Proclama por Paul del Río

En el vértice de los tiempos, cuando los vencidos de otrora descubrieron el poder de la verdad y se complotaron los espíritus de un remoto naufragio de sueños para desnudar al sol las heridas ocultas de la humanidad, reunidos testigos del paso torbellino de un hombre marino, emigrante, constelado de enigmas, inasible a las sogas, enfurecidamente enamorado de la poesía que sólo nace en la justicia, compañeros del partisano empedernido, declaran:
 
Considerando a los ríos hermanos que surcan canales fecundos en pos de inmensos abrazos, con la vida por destino superior, andando por guarapos del verde ancestral, por faunas libres en el monte espeso, por cascadas de roció sobre las ramas, con el sol amante derramando clorofilas.
 
Recordando que de esta tierra brotan hombres extremistas en eso de darse a las causas que por bellas llaman radicales.
Reconociendo que aún subsisten las razones de Silvio Rodríguez para citar a Bertold Brecht cuando habló de los imprescindibles.
Admitiendo que la partida del pintor Paul del Río es una obra tan triste y definitiva como las canciones de Patricio Mans.
 
Exaltando que un poeta entrega sus mejores años a trazar versos subversivos donde la entrega es combate de todas las horas y latitudes, donde el poema se arma con la dignidad del manifiesto de Gabriel Celaya.
 
Registrando que las huellas de Máximo Canales huelen al maíz saltarín que estalla en el fragor del fuego redentor.
Cumpliendo con los anuncios que la historia nos hereda de siglos resistiendo el miedo, venciendo el odio y forjando la utopía.
Proclamamos
 
Que la memoria amorosa de los pueblos han sumado a su inventario venerable los nombres de Paul del Rio y Máximo Canales, quedando demostrado que hay hombres que valen por dos.
 
Que la gesta de Paul del Rio es la continuidad de los pasos de Carlos Aponte, marca venezolana que vieron los de Sandino en Las Segovias y en los predios de Marti fue grabado en el martirio de Antonio Guiteras en El Morillo con tinta sangre del corazón.
 
Que el arrojo de los Paul del Rio -porque es plural su aventura- es historia reciente, con héroes de a pie, que aman y luchan, cantan y oran, quienes soportaron la cárcel, quienes resistieron la tortura, quienes se alimentaron de la ternura cuando ni arepas habían bajo los techos de cartón.  
 
Que hoy saldremos a la calle a pintar su nombre en las paredes junto a un sol y un pez, entre lluvia de mazorcas, jugando a la libertad, como árbol talado en el otoño que aun tiene la vida.
 
Que nadie nos tuerce el brazo, que empinamos el codo a placer para el ritual del cocuy cuando el enemigo se espanta de nuestros atrevimientos.
 
Que hemos escalado montañas con las cuevas por posada, aprendiendo a libar de las hojas y degustar manjares que el famélico escarba a sangre de uñas bajo la tierra; nos hicimos expertos en cavado de túneles, como topos respiramos arena e hicimos nacer la luz cual luciérnagas desde la vibración del ansia libertaria.
 
Que vencimos la calumnia masiva del macartismo, la burla de los burgueses incrédulos, la indiferencia de compatriotas enceguecidos, multiplicando las protecciones mágicas que pare desde sus más hermosas entrañas la madre solidaridad.
 
Que la muchachada iluminada por la galaxia revolucionaria te tiene tatuada en la conciencia, cultivaremos tu ejemplo, amaremos tu legado hasta cada vida y todas las victorias.
Cúmplase sin mezquindad, con alegría y virtud.
¡Viva por siempre la gesta del camarada Paul del Rio!
 
*En nombre de la militancia PRV-Ruptura de los sesenta y setenta.    
 
   
Sólo la verdad histórica forma pueblos libres.

 



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Yldefonso Finol

Economista. Militante chavista. Poeta. Escritor. Ex constituyente. Cronista de Maracaibo

 caciquenigale@yahoo.es      @IldefonsoFinol

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