Hablemos serio Presidente, hagamos Revolución

No acepten lo habitual como una cosa natural…
Nada debe parecer natural.
Nada debe parecer imposible de cambiar.
(Bertolt Brecht)

Aceptar y resignarnos a vivir en el marco de un sistema social, cultural y económico signado por la prevalencia de los valores de una sociedad basada en el consumo como forma de realización de las personas, es entregarnos bajo la máscara que el liberalismo ha impuesto en buen parte del mundo, donde se pretende esconder la explotación, desigualdad e injusticia bajo la égida de la propaganda igualitarista y la mercadotecnia ilusionista de un mundo de “oportunidades” para todos y todas.

Es por ello, que hoy se hace necesario profundizar la lucha en contra de ese mundo que intenta uniformarlo todo, bajo reglas de juego únicas en perjuicio de la vida, en perjuicio de la salud y en perjuicio de las hermosas y siempre presentes diversidades en nuestra sociedad venezolana y latinoamericana.

Hemos aceptado y nos han impuesto a pesar de tener un gobierno o representantes electos en el marco de la novísima y quinceañera Constitución, una y única forma de ver el mundo. Ante problemas diversos, respuestas y manifestaciones uniformantes en el marco del desarrollo de la sociedad globalizada neoliberal, son el centro de las más importantes políticas públicas nacionales.

En días pasados, en el acto de instalación del llamado Consejo Presidencial o de Estado de las Mujeres, una aguerrida y luchadora mujer venezolana le planteo al Presidente y demás asistentes, la necesidad de contar con los instrumentos culturales y políticos necesarios para que las grandes empresas y comercios, respetarán al pueblo venezolano y sobre todo a la mujer venezolana, quienes se encuentran cansadas de ser humilladas en el hecho de las colas incesantes para adquirir productos de la cesta básica. Ante ese clamor de nuestra mujer, aplaudida de pie hasta por el Presidente de la República, la respuesta fue que a partir de enero 2015 se comenzarán a tomar medidas al respecto. Esto no espera lo que si es que exaspera y humilla cuando además redes de tiendas que hace un año, eran cerradas por usura y especulación, ahora son favorecidas entregándoles el encargo de vender productos que solo las tiendas públicas se encargaban de distribuir, haciendo pasar las mismas colas indignas denunciadas por la mujer en el acto con el Presidente de la República.

Por otro lado, ante problemas de salud pública como la chikungunya o el dengue, se anuncia la importación de 9 millones de tabletas de acetaminofén que serían distribuidos en toda la red pública de asistencia médica. Aquí no se evalúan en serio los impactos de ese medicamento en la verdadera salud del paciente y se favorece a los grandes consorcios farmacológicos del mundo. Por lo demás, despreciando los saberes ancestrales de nuestras comunidades originarias, transmitidas a nuestras madres y abuelas. Como si fuera poco, junto a esta noticia, aparece el acuerdo para formar en especializaciones diversas, a los médicos integrales comunitarios en un número cercano a los 6 mil graduados. Las grandes interrogantes aquí son, necesitamos esas especializaciones en tan alto número y quien atenderá la red pública mientras se forman esos médicos para prevenir y promocionar condiciones de salud y si seguirán prestando servicio cuando se gradúen en la red pública. Aquí nuevamente repetir los mismos esquemas y prácticas no resolverá en absoluto los problemas de salud del pueblo venezolano.

En otro sentido, la inversión pública realizada en los últimos seis meses del año para buscar soluciones al tránsito del vehículo particular es infinitamente superior de lo que se invierte en varios años para mejorar el transporte público masivo. Aquí la lógica individual y particular, favoreciendo al vehículo particular se imponte, reafirmando el carácter individualista a los problemas colectivos. Nuevamente la lógica del capital por encima de la lógica de lo colectivo y lo cultural.


qualite1@gmail.com


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