La Venezuela paralizada versus la pujante Bolivia (2 rostros del socialismo)

Hace unos días un amigo me preguntó si no había vuelto a escribir sobre la situación del país. Frente a esta pregunta contesté que no, y esto debido a que el gobierno no había tomado ninguna acción en el campo económico que me sirviera de excusa para escribir algo.

Lo único que ha sucedido digno de mencionar es el asesinato de Robert Serra, lo que cae en el campo de sucesos que no es mi fuerte, y tampoco me gusta especular acerca de esta clase de tema, sobre todo porque aún las investigaciones no han terminado de esclarecer el hecho.

Sin embargo, hay que señalar también que no tomar decisiones es una forma de decidir. Es decir, mantener el estatus quo es una manera de señalar que aunque la situación sea muy difícil, tomar decisiones puede empeorar la situación. Esto me recuerda el segundo gobierno de Caldera. Cuando él ganó las elecciones metió la economía en el congelador y dejó pasar el tiempo. Caldera tenía claro que las medidas económicas de ajuste de Carlos Andrés Pérez le habían costado el cargo, medidas que él finalmente implementó pero después de 2 años de mandato, cuando el ambiente político se había calmado.

Es muy posible que en estos momentos muy difíciles de la economía venezolana, y no podemos estar exagerando cuando vemos los índices de inflación, la escasez de todo tipo de productos porque el índice de escasez ya no lo vemos, cuando vemos que los dólares se reparten entre los distintos sectores económicos a cuenta gotas y en forma espasmódica, cuando vemos que el petróleo está bajando a niveles de 80 dólares por barril, cuando tenemos 3 precios oficiales del dólar, todos sobrevaluando el bolívar y generando distorsiones profundas en la economía, cuando vemos que los precios de los inmuebles alcanzan los 50 millones de bolívares, cuando los precios de los carros usados son de locura, etc. Entonces podemos especular que no se toma ninguna decisión económica para estabilizar la situación debido a que las mismas tendrán un impacto muy fuerte en la calidad de vida de los venezolanos. Una fuerte devaluación a un solo tipo de cambio, un incremento en los precios generalizado (que se ha venido dando subrepticiamente), un aumento en la gasolina, y un posible aumento de los impuestos haría que los índices de pobreza se dispararan violentamente. Esta situación pondría contra la pared al gobierno, debido a que la bandera de lucha de todos estos años ha sido la erradicación de la pobreza. La meta de pobreza cero quedaría hecha añicos.

Por otra parte, es importante señalar que los políticos persiguen el poder, y una vez obtenido, pretenden conservarlo el mayor tiempo posible. Un buen desempeño de la economía es algo que puede favorecer a los políticos en el gobierno, y una mala gestión tarde o temprano, termina pasando factura y precipitando la caída de los gobernantes, sobre todo si estamos en una democracia efectiva. En virtud de lo que está pasando en el campo económico y con unas elecciones legislativas para el próximo año, el temor a perder poder político es una posibilidad cercana. Por lo tanto, es el cálculo político lo que puede imponerse en estos momentos sobre la realidad económica.

En otro orden de ideas, Evo Morales acaba de ganar su tercer mandato en Bolivia y de manera arrolladora. Bolivia está en crecimiento económico, y se espera que en el 2015 sea el país que más crezca en la región. En La Paz hay un boom de construcción, nuevos centros comerciales llenos de locales con franquicias extranjeras. En Bolivia no hay control de cambios, y sin embargo, las reservas internacionales alcanzan al 48% del Producto Interno Bruto, al parecer no ha habido fuga de capitales, más bien Bolivia es hoy en día una plaza muy atractiva para la inversión extranjera. También, se ha dado un descenso de la pobreza importante.

La oposición al gobierno de Morales que llegó en un momento determinado a respaldar la división del país, ha suavizado su postura. Aparentemente, Evo Morales ha sido capaz de sumar el apoyo de la clase media y de parte del empresariado, la conflictividad de los primeros años de gobierno ha dado lugar a una estabilidad económica, social y política.

Todo es to nos conduce a pensar dónde está la clave del éxito de Bolivia, un país con mucho menos recursos que Venezuela, pero que ha sido capaz de establecer un gobierno popular exitoso, muy diferente al caso venezolano. Es necesario que en el campo del socialismo venezolano se estudie el caso boliviano y se saquen las lecciones necesarias. He escuchado mucho el razonamiento de que los demás países no tienen burguesías parasitarias y apátridas como la venezolana, razonamiento que me parece contradictorio y un tanto bobalicón, porque de alguna manera se está diciendo que el éxito del socialismo depende de la bondad y el patriotismo de la burguesía, un verdadero sin sentido. La burguesía industrial de todos los países se comporta de la misma manera, invierte para ganar, si no puede ganar traslada su capital a otro lado. No podemos olvidar que hubo un momento en que la burguesía boliviana y su movimiento de la media luna, quiso sacar a Morales del poder y por las malas, si hoy en Bolivia la burguesía está invirtiendo y no está propiciando la fuga de capitales es porque confía en que su inversión será respetada y obtendrá un buen rendimiento. Todo esto se ha dado por una negociación entre la burguesía boliviana y el gobierno de Evo. Lo anterior llama la atención porque Evo Morales se ha declarado marxista y admirador de Fidel, sin embargo, pareciera ser que también es un hombre pragmático que ha entendido que el socialismo del siglo XXI tiene que ser radicalmente distinto al del siglo XX, algo que quien fuera nuestro abanderado en el campo económico, Giordani, nunca pudo entender y menos aún ponerlo en práctica. Un fuerte aplauso para Evo Morales.


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Hernán Luis Torres Núñez


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