Los Rothschild

Saben ustedes que la historia no escrita, sólo conocida por un puñado de hombres, señala como fundador de la primera Internacional Comunista —naturalmente, secreta—a Weishaupt. Fue el jefe de aquella masonería conocida bajo el nombre de "Iluminismo", cuyo nombre lo tomó de la segunda conspiración anticristiana y comunista de la Era, el "Gnosticismo". Previsto por aquel gran revolucionario, semita y ex-jesuita, el triunfo de la Revolución Francesa, decidió él, o le fue ordenado—hay quien señala como jefe suyo al gran filósofo Mendelsohn—fundar una organización secreta que impulsase la Revolución francesa más allá de sus objetivos políticos a fin de transformarla en Revolución social para instaurar el Comunismo. Esto es más o menos conocido. Lo que se ignora es la relación de Weishaupt y sus camaradas con el primero de los Rothschild.

El misterio del origen de la fortuna de los más famosos banqueros pudiera explicarse siendo tesoreros de aquella primera Komintern. Indicios hay de que cuando los cinco hermanos se reparten en cinco provincias el Imperio financiero de Europa, algo también oculto les ayuda a formar aquella fortuna fabulosa; pueden ser aquellos primeros comunistas de las catatumbas de Baviera, esparcidos ya por Europa entera. Pero dicen otros, creemos que con mayor razón, que no fueron los Rothschild tesoreros, sino jefes de aquel oculto comunismo primero. Se apoya esta opinión en el hecho cierto de que Marx y los más altos jefes de la I Primera Internacional, ya pública entre ellos Herzen y Heine, "obedecieron" al Barón Lionel Rothschild, cuyo retrato revolucionario, hecho por Disraeli, premier inglés y también criatura suya, nos legó pintado en el personaje Sidonia, el hombre que, según el relato, conocía y mandaba, siendo un multimillonario, en más espías, carbonarios, masones, judíos secretos, gitanos, revolucionarios, etc., etc. Parece todo fantástico; pero está demostrado que Sidonia es el retrato idealizado del hijo de Nathan Rothschild, como también consta la batalla que libró contra el Zar Nicolás a favor de Herzen. Batalla que ganó.

Si todo lo que se puede adivinar a la luz de todos estos hechos es realidad, como creemos, ya podríamos hasta personalizar quien es el inventor de la formidable máquina de acumulación y de anarquía que es la "Finanza Internacional", el cual sería, a la vez, el mismo que creó la Internacional Revolucionaria. Algo genial: crear con el Capitalismo la acumulación en el más alto grado, empujar al proletariado al paro y a la desesperación y, a la vez, crear la organización que debía unir a los proletariados para lanzarlos a la Revolución. Sería éste el capítulo más sublime de la Historia. Más aún: se recuerda una frase de la madre de los cinco hermanos Rothschild: "Si mis hijos quieren no habrá guerra". Es decir, que eran ellos árbitros, señores, de la paz y la guerra, y no los Emperadores. ¿Son ustedes capaces de imaginar un hecho de tan cósmica trascendencia?...

Saber cómo llegó la "Finanza Internacional" a ser dueña del dinero, ese mágico talismán que ha venido a ser lo que Dios y nación fueron para los pueblos sucesivamente hasta la época contemporánea, es algo que supera en interés científico al mismo arte de la estrategia revolucionaria; porque también es arte y también Revolución. Cegados los ojos del historiador y de la masa por el clamor y fausto de la Revolución Francesa. Embriagado el pueblo por haber arrebatado al Rey, el privilegio, todo su poder, no advirtieron que un puñado de hombres, sigilosos, cautos, insignificantes, se habían adueñado del auténtico poder de la realeza, de un poder mágico, casi divino, que ella, sin saberlo, poseía. No advirtieron las masas que otros tomaron para sí ese poder que pronto las reduciría a una esclavitud más feroz que la del mismo Rey, porque él, por sus prejuicios religiosos y morales y su estupidez congénita fue incapaz de usar de tal Poder. Así resulta que se adueñaron del mayor "Poder" del Rey los hombres cuya calidad moral, intelectual y cosmopolita las permitía ejercerlo. Naturalmente, fueron aquellos que de nacimiento no eran cristianos y sí cosmopolitas. Ellos tomaron para sí el real privilegio de acuñar moneda… Hemos nombrado la moneda; naturalmente, la imaginación ha reflejado en el acto la figura de la moneda física, de papel y metal. Pues no. El dinero no es ya eso; la moneda física circulante es un verdadero anacronismo. Si existe y circula es por un atavismo; sólo porque conviene para mantener una ilusión, hoy pura ficción imaginativa.

La gran masa del dinero circulante, el de las grandes transacciones, la representación de toda la riqueza nacional, moneda, sí, moneda, la empezaron a emitir aquellos pocos hombres a que aludimos. Títulos, letras, cheques, pagarés, endosos, descuentos, cotizaciones, cifras y más cifras, cual catarata desatada, invadió las naciones… ¿Qué fue a su lado ya la moneda metálica y el papel moneda?... Algo intrascendente, mínimo, frente a la creciente marea que todo lo inunda de moneda financiera… Ellos, finísimos psicólogos, en la impunidad de la ignorancia general, llegaron a más. Sobre la inmensa serie abigarrada de moneda financiera, a fin de darle un volumen rayano en infinito y la velocidad del pensamiento, crearon la moneda crédito…, abstracción, ente de razón, cifra, guarismo; crédito, fe… Estafa, moneda falsa dotada de curso legal. En otros términos, para mejor hacernos comprender, Bancos y Bolsas y todo el sistema financiero universal en una máquina gigante para cometer la monstruosidad contra natura, como Aristóteles la calificó, de hacerle al dinero producir dinero, algo, que si ya es un delito de lesa economía, en el caso de los financieros es un delito de Código penal, por ser usura. Los Bancos tienen siempre, prestado o en movimiento productivo, una cantidad de moneda-crédito, moneda en números, cinco y hasta cien veces mayor que la cifra de moneda física emitida. No diremos las veces que supera la moneda-crédito—la moneda falsa fabricada—a la moneda desembolsada como capital. Teniendo en cuenta que devenga interés legal, no el capital real… Imaginen, si pueden, a unos pocos hombres con un poder infinito de posesión de bienes reales, y los verán dictadores absolutos del valor en cambio; por tanto, dictadores de la producción y la distribucción y, en consecuencia, del trabajo y del consumo. Si les alcanza la imaginación, eleven su acción a la escala mundial y ya verán su efecto anárquico, moral y social; es decir, revolucionario…

¿No es un milagro ver a un banco de madera convertirse en catedral?... Pues tal milagro lo han visto miles de veces sin pestañear los pueblos durante más de dos siglos. Porque milagro prodigioso fue que los bancos de madera donde los mugrientos usureros se sentaban para comerciar con su dinero sean hoy esos templos que ufanan sus columnatas paganas de mármol en cada esquina de las urbes modernas, donde la muchedumbre va, posesa de la fe, que ya no le inspiran las deidades celestiales, para ofrendar fervorosa todas sus riquezas a la deidad Dinero, que habita, según cree, dentro de la férrea caja fuerte del banquero, dedicada a su divina misión de multiplicarse hasta el infinito metafísico…

Desde entonces, toda guerra fue un paso de gigante hacia el imperialismo. Como si una fuerza misteriosa diera satisfacción al anhelo que Lenin expresó a Gorki. Recuerden: 1905-1914. Las guerras no fueron provocadas ni dirigidas por la III Internacional ni por la U.R.S.S., que no existían aún. Tampoco pudieron provocarlas, aunque las ansiasen, y menos dirigirlas aquellos grupos pequeños de bolcheviques que languidecían en la emigración. Esto es una evidencia meridiana. Y menos aún pudo ni puede la Internacional ni la U.R.S.S. conseguir esa acumulación de Capital y la anarquía nacional e internacional de la producción capitalista. Anarquía capaz de hacer quemar ingentes cantidades de alimentos antes que darlos a las gentes hambrientas; capaces de lo que con frase gráfica escupió Walter Rathenau: "Hacer que medio mundo se dedique a fabricar ‘mierda’ y hacer que el otro medio se dedique a consumirla".

Y, por último, no podrá el proletariado sostener que se debe a él esa inflación en progresión geométrica creciente, desvalorización, robo permanente de la plusvalía y ahorro del capital no financiero, no capital-usura, por ello, incapaz de recobrar la baja constante de su poder adquisitivo, produciéndose así la proletarización de la clase media, la enemiga verdad de la Revolución… No es el proletariado quien maneja la palanca económica ni la palanca de la guerra. Son "Ellos", sí, una tercera palanca, la única visible y espectacular, que da el asalto definitivo a la fortaleza del Estado capitalista y la toma…

"Ellos" aislaron diplomáticamente al Zar para la guerra ruso-japonesa, y los Estados Unidos financiaron al Japón, exactamente, Jacob Schiff, jefe de la Banca Kuhn, Loeb y Cª, una de las cinco de la Federal Reserve, la sucesora, superándola, de la Casa Rothschild, de la cual procedía Schiff. Fue tal su poder, que logró que las naciones con imperio colonial en Asia apoyaran la creación del Imperio xenófobo nipón, cuya xenofobia ya la estaba sintiendo Europa. La guerra ruso-japonesa, con la organizada derrota de los ejércitos zaristas, provocó la Revolución de 1905, que, aun siendo prematura, estuvo a punto de triunfar, y que si no llegó a triunfar creó las condiciones políticas necesarias para la victoria de 1917.

Demos un salto a 1914. Tras el atentado del Archiduque se hallan "Ellos" a través de su "pupilo" León Trotski y el atentado provoca la guerra europea. ¿Creen ustedes de veras que el atentado y la guerra sólo son casualidades?..., como dijo en un congreso sionista Lord Melchett. Analicen ustedes a la luz de la "no-casualidad" el desarrollo de la campaña de Rusia. El "derrotismo" es una obra maestra. La ayuda de sus aliados al Zar está reglada y dosificada con tal arte, que sirve de argumento a los embajadores aliados para conseguir de la estupidez de Nicolás ofensivas-masacres una tras otra. La masa de carne rusa era gigantesca: pero no inagotable. Las organizadas derrotas traen la Revolución.

¡Gringos Go Home! ¡Libertad para los antiterroristas cubanos Héroes de la Humanidad!

¡Chávez Vive, la Lucha sigue!

¡Patria Socialista o Muerte!

¡Venceremos!



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Manuel Taibo


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