Del Patuca al Caroní

¿De dónde sale la gente que hace revolución?

(Respuesta a Erick Tejada Carbajal sobre Honduras)

Me pregunto yo y le pregunto a usted, ¿Es que acaso los revolucionarios nacen con las revoluciones? ¡No! Las revoluciones nacen, primero y mucho antes, en las personas; después  y sólo después se manifiestan en los pueblos.  Y es que si existe un capital fundamental en la fuerza de la emancipación, es el previo, el humano, el espiritual; ese aspecto que no surge en una tarde de café entre señoras fanfarronas y que no se confiesa casi nunca, sobre todo por indeterminado.  Es la sensación muy humana frente a tu hijo con hambre, tus zapatos rotos, la mano extendida del niño descalzo o la mujer, aun joven, desdentada.   

Antes del golpe de estado del imperio, Honduras había tenido únicamente dos huelgas: contra las dominantes compañías bananeras en 1954 y la general de transporte en 2005.  Para mí, que crecí en Venezuela, eso era motivo de chiste.  Había estado acostumbrada a ver autobuses quemados, estudiantes lanzando piedras, huelgas aquí, manifestaciones allá, marchas kilométricas en defensa o rechazo de algo... Y pare usted de contar.  Por eso, un país con sólo dos huelgas en medio siglo y un aparentemente pobre espíritu de protesta, me pareció francamente un lugar sin esperanza.  ¿Y qué pasó? Algo se había estado gestando.  Un hambre de comida y letras explotó el 5 de julio de 2009 cuando, ante el sobresalto de muchos, cientos de miles de hondureños gritaron su inconformidad hacia el dominio. 

Después de eso ya nada fue igual y aunque, en apariencia y en lo mediático, todo permanece en el mismo lugar, la correlación de fuerzas se desplazó exponencialmente.  Importantes sectores en Honduras han comenzado un imparable proceso de formación, de organización, de empoderamiento de sus propias circunstancias y han pasado a formar parte de ese fuego individual que se ha convertido en un fuego regional y que hoy en día arde en todos nuestros países hermanos.

Evidentemente, el país centroamericano es geoestratégico desde el punto de vista bélico -lo que se evidencia con la ampliación de la presencia militar de EEUU en la base de Palmerola- y también lo es desde el punto de vista de la dominación cultural pero, cuando usted afirma que “parece ser que Honduras vuelve a su infame papel de obediente satélite de la maquinaria imperial anglosajona”, me pregunto si ha percibido desde sus raíces este proceso, si ha tomado en cuenta la impresionante conquista electoral y la historia reciente, o si sólo está contemplando la cara obvia de la moneda?

La gente que hace revolución nace en los lugares más oscuros de los patios traseros o como diría el por siempre vigente Eduardo Galeano en Las Venas Abiertas de América Latina, “La historia es un profeta con la mirada vuelta hacia atrás: por lo que fue, y contra lo que fue, anuncia lo que será.”

eidnerzepeda@gmail.com



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Elisa María Eidner


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