener otro nombre que delitos, pero siempre planteando propuestas, salidas, soluciones.

En esta línea de acción, no se puede aparecer como quien desacredita al Presidente Maduro. Observemos que así está siendo tomado por voceros chavistas y a partir de ese momento es difícil que alguien escuche aquello que de buena fe se quiera comunicar, enmendar, etc. Hay un malestar, un rechazo que está madurando hacia la crítica que pueda no ser cuidadosa, que puede extenderse a cualquier crítica por legítima que sea. No podemos generar más divisiones, más desencuentros. No digo esto como para que alguien se coloque una mordaza. Claro que el Presidente puede ser criticado y creo que ante la crítica solidaria va a ser receptivo. Creo que él espera la crítica solidaria.

Estamos enfrentados a una guerra de baja intensidad

Una vez más deseo reiterarlo. No hay paz ni en Venezuela ni en el mundo. La guerra es el argumento fundamental. Siempre tratando de rodearla de coberturas políticas y de la apariencia que se hace en nombre de la democracia y los derechos humanos. Por eso he dicho hoy que la política imperial es la continuación de la guerra por otros medios.

Esa es ahora la situación en el Medio Oriente con el llamado fundamentalismo islámico. Con el apoyo de EEUU, han tomado posiciones en Siria e Irak y esta ha sido la excusa para intervenir directamente en Siria con fuerzas militares estadounidenses y retornar a Irak con una coalición internacional y una extraordinaria cobertura mediática.

El trajinado califato islámico es, desde varios aspectos, una creación de Occidente. En verdad son mercenarios y son otra cara de Al Qaeda, una que pueda ser más digerida por el público que es manipulado por la dictadura mediática internacional.

De alguna manera es también una provocación a Rusia y de cierta forma también a China. En Ucrania trataron de poner contra la pared a Rusia derrocando al Presidente Yanukovich y colocando como presidente a un fascista reconocido que llegó al poder con el apoyo de bandas nazis alentadas por EEUU. Ante la enérgica respuesta de Rusia, ahora tratan de abrir otro frente en el Medio Oriente reforzando los esfuerzos por derrocar al gobierno sirio.

En Venezuela viene otra ofensiva guarimbera como una profundización de la guerra de baja intensidad, que puede tener como complemento una guerra de guerrillas en la frontera, emprendida por los narcoparamilitares contrabandistas, con apoyo de Uribe.

Quiero ratificar que si bien hay que alertar sobre errores y problemas hay que prepararse para enfrentar unidos la ofensiva imperial, sea cual sea y la forma que asuma y la manera como trate de encubrirse. Una de las claves de esos preparativos es la unidad y sobre todo, la unidad de acción, para saber derrotarlos políticamente garantizando la paz.

Estamos frente a un proceso nacional-mundial. Nuestro país es un campo de batalla de fuerzas trasnacionales, muchas de ellas de reconocida criminalidad y vesania.

Dialogando con Toby Valderrama

El día 11 de septiembre de 2014, Toby publica un artículo que titula, Julio Escalona tiene razón y realiza comentarios elogiosos hacia mi persona. Te lo agradezco mucho Toby no sé si los merezca. También te agradezco citar mi artículo.

En varios puntos no tenemos la misma mirada sobre el Presidente Maduro y sobre el desenvolvimiento del proceso bolivariano, pero no es como para para iniciar una polémica. He dejado de creer en las polémicas. No por temor sino porque no tengo una buena experiencia con ellas y no estoy seguro de su utilidad.

También debo decirte, aun cuando señalas que yo tengo razón, cuestión que también te agradezco pues he seguido tus escritos y no he visto que seas “jala” mecate, no me importa mucho hoy día tener o no la razón. Muchos de los asuntos en los que creo ahora, cada vez con más fuerza, como la esperanza, el amor, la fe, la solidaridad, la belleza, la fraternidad, la amistad, la compasión (uno de cuyos significados es padecer con el otro o la otra), el llanto de las tortugas, la obstinada defensa de los derechos de la madre tierra, de la vida y de todas las formas de vida, no he llegado a ellos fundamentalmente (o no sólo) por la vía de la razón. Más bien por la vía de la intuición, de la imaginación, de la pasión, de la ensoñación y cosas así…

¿Por qué un dialogo y no una polémica?

Generalmente las polémicas, es mi parecer en correspondencia con mi experiencia personal, se fundan más en las razones que en el hacer. Yo creo firmemente en un consejo que le dio Marx a la I Internacional, que en líneas generales puede expresarse así: la unidad de las corrientes diversas se fundamenta en la práctica común y en la reflexión sobre esa práctica común. Es decir, la reflexión, que puede conducir a las elaboraciones teóricas debería tener como sustentación el hacer común. Un proceso, digo yo, que pueda favorecer la construcción de espacios donde nos vinculemos a través de la práctica para que el que hace, el que piensa, el que sueña, puedan ser la misma persona. Es probable que esto se acerque a la propuesta que hace Marx en La ideología alemana, relacionada con la superación de la división del trabajo en trabajo manual y trabajo intelectual.

También me he estado inspirando en una frase de Galeano que dice: “Somos lo que hacemos. Sobre todo lo que hacemos para cambiar lo que somos.”

Aspectos del diálogo

Me alegra tu acuerdo en la necesidad de la solidaridad con el Presidente Maduro y no dejar que se debilite. Es verdad que otro problema es que él se debilite así mismo. De acuerdo, pero incluso en ese caso, creo yo que nuestro deber es, incluso en ese caso, tratar de sostenerlo, hasta en el supuesto de que él no lo desee.

Más adelante agregas: «el centro de su pensamiento (el mío) es: "El sacudón llegó un poco más allá de donde la relación de fuerzas lo permitía".» Bueno, respetando tu derecho de lector a escoger lo que consideras el centro de mi pensamiento, diré que ese es un aspecto importante, pero yo trabajo, generalmente con ideas interdependientes, pero repito, esa es tu opinión sobre mi artículo y yo la respeto. Sólo trato de aclarar algo personal pues esa idea en mi artículo según lo que yo escribí es totalmente complementaria e interdependiente con la que sigue: “Desarrollar otra relación (de poder) fundada en el protagonismo popular es imprescindible y fortalece al presidente.” El alcance de la primera no se completa sino se acompaña con la segunda.

Quiero decir que desde el momento en que estamos tratando de construir una democracia participativa y protagónica, el protagonismo popular es decisivo para lo que el Presidente pueda hacer o no hacer. Por supuesto, las iniciativas presidenciales son sumamente importantes para el desarrollo del protagonismo popular, pero, ¿y las nuestras? ¿Qué hemos hecho, que estamos haciendo para contribuir con el protagonismo popular, un protagonismo que empuje al Presidente, que lo ayude a ir más allá? En mi caso personal reconozco que no estoy haciendo mucho. En ese sentido, me siento responsable por no contribuir al fortalecimiento del Presidente Maduro, para que él pueda ir más lejos con una correlación de fuerzas favorable.

También creo que ese aspecto tiene una importancia adicional: el protagonismo popular puede compensar el presidencialismo y de esa manera ir construyendo otra cultura política en correspondencia con el Art. 5 Constitucional que establece que la soberanía reside en el pueblo y es intransferible. En fin de cuentas es el pueblo el que debe ir trazando el rumbo y madurando en cada proceso ¿El Presidente Maduro tiene responsabilidad en este asunto? Sí, decisiva. Pero no es cómo para que sectores chavistas estén sintiendo que a diario hay como una especie de crucifixión hacia el Presidente Maduro. Ojo, no digo que eso se esté haciendo, pero es lo que por lo menos un sector chavista está sintiendo ¿Es ese el mejor ambiente para un diálogo que contribuya al encuentro pedagógico, a la reflexión serena? Sinceramente Toby, no lo creo, pero mi palabra es sólo eso, mi humilde palabra.

Creo que el Presidente Maduro ha hecho y hace esfuerzos por construir una dirección colectiva. Eso es un mérito. Luego, centrar toda la crítica en el Presidente Maduro, ¿no es una manera de contribuir al Presidencialismo? Tenemos una revolución en la medida que el poder se va constituyendo desde abajo y el sujeto pueblo es capaz de inclinar la correlación de fuerzas a favor de cambios en función de una nueva sociedad, aquella donde la minoría capitalista no sea quien monopolice el poder con los mismos métodos y valores con los que monopoliza el mercado. Esa misma minoría que sólo puede prosperar en medio de la escasez, pues es la que le permite especular con los precios.

Inmediatamente, Toby, en el párrafo que sigue digo: “El Estado y la sociedad siguen siendo capitalistas”. Es decir, seguimos trabajando con el mismo Estado, con la misma burocracia cuartorepublicana, no importa que ahora se llame chavista o bolivariana, con los mismos métodos, estilos y maltratos hacia la población… Más grave aún, con las mismas relaciones de poder, los mismos valores, sólo que ahora se les llama “socialistas”, aun cuando lo que sean, es “sociolistos”. Eso fue así ayer con el Presidente Chávez y posiblemente se haya agravado en la medida que ha pasado el tiempo y las camarillas burocráticas se van atornillando en el poder y desplazando a funcionarios honestos, revolucionarios, verdaderos servidores públicos.

La correlación de fuerzas dentro del aparato del Estado no es a favor de la revolución, pero no sólo hoy, ayer con el Presidente Chávez también era así. La corrupción y la política social fundada en la dádiva nos vienen haciendo un daño severo desde hace mucho tiempo, prácticamente desde que comenzó este proceso. Como sabemos esto impacta también a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), a los tribunales, al aparato educativo, a las empresas del Estado, a las organizaciones sindicales, en fin, a toda la sociedad. El Presidente Chávez trató de acelerar el proceso de cambiar la correlación de fuerzas dentro del Estado y avanzó pero la cuestión sigue planteada. Eso lo ha recibido el Presidente Maduro y en esa batalla está y estamos.

Pero también hay que reconocer a los funcionarios honestos que están ahí dentro, dando una batalla a veces desigual. Muchas veces nadando contra la corriente. Mi homenaje para todos ellos.

Por otra parte, una parte sustancial del aparato productivo y de la distribución de los bienes y servicios, sigue controlada por el capital.

Donde el Presidente Chávez avanzó más fue en la forja de un pueblo. Ahí está ese pueblo y ese pueblo está respaldando al Presidente Maduro. Yo creo que hay malestar, incluso, algunos sectores se desesperan; pero el bolivarianismo, el chavismo son un sentimiento arraigado y no serán destruidos fácilmente. Eso es lo que las encuestas están diciendo y es lo que yo puedo percibir. Yo me desplazo en esta ciudad en autobús, en metro, a pie, escuchando, viendo… Diariamente.

Cuando hablo de correlación de fuerzas hablo principalmente de este proceso que muy limitadamente he tratado de resumir.

Como dije antes, debemos ejercer la crítica, pero acompañándola con la esperanza y trabajar activamente por ella. Toby, tú y yo somos militantes de esta causa, nadie nos va a sacar de ahí. Yo respeto profundamente la pasión que le pones a todo esto. Es difícil encontrar otra manera de militar. Deseo continuar este diálogo aun cuando una parte de él probablemente deba ser privada.

En la parte como conclusiva de mi artículo señalo que:

“El eje de los cambios es la revolución del modelo petrolero. No se puede seguir financiando un patrón de consumo y producción transnacional y agrego ahora, un modo de vida imperial. Dice Luis Britto: ¿Es imperativo favorecer con tal subsidio (dólares preferenciales, NN) a firmas vendedoras de licor y agua azucarada?; Continuo diciendo yo: “O seguir financiando un patrón de producción fundado en corrupción e ineficiencia de empresarios prósperos (corruptos) y empresas quebradas”

“La transferencia de renta petrolera mediante créditos al sector privado debe cumplir requisitos: compromiso de fiel cumplimiento medido en volúmenes y lapsos de producción, compromisos sociales y ambientales; sostenibilidad de la inversión para que el fracaso, generalmente vinculado a corrupción e ineficiencia no sea premiado con nuevos créditos.”

El Presidente Maduro ha otorgado nuevos créditos al sector privado. No me opongo a eso ni creo que sea una traición. En el pasado el Presidente Chávez entregó milmillonarias sumas y el resultado principal es que ese capital fue transferido al extranjero y desviado hacia la especulación financiera, hacia la conspiración contra el bolívar para provocar devaluaciones y fuga de capitales, problemas en la balanza de pagos, déficit fiscal, etc., ahora los compromisos deben ser rigurosos de tal manera que en un plazo taxativamente estimado, esos créditos deben estar retornando a la sociedad convertidos en bienes y servicios, salarios, impuestos sobre las ganancias obtenidas, etc. De no ser así, el proceso bolivariano podría estar en proceso de ser derrocado. Estos resultados han sido uno de los efectos del modelo petrolero.

“Ese modelo petrolero es la raíz del deterioro del aparato productivo, el déficit fiscal, el endeudamiento, problemas en la balanza de pagos, la escasez, la inflación.” Es mi opinión que si no centramos aspectos de la crítica en este asunto, no estaremos, me parece, solidarizándonos y fortaleciendo al Presidente Maduro. Si se continúa profundizando el modelo petrolero transnacional, las campanas estarán doblando por el proceso bolivariano.

¿Cuándo vamos a reconocer el gran esfuerzo que viene haciendo el Presidente Maduro desde cuando siendo vicepresidente le tocó relevar a Chávez?

Unas breves palabras para decir que no es poca cosa la que le ha tocado al tener que tomar las riendas que dejó el Presidente Chávez. Todos los desfiladeros y aguas turbulentas que ha tenido que cruzar. A poco más de un mes de la muerte del Presidente Chávez le tocó ir a unas elecciones y las ganó, con un pequeño margen, pero las ganó y eso ha sido decisivo para que estemos aquí y en las elecciones locales de diciembre 2013, el pueblo chavista supo derrotar el ilegal plebiscito que convocó Capriles.

Muchos procesos están por definirse y las elecciones parlamentarias del año 2015 están llenas de interrogantes que no son un reto sólo para el Presidente Maduro. Es también nuestro. Yo sé Toby que esta preocupación también es tuya.



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Julio Escalona


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