Tres Grandes Épocas y Dos Grandes Transiciones en la historia de las sociedades. Cambio histórico de época o transición socialista

TRES GRANDES EPOCAS Y DOS GRANDES TRANSICIONES EN LA HISTORIA DE LAS SOCIEDADES

Cambio histórico de época o transición socialista

Papel de Trabajo

Coro, abril 12 de 2015

Propuesta  redactada como papel de trabajo con los aportes de Liset  Landaeta, Carmen Fiorella Carballo, Jaime Corena Parra, Humberto Trompiz,  Ramón Chirinos,  Kelno Faneite y Rafael Enciso.

Puesta a debate en el curso introductorio a los estudios históricos 2014-2015 de la UNEFM en Coro: 

  • Voceros y voceras de los colectivos convergentes en las sesiones de la Escuela Coriana Socialista de Trabajadores y Trabajadoras (ESCT) 2014-2015
  • Colectivos de trabajadores y trabajadoras de PDVSA, Ministerio de Petroleos y mineria, Zona Franca Industrial en Punto Fijo, Hidrofalcón y zona industrial en Coro. 2014-2015
  • Equipo de docentes de la Municipalización de la UNEFM 2014-2015 en Coro.
  • Equipo de docentes de la UNEFA en Coro 2015.
  • Equipo de estudios políticos y sociales en Maracaibo 2015
  • Equipo de estudios políticos y sociales en San Cristobal 2015
  • Colectivos sociales  y centros de reflexión  sociopolitica que se encuentran en UNIOS (2014-2015) para dialogar y hacer tareas comunes.

 

INTRODUCCIÓN.

Entregamos aquí el esbozo de una propuesta de Programa de Investigación  del Cambio de Época que vive Nuestra América, al cual hizo referencia el Presidente Chávez[1] (2012) en su presentación del Plan de la Patria 2013-2019, o del cual, como cambio histórico estructural epocal, trata Mészáros[2] (2013) en su obra Estructura Social o formas de conciencia, Volumen II.   A este cambio también hicieron referencia los presidentes Rafael Correa, Daniel Ortega y Nicolás Maduro en la VII Cumbre de las Américas celebrada en Ciudad Panamá durante los días 10 y 11 de abril de 2015.

Para desarrollar la propuesta de investigación hay que conocer la historia de las epocas de las sociedades, los cambios de época o las transiciones de una época a otra, en fin su periodización y sus correspondientes huellas o características socioeconómicas y socioculturales trazadas a lo largo de milenios por los sujetos históricos. En suma, inserto en el devenir abierto de la historia de la humanidad, o en términos de Monedero[3] (2015), de la <sociedad que no se va a parar nunca>. Pero también hay que mostrar, de manera fundamentada, hacia dónde apuntaría este cambio hoy y cómo o bajo cuál cuerpo de orientaciones y condiciones adversas y favorables, lo llevaría a cabo el sujeto histórico transformador en Nuestra América.

Por tanto un estudio relevante de la investigación consiste en definir el sujeto histórico del cambio actual  epocal fraguado en las últimas décadas como tal en las  luchas sociales en el mundo y Nuestra América. Por más que el sujeto haya llegado a ser plural y adquirido varios rostros (de genero, territorial, etáreo o ecologista), no  tiene sentido vaciarlo de su principal actividad, como es la de realizar trabajo colectivo y creador (asalariado o no) para reproducir la vida material y espiritual, ni tampoco ocultarle su principal función: abolir la sociedad de clases y crear la sociedad de la igualdad, la libertad y fraternidad sustantivas.

El sujeto histórico debe entonces vérselas con las razones y prácticas que esgrimen los cerebros del capital para oponerse de forma radical al cambio epocal, que frente a sus primeros destellos, desde hace décadas, pone toda suerte de obstáculos para impedir su progreso social, como también con las razones y practicas favorables a su concretización.  Una expresión de éstas últimas y de sus limites la pudimos observar en la reunión de mandatarios presidenciales en la VII cumbre de las Américas de Ciudad Panamá de abril 10 y 11 de 2015. Y otra, de menor publicidad, tendría lugar en el V Encuentro Internacional de la Economía de los Trabajadores a realizarse en Punto Fijo en Junio de 2015.

Así que constituye una exigencia de primer orden estudiar y superar los obstáculos-prácticas que pone el sistema del capital al cambio epocal. Un ejemplo de obstáculo, por las implicaciones que acarrea, es  la expedición del decreto ejecutivo del Presidente Obama del 9 de marzo de 2015 para declarar a Venezuela como enemigo de la Seguridad Nacional de los Estados Unidos. Un camino para conocer  las prácticas de carácter destructor del capital en su intento de recolonizar el mundo, consiste en estudiar de forma sistémica los casos de Irak, Libia, Siria, Grecia, México, Ucrania, Yemen, Venezuela y Colombia. De esta tarea obtendremos argumentos y diseños de procedimientos a favor del cambio epocal, que tiene en sus problemas esenciales la defensa integral de sus logros. Es decir, hay que conocer bien la dimensión de los estragos que está provocando la empresa egoísta destructora de la especie humana y las otras especies para organizar su superación histórica de manera planificada. Y ello implica, contrarrestar el avance guerrerista de las fuerzas productivas destructoras contra el gran movimiento universal y regional a favor del amor al prójimo o del cambio epocal. Empresa que demanda la realización de una paciente y laboriosa organización sociocultural, comunicacional, voluntaria y consciente de millares de personas, incluidas las que viven en el eje bélico estratégico destructor en Estados Unidos, Gran Bretaña,  Canadá e Israel. Para eso requerimos del uso masivo y funcional  del vasto conocimiento humano (universal y local) y de la generalización de los mejores valores del ser solidario y justo, un gran punto de desarrollo humano. No puede ser de otra forma, dado que la oposición radical al cambio es una auténtica empresa de autodestrucción, dominio y negación de la vida, que lo copa todo.  

En la PRIMERA PARTE DEL ESTUDIO miraremos el origen de la propuesta, que en buena medida tuvo que ver:

a)  con las preguntas que se hacían en el país, las cuales tuvieron su replica en la Escuela Coriana Socialista de Trabajadores y Trabajadoras y otros centros hermanos de reflexión-acción en Punto Fijo, San Cristóbal, Mérida, Maracaibo y Valencia en el periodo 2007-2015, respecto a los avances y dificultades en la profundización del proceso revolucionario bolivariano.

b) con el debate que abrió el Presidente Chávez[4] en sus presentaciones del Proyecto Nacional Simón Bolívar 2007-2013 y del Plan de la Patria 2013-2019, sobre el papel de la Revolución Bolivariana como proyecto nacional y a su vez parte constitutiva de  un proyecto mundial solidario, respectivamente en la búsqueda de trabajo con significado y la eliminación de su división social y estructura jerárquica y el cambio de época o de las relaciones de poder a favor de las grandes mayorías. 

La idea de la profundización de la Revolución fue muy empleada por el Presidente Chávez y ahora es muy evocada por el Presidente Maduro. Quizá con su uso se quiere denotar la realización sostenida de implantes característicos o ejemplares del cambio epocal. Por lo que es preciso estudiar lo que se quiere significar con el uso reiterado del término.

Entrado el año 2008, en nuestras primeras indagaciones encontramos una destacada compatibilidad teórica del planteamiento del Presidente Chávez sobre la eliminación de la división social del trabajo y su estructura jerárquica con Marx y Engels[5] (2007) en su obra La Ideología Alemana de 1845-1846, donde indican cuál condición esencial se debe cumplir para lograr el avance del proceso histórico de cambio de época. Marx y Engels afirmaron que la unidad de los elementos <fuerza productora, estado social y conciencia>,  no caerá de nuevo en contradicción,  a menos que <vuelva a abandonarse la división del trabajo>. Entonces intuimos que estábamos frente a una característica esencial reconocible del cambio estructural de época abierto al futuro, como es la superación de la división social del trabajo.  Hecho a estudiar desde su origen hace más de 10 mil años, en sus desarrollos posteriores, incluidos los realizados en la humanidad desde los primeros llamados a provocar de forma organizada y consciente su abolición: en la Comuna de París, en la URSS, en la Revolución Bolivariana y las otras revoluciones en curso..

Al mismo tiempo llegamos a pensar que otras tantas características del Cambio Epocal tendrían que establecerse, lo decimos ahora, con apoyo en Monedero (2015), a partir de <reconstruir> viejas palabras de manera dialogada e introducir algunas nuevas para organizar la realidad social, que de ninguna manera significa dar por hecho un futuro que <aún no ha tenido lugar>, pero que ya se está empezando a construir.  Así para tomar una de éstas, la ya centenaria expresión de transición al socialismo originada con Lenin merece un desarrollo crítico, pues luego de su empleo en la orientación de varias revoluciones en el siglo XX, no pudimos definir cuándo empezaba y finalizaba este proceso y tampoco definir sus características evaluables. En tal sentido hay que examinar los progresos sociales en la URSS y lo que allí se dejo de hacer como concretización del Cambio Epocal, pero también su aporte a la paz mundial con la organización de la ONU, que pudiera ser un punto favorable al mismo cambio. Como alternativa a la idea de transición al socialismo, adoptamos la idea de transición socialista, indicando sus características reconocibles, proceso construido por el sujeto histórico con implantes o epicentros ejemplares materiales y espirituales, que se empiezan a construir desde el mismo momento en que inicia su marcha el proceso revolucionario. Entre sus características destacadas  está su articulación con procesos similares (caso de la construcción de La ALBA), o sea la forma cómo el sujeto transformador inicia la creación de las condiciones universales de organización, movilización y conciencia del proceso de Cambio Epocal.

Pero no haríamos bien la tarea de caracterizar la transición socialista, si no empezamos a definir en esta primera parte del estudio lo qué es el socialismo, luego de los intentos de su realización en el siglo XX y lo que va corrido del siglo XXI.

Nos referimos a una nueva forma de organización social participativa decisoria del sujeto histórico (redes de consejos obreros y comunales) en la construcción de la nueva <trabazón> de la Economía del Trabajo, la Comuna, la Conciencia Socialista de masas, la satisfacción de las necesidades materiales y espirituales de los pueblos y la libertad para todos y todas y no para una elite, en francas relaciones armónicas con la Madre Tierra.

Además para hacer bien la tarea, debemos argumentar que en Nuestra América la obra de la construcción socialista es al mismo tiempo una obra de completar la independencia nacional y unir los pueblos soberanos en causas comunes. Pero advirtiendo que no se trata primero de completar la independencia nacional, para luego dentro de 40 o 60 años o no se sabe cuándo iniciar la construcción del socialismo, cómo si su núcleo central fuese el desarrollismo a gran escala de la originaria industrialización británica-europea-norteamericana.

Valga resaltar que hay expresiones, como la de imperialismo, que no pueden ser sustituidas en aras de utilizar un nuevo lenguaje de rostro plural, porque la realidad que esta palabra describe y explica, no  ha desaparecido; por el contrario se ha enriquecido con múltiples realizaciones destructivas del capital contra el ser humano y la naturaleza. Así que el cambio de lenguaje y la nueva comunicación para superar la ortodoxia reinante en la orientación de los procesos de cambio, no es una carta abierta al postmodernismo proburgués, y tampoco puede resultar ser un impulsor de la reproducción del sistema vigente y su cultura, pues con ello no estaríamos apuntando al cambio de época, sino a reproducir la época del capital.

También argumentaremos en esta Primera Parte porqué hemos llamado a esta propuesta de estudio, Tres Grandes Épocas y dos Grandes Transiciones en la Historia de las Sociedades (3GE-2GT), uno de cuyos referentes obligados es la Revolución Bolivariana (su historia inmediata), pues el Presidente Chávez[6] (2012), apunta que el Cambio de Época <arrancó> con su llegada. Quizá queriendo decir que con ella retomó su relevancia histórica. Otros referentes obligados serían las revoluciones que junto a la Bolivariana se integran en el marco ALBA.

Y por supuesto, en LA PRIMERA  PARTE  mostraremos los componentes del estudio y señalaremos cómo avanzar a grandes rasgos en su desarrollo, por lo menos en el intervalo de los próximos cinco años.

SEGUNDA PARTE.

Nos introducimos en el abordaje del Programa de investigación (3GE-2GT), definiendo dos familias de situaciones problemáticas o grandes cuestiones, de cuyo análisis se derivan decenas de preguntas a responder, con el propósito de ayudar a generar, por medio de un proceso de Investigación-Acción-Participación-Transformación, un cuerpo de conocimientos teóricos, procedimentales y actitudinales para apoyar la defensa y profundización de la Revolución Bolivariana, uno de los epicentros, de llegar a ser irreversible, del cambio histórico epocal estructural.

Primera gran cuestión o familia de problemas

Trata de la clarificación del nuevo cambio de época enunciado por el Presidente Chávez, sus características dinámicas reconocibles, de su ubicación, valga reiterarlo, en el ya milenario trasegar de las sociedades, o en palabras de Mészáros[7] (2013), en la Totalidad Histórica abierta y factible,  que contiene las relaciones sociales entre sus sujetos históricos y de estos con la naturaleza, de la cual somos parte integrante. Durante esta Totalidad apareció la especie humana en la tierra y empezó a realizar las actividades libres de la reproducción social de la vida.  Y transitó, con el aumento progresivo de la productividad del trabajo y la generación de excedentes, su intercambio y acumulación, por el inicio de su división en clases o de los cimientos del sistema del capital, que luego, en varios territorios y a ritmos desiguales, fueron reproducidos y ampliados en un entramado de complejidades que se concretaron en distintas formas históricas, hasta llegar a la actual situación de abierta búsqueda de las grandes ganancias y la prosecución de la lucha de clases en sus variadas expresiones y niveles. De su desenlace cabe esperar la destrucción de la propia humanidad y/o del planeta Tierra mismo, de no transitar ella hacia las sociedades del trabajo libre, asociado, fraterno, y ambientalemente sostenible, superando históricamente el dominante sistema del capital, con la sujección de sus actividades fundamentales a su correspondiente control social, que incluye el necesario intercambio metabólico social con la naturaleza, del cual tienen mucho que enseñar los pueblos originarios que han logrado sobrevivir y los colectivos ecologistas.

Vistas así las cosas, ajenas a cualquier linealidad, y eso es lo que esperamos que aborde de forma crítica el programa de investigación, la historia de la humanidad es la historia de tres grandes épocas y dos grandes transiciones. O empleando un apunte de Sevilla Guzmán y González de Molina[8] (2014), es la historia de las formas de organización social sin clases (la Primera Gran Época) y de la transición de esas formas (Primera Gran Transición) a las sociedades de clases (Segunda Gran Época) y de éstas, después de cerca de 10 mil años, a través de la de segunda Gran Transición hacia un nuevo momento transhistórico (la Tercera Gran Época), la sociedad sin clases con abundancia y libertad.

Resulta a primera vista increíble, observar hoy como evento peculiar sobresaliente, que la Primera Gran Transición todavía no ha culminado, pues aún sobreviven varios pueblos originarios con características socialistas y comuneras reconocibles, autentica expresión de ruptura con la linealidad histórica. Y vaya particularidad, estos pueblos hoy participan de la organización y lucha por la Segunda Gran Transición hacia la ercera Gran Época, contribuyendo a su  prefiguración y al establecimiento de algunos de los implantes de irradiación ejemplar de la forma histórica nueva; por ejemplo estos pueblos hoy nos dicen cómo emplear la extracción controlada y regulada de los abundantes pero limitados recursos naturales del planeta Tierra para fines de satisfacer un conjunto de necesidades humanas básicas, en clara diferenciación con el extractivismo destructivo del sistema del capital, que pretende con este proceso obtener ventajas para su reproducción y el aumento de su tasa de ganancias. Estos pueblos, con su cultura sobreviviente, son hace rato, una parte significativa del sujeto histórico llamado a realizar la transición, quizá en otro recorrido milenario, hacia un futuro abierto, no cerrado como el que provocó la caída de la URSS,  rumbo a la nueva sociedad mundial sin clases sociales, de la igualdad sustantiva y la justicia.

A este programa de investigación 3GE y 2GT a través de la visión de Totalidad Histórica le corresponde valorar las instancias y fases particulares de la transformación y sus pasos bien explícitos de una Gran Época a otra. Y también las instancias y fases de los cambios dentro de una Gran Época, como por ejemplo los que permitieron, dentro de las sociedades de clases o Segunda Gran Época, articular el sistema del capital, según Bruckmann[9] (2011), hacia todo el mundo y desde varios epicentros (China e India en el siglo XIII y Europa-Estados Unidos en el siglo XIX) y -agregaríamos nosotros-, el triángulo Europa-América-África. Para ello hay que establecer las características reconocibles que nos permiten valorar las Grandes Épocas y las  Grandes Transiciones de la historia real y los cambios de instancias y fases dentro de cada Gran Época.

Entre las características reconocibles  materiales y culturales presentes o ausentes en las Grandes Épocas y las Grandes Transiciones, contamos:

El trabajo, la libertad y la igualdad sustantivas (incluidas las de genero), la satisfacción de necesidades (materiales y espirituales), la división social del trabajo y su estructura jerárquica, las clases sociales, las fuerzas productivas, las relaciones sociales entre los seres humanos, las relaciones humanas con la Madre Tierra y la influencia del cosmos en ella, la propiedad de los medios de producción, la mercancía, el valor, el dinero, el plusvalor, los excedentes y su apropiación, el capital y su acumulación originaria y posterior, las crisis, el Estado, la defensa, la gestión participativa (planificación y control social), la ciudad, el territorio comunal, el sujeto histórico, las guerras, el arte y la literatura, los conocimientos y la conciencia, las creencias, la religiosidad y la ideología.

Es obligatorio estudiar todas estas características de manera interrelacionada, teniendo como marco la producción teórica y practica de las corriente socialista comunista iniciada por Marx-Engels y Jenny y la de la Teología de la Liberación nuestra americana y los actuales desarrollos críticos de ambas, en dialogo permanente con los saberes ancestrales de las comunidades originarias y afrodescendientes y con los saberes del sujeto histórico transformador.

Durante la segunda Gran Transición hacia la sociedad sin clases, <más allá del capital>, la gran mayoría de esas características por acción y comprensión del sujeto social histórico del cambio epocal estructural, se transformarían dando origen a una nueva articulación de características o determinaciones reconocibles en lo fundamental y no en lo marginal, usando una ilustradora expresión de Marx[10] y Engels, como la nueva <trabazón> socialista en marcha irreversible hacia la sociedad sin clases. En tal sentido los debates y estudios sobre la fase ascendente del sistema del capital y al mismo tiempo sobre su fase regresiva y en consecuencia el paso o transición hacia la forma histórica nueva, adquieren un gran interés. Mucho esfuerzo habrá que poner en nuestras elaboraciones para mostrar por qué la segunda Gran Época es la del sistema de capital y cómo el sujeto histórico social del trabajo la superaría, evento que obliga a hacer variados aportes a la teoría de la segunda Gran Transición mundial hacia las sociedades solidarias más allá del sistema del capital o sin clases, que viene en proceso de elaboración colectiva convergente desde hace décadas. No se empieza de cero. Aquí aparece como relevante que el Programa de Investigación también se ocupe de la Didáctica del estudio del cambio histórico, con el objeto de que millares de personas lo aprendan y lo reproduzcan de forma social significativa.

Hay mucho por evaluar de los intentos iniciales fallidos y en curso de esta transición en varios lugares el mundo, realizados bajo condiciones concretas y orientados por conocimientos que deben ser explicitados,  hasta el punto mismo de la necesidad de aclarar cuándo y en cuáles lugares empezó la transición socialista y cuáles podrían ser hoy (Harnecker, 2013)[11]sus formas y cómo emprenderla también desde varias instancias de la cultura sociopolítica hegemónica o sea cuando aún no se han superado los limites del sistema. Hay que examinar el estado de sus avances, estancamientos o retrocesos y para ello es obligatorio acordar cuáles son los <requerimientos fundamentales>  o <principios orientadores> (Mészáros, 2008)[12], de evaluación de tal estado e incorporarlos a las estrategias de cambio radical previstas. Chávez (2009) habló de por lo menos cinco frentes para iniciar  la realización de la transición socialista o construcción del socialismo.

Segunda gran cuestión o familia de problemas

Entramos a evaluar, ya en plena fase regresiva del sistema del capital, la relación entre el desenlace de su crisis estructural actual, que en términos del Presidente Chávez[13] (2012), <puede llegar a ser terminal>, y la posibilidad y necesidad de la transición socialista o del cambio revolucionario de época a través del desarrollo  de la organización, la conciencia y las múltiples luchas de su sujeto histórico, o sea del movimiento de la clase obrera (del vasto trabajo asalariado y no asalariado consciente y sus variados rostros) y del movimiento emergente de comuneros y comuneras, articulado este último en millares de colectivos, muchos de éstos de los pueblos originarios, que hacen la reproducción social de la vida cotidiana, con sus respectivas identidades culturales y similitudes, en millares de territorios específicos de todo el mundo y en decenas de entidades nacionales, que progresivamente y de forma crítica articulan sus maneras de vivir y sus visiones de futuro (Ejemplos La ALBA, la UNASUR y la CELAC).

Es de resaltar aquí, que en este estudio, la clase obrera en sí y para sí, comprende no solo al proletariado industrial. El vasto movimiento del trabajo asalariado (o no) en sus diferentes formas de conciencia también comprende desde los trabajadores de la tierra, las trabajadoras de los hogares, hasta los trabajadores y trabajadoras de la defensa nacional, la seguridad ciudadana, la salud, la educación y de todo los tipos de servicios que realizan las instituciones del aparato de Estado burgués que se resiste a morir. Y acorde con Mészáros[14] (2008) comprende a la inmensa mayoría de los individuos que caen <en una condición en la que pierden el control de todas las posibilidades de reproducción de sus vidas, y en ese sentido se proletarizan>. Y comprende también (Corena y Enciso, 2008)[15] a los y las estudiantes universitarios vistos como trabajadores y trabajadoras en formación laboral cualificada, bien sea inicial o continuada.

A partir de la idea que hemos adoptado de la composición actual de la clase obrera, hecho que nos obliga a estudiar su historia mundial, nacional y local, es indispensable acotar, que la composición fundamental del movimiento de comuneros y comuneras es de clase obrera (con sus múltiples rostros). Es decir, la clase obrera participará de los implantes ejemplares de la segunda gran transición socialista en dos dimensiones, pues reproduce la vida y la cultura desde su lugar de trabajo y su lugar de residencia o lugar de la cotidianidad comunitaria.

Volviendo a la cuestión del posible desenlace de la crisis estructural del capital, digamos que una de sus consecuencias es la promoción de las guerras por parte de sus fuerzas más conservadoras y beneficiarias del sistema. Hablamos de guerras culminadas, en curso o por desatarse. Por eso es pertinente señalar la necesidad de estudiar la historia de las crisis del sistema, pasando por las de 1847 y 1857, con epicentros en Inglaterra y Estados Unidos respectivamente, de las cuales Marx pensaba que servirían de mecanismos socioeconómicos impulsores del parto de las revoluciones obreras, cuestión que no resultó ser así, para comprender que en el pasado las crisis que tuvieron lugar se resolvieron temporalmente dentro de los limites del sistema en proceso de expansión.  Pero la crisis actual del capital que viene, según varios equipos de investigación (Mészáros[16], 2009; Dierckxsens[17], 2005; Wallerstein[18], 2007), desde finales de la década de los años 60s o principios de los años 70s del siglo anterior, no se resolverá dentro de sus limites y determinaciones. 

La crisis actual aunque reptante es estructural (Mézáros[19], 2009) y crónica (Beinstein[20], 2014). Y podría ser terminal, como  Chávez lo indicó, si la organización consciente del Cambio de Época  alcanza las dimensiones necesarias para constituirse en una transición socialista. Por eso estamos obligados a definir, es preciso reiterarlo, lo que entendemos por socialismo y cómo hacer la realización desde ahora de sus primeros implantes materiales y culturales en los procesos revolucionarios en curso en franca interacción con la vida de los pueblos originarios sobrevivientes y militantes, y en especial, mostrar avances en la abolición progresiva de la división social del trabajo y su estructura jerárquica y la relevancia en la producción de valores de uso para satisfacer necesidades humanas y no dirigidas a la multiplicación de la ganancia.

Y como bien lo señala Beinstein[21] (2014), si bien la forma capitalismo (del sistema del capital), ha llegado finalmente a ser mundial dominante, <la victoria de su globalización llega en el momento en que comienza su decadencia>. Muy a pesar del dominio de la apologética multimediatica a favor de la superioridad y larga vida del sistema dentro de sus límites, y el control que ejerce a millares de mentes, <la condición civilizacional pero no suficiente para la emergencia del postcapitalismo> ya está instalada. El sujeto histórico transformador tiene por tanto un amplio campo de maniobra para impedir que se instale la barbarie.

Al respecto brota una gran convergencia de iniciativas, por ejemplo la de las revoluciones que habitan en el marco ALBA, articuladas, hay que insistir en ello, con la vida de los pueblos originarios sobrevivientes y militantes, que no es atrevido decir que son un invaluable factor de unidad con la destacada compatibilidad que en la actualidad adquieren las ideas transformadoras socialistas, comunistas críticas y de la teología de la liberación, cuyo resultado sería un proyecto común orientador y de clase. Todo  parece apuntar, después de esfumarse el pregón del fin de la historia que nació con la caída de la URSS,  que su continuidad de la misma, no lineal, tendría mucho que ver con el desarrollo de múltiples sociedades solidarias. La conformación de por lo menos cuatro epicentros visibles en Nuestra America, el sur de Europa, Oriente Medio y el Lejano Oriente así lo indicarían. Se trataría de los epicentros de los  inicios de los implantes del Cambio Epocal en la fase descendente de la vida del sistema del capital, para luego asentarse y multiplicarse más allá de sus limites, pasando por supuesto por su ruptura revolucionaria. El marco de las iniciativas favorables y desfavorables es  la agreste lucha de clases mundial actual, atravesada por las guerras devastadoras, que nos sitúan dentro del dilema socialismo o barbarie.

Bajo semejantes condiciones, que empezaron  a agravarse con el inicio del derrumbe del socialismo soviético 1989-91 y la criminal invasión imperialista norteamericana a Panamá en 1989, hoy se confrontan dos posiciones antagonicas con sus distintos matices, de <guerra entre fuerzas> (Valencia, Judith, 2013)[22] para la solución de la crisis estructural del capital:

a) la del capital, cuyas múltiples personificaciones y mandos no logran contrarrestar la caída tendencial de su tasa de ganancias. Los cerebros del capital insisten en  la recolonización violenta del mundo, a través del <redespliegue imperial> (Beinstein[23], 2014) para obtener a la baja materias primas (capital constante) y fuerza de trabajo (capital variable), creyendo que así aumentarán de nuevo la tasa de ganancias (G=Plusvalor/capital constante más capital variable). Los pueblos no van a renunciar, y con mayor razón si permanecen unidos, a la defensa de sus recursos naturales, su fuerza de trabajo, su cultura y su soberanía.

b) la de la clase obrera -en su más amplia composición y rostro múltiple como ya vimos- a través de la unificación de las luchas anti-imperialistas y anti-capitalistas de los pueblos, la recuperación y reconstrucción crítica de las experiencias de  los intentos fallidos o en curso de transición al socialismo o de transición socialista como preferimos llamarla. Nicaragua es un ejemplo de la recuperación en el siglo XXI del camino interrumpido parcialmente a finales del siglo XX en una revolución nacionalista  que pudo convertirse en un intento de Transición Socialista. Quizá en Rusia podría originarse, por acción del sujeto histórico transformado, de otra recuperación de un camino de Transición Socialista interrumpido a finales del siglo XX.

Dicha unificación para ser fructífera o transformadora de la realidad social debe fusionarse, valga insistir en esto, con el cuerpo ampliado de los conocimientos socialistas-comunistas críticos y de la teología de la liberación, en proceso de articulación creadora, que viene elaborándose en confrontación con varias experiencias revolucionarias, desde hace más de 200 años. Este cuerpo de conocimientos, reconstruible con la reflexión sobre la experiencia, constituye el autentico orientador de las Revoluciones Democráticas y Socialistas, que a pesar del terror imperialista no dejan de despuntar en varios territorios nacionales y, más allá de éstos, de unirse en diversos niveles y en varias regiones del planeta. En tal sentido hay que contribuir a la elaboración para Nuestra América de la historia de los conocimientos teóricos, procedimentales y actitudinales del sujeto social histórico del nuevo cambio estructural de época.

Periodización de la Historia

Un asunto de especial interés lo constiyuye, el hecho de que al mismo tiempo que nos introducimos en las dos familias de problemas antes enunciadas, asumimos para el desarrollo de la investigación una Periodización de la Historia en tres Grandes Épocas y dos Grandes Transiciones, precisando que como partes constitutivas de una Totalidad Histórica en movimiento dialéctico de sus partes integrantes, el paso de una  Gran Época, no está sujeto a una secuencia lineal mecánica, como tampoco ocurre ese tipo de secuencia dentro de cada Gran Época cuando hay cambios o transiciones particulares en las fases, los momentos, los modos de producción o las formas históricas, con sus huellas o rasgos esenciales, por las que atraviesan o en las que toman cuerpo los desarrollos de las poblaciones en sus más variadas expresiones y complejidades de la lucha de clases.  

Algunos ejemplos de esto último son el  paso de la población libre nómada a la población esclava sedentaria y de ésta a la población esclava asalariada, el paso del modo de producción primitivo al modo de producción asiático o tributario, el paso del modo de producción esclavista al modo de producción feudal o el paso de las hegemonías regionales económicas asiáticas del siglo XIII a la hegemonía económica Europea a partir del siglo XIX. Y visto desde una perspectiva más tecnológica, los pasos de la producción de bronce a la producción de hierro y luego a la producción de acero y su conversión en raíles a través de los cuales circulan trenes que transportan mercancías en varias direcciones y a velocidades antes no experimentadas, el paso al uso a gran escala del vapor, el carbón y el petróleo en Europa y Norteamérica asociados con el crecimiento de la industrialización y el transporte de sus insumos y productos; periodos de autenticas innovaciones tecnológicas aparejadas a los crecimientos poblacionales y a cambios en la economía y los regímenes políticos.

Otros pasos, más ligados a Nuestra América, serían el parto de la Revolución Bolivariana de Venezuela y su intento de convertirse en Revolución Socialista, articulada al marco ALBA. En este paso cabe ver  el intento de múltiples cambios, dentro de los cuales están, por ejemplo los difíciles cambios en su economía política, los cambios en sus economías locales, el intento de pasar de la educación universitaria tradicional a la educación universitaria comunalizada, hasta pasar de la apropiación burguesa elitista del ingreso petrolero a su uso y reparto para construir una economía productiva diversificada y eficiente con el fin de solucionar grandes necesidades sociales insatisfechas y generar solidaridad con pueblos hermanos.

Cualquier enfoque mecanicista de las transiciones no orientadas conscientemente según principios adecuados, choca de lleno con la realidad actual, en la cual todavía y de cara a la reproducción hegemónica del sistema del capital, sobreviven fuertes expresiones de esclavismo, por ejemplo, en Mauritania, de la propiedad y la vida comunal en muchos pueblos originarios de Nuestra América y de la economía campesina en Asia. Y que no decir de la reversibilidad de los procesos de transición socialista orientados por partidos de vanguardia en la URSS y Yugoslavia, uno con enfoque centralista verticalista y otro con la práctica de una autogestión peculiar. 

TERCERA PARTE DEL ESTUDIO

En esta tercera parte del estudio, ajenos a cualquier prefiguración global de un futuro aún lejano, intentaremos dibujar los rasgos característicos de la Tercera Gran Época. Lo haríamos con apoyo en tres cuerpos de conocimientos fundamentales, de cuya interacción, podríamos derivar muchas enseñanzas o síntesis orientadoras respecto a qué hacer y qué no hacer para construir una sociedad sin clases, de amor por el prójimo, de  libertad e igualdad sustantivas para todos y todas y no solo para las elites. Tarea inmensa y sin duda de larga duración, que además demanda la participación decisiva o los aportes referenciales de varios colectivos sociales que hacen trabajos similares en distintos lugares del planeta.  Los primeros informes de esta parte del estudio, además de las elaboraciones teóricas, contienen los desarrollos de los primeros implantes de la Segunda Gran Época, que al mismo tiempo son de la Segunda Gran Transición epocal o Transición Socialista.

a) El dialogo crítico entre la obra de la corriente de Marx, Engels, Jenny, Jennichen, Laura y Eleanor y la obra de la corriente socialista, comunista crítica y de la teología de la liberación indoafroamericana (de Mariategui, El Che, Fidel, Chávez, García Linera, Harnecker, Brito García, Veraza, Beinstein, Kohan, etc.). La síntesis de este diálogo debe ser reconstruida de forma permanente por el sujeto histórico transformador. Dentro de la corriente comunista incluimos las obras de las corrientes de Lenin, Mao y Ho Chi Min en proceso de rectificacion.

b) La evaluación de los intentos fallidos (La Comuna de París y La URSS por ejemplo) y de los intentos en curso de la transición socialista mundial (Cuba por ejemplo), que muchas lecciones nos aportan para saber qué no se debe hacer y qué amerita ser reproducido de forma creadora. La sintesis de esta evaluación debe ser reconstruida de forma permanente por el sujeto histórico transformador.

c)  La vida de los pueblos originarios y su relación armoniosa con la Madre Tierra. No solo estudiarla, sino compartir con ella sendas orientaciones de aplicación provechosa en las sociedades de las grandes y pequeñas ciudades y en la gestión de las vidas nacionales con multiples culturas. La sintesis de estos resultados debe ser reconstruida de forma permanente por el sujeto histórico transformador. 

El avance en las realizaciones de la Tercera Gran Época, obligaría a la humanidad solidaria a ponerle freno a la orden de recolonización del mundo expedida por los cerebros del capital, usando palabras de Marx como contratendencia, para impedir la caída tendencial de la tasa de ganancias e imponer nuevos caminos intensivos de reproducción del capital, por ejemplo dándole un nuevo uso tecnólogico a minerales como el Litio o ampliar el transporte de carga usando drones comerciales. Pero además obliga  a  sugerir un giro de los pueblos unidos y solidarios a la carrera de las multimillonarias inversiones del complejo belico privado militar y aeroespacial industrial, que empieza a provocar y sugerir la expansión del sistema del capital hacia otros planetas, hacia Marte en primer lugar. Semejantes inversiones significarán el saqueo de pueblos y recursos naturales de la Madre Tierra y por supuesto nuevas guerras, como la que se le quieren imponer a Latinoamérica con la agresión a Venezuela.  Los pueblos unidos deben orientar las grandes inversiones y el usos de los recursos disponibles hacia la satisfacción de las grandes necesidades materiales y espirituales aún insatisfechas.

A medida que el conjunto del estudio, en sus tres partes, progrese, iremos entregando también informes particulares de la Tercera Parte. Desde esta perspectiva este es un programa de investigación abierto en su duración y en el relevo de sus equipos promotores.

PRECISIÓN METODOLÓGICA Y EPISTEMÓLOGICA DE CIERRE.

En la implementación del Programa de Investigación-Acción-Participación-Transformación, en sus avances, esperamos que participen, bajo múltiples formas y en un número creciente, varios núcleos o colectivos de la historia-acción o de los sujetos sociales de este cambio necesario y posible. Para lograr una participación de este tipo, y no puede ser de otra forma, se requiere construir una gran convergencia de apoyos y esfuerzos en la misma dirección. La convergencia ejemplar y sus frutos se expresarían en decenas de eventos comunes (talleres, conversatorios, campañas, seminarios, conferencias y encuentros) de aprendizaje formal, no formal e informal y de trabajos de investigación en Historia en su totalidad espacial y temporal. Y mejor aún, en la promoción evaluable de implantes pequeños o grandes de la Transición Socialista.

En la implementación del Programa de Investigación nos orientaremos por la interacción de los cuerpos de conocimientos de la Crítica a la Economía Política-Economía Política del Trabajo, la Historiografía afincada en la concepción materialista de la Historia y la Didáctica de las Ciencias, de tal forma que como miembros, contados por miles, del sujeto histórico, comprendamos y participemos mejor de la orientación y realización de los nuevos cambios sociales, en su dinámica no lineal, en la que estamos inmersos. Al respecto del cuerpo de conocimientos de la Didáctica de las Ciencias hay que estudiar con detenimiento la obra de Amparo Wilches y Daniel Gil  sobre  las Transiciones Sostenibles realizadas con el protagonismo de la educación y la participación de millones de seres humanos, realizada desde la Universidad de Valencia (España) y ampliamente difundida por las redes electrónicas.

Los avances en los estudios, -eso esperamos-, dirán hasta qué punto hemos logrado vincular varias actividades sociales y políticas de algunos colectivos del sujeto histórico del cambio con las tareas de investigación, de tal manera que podamos señalar que algunos colectivos del sujeto histórico del cambio son al mismo tiempo sujetos de la investigación, o sea que estamos avanzando en la formación y autoformación de la conciencia socialista de masas, al mismo tiempo que la discusión teórica del cambio histórico de época está muy vinculado a posiciones prácticas. Dirán hasta que punto sentamos las bases para una sociedad culta amante de la paz y el prójimo.


[1]    Chávez, Hugo.  Propuesta del candidato de la patria comandante Hugo Cávez. Para la Gestión Bolivariana Socialista 2013-2019. Presentación. Según fue registrada en Caracas ante el Consejo Nacional Electoral, el día 12 de junio de 2013.

[2]    Mészáros, István. Estructura social y formas de conciencia. La dialéctica de la estructura y la historia. Volumen II. Parte VI. Páginas 297-358.

[3]    Monedero, Juan Carlos. Socialismo y consejos comunales: la filosofía política del socialismo en el siglo XXI. Https//kmarx.wordpress.con/2015/04/04.

[4]    Chávez, Hugo. Directriz IV del Proyecto Nacional Simón Bolívar. Primer Plan Socialista de la Nación 2007-2013.Y presentación del Plan Patria 2013-2019.

[5]    Marx Karl y Engels, Friedrich. La Ideología Alemana. Página 43. El perro y la rana, Caracas, 2007.

[6]    Chávez, Hugo. Presentación citada del Plan de la Patria 2013-2019.

[7]    Mészáros, István. Obra citada, página 301.

[8]    Sevilla Guzmán, Eduardo y Manuel González de Molina. El concepto de transición en el pensamiento marxista: reflexiones desde la agroecológica. Https://kmarx.wordpress.com/2014/08/27/

[9]    Bruckmann, Monica. Recursos naturales y la geopolítica de la integración sudamericana. Www.rebelión.org

[10]   Marx, Karl y Engels Friedrich. Obra citada, página 35.

[11]   Harnecker, Marta. Un mundo a construir. Nuevos caminos. Páginas 145-212. MPP para la cultura, Caracas, 2013.

[12]   Mészáros, István. El desafío y la carga del tiempo histórico. El socialismo en el siglo XXI. Páginas 249-354. Vadell hermanos, Valencia, 2008.

[13]   Chávez, Hugo. En la presentación de la obra citada del año 2012.

[14]   Meszáros, István. El desafío y la carga del tiempo histórico. El socialismo en el siglo XXI. Página 78.

[15]   Corena Parra, Jaime y Enciso Patiño, Rafael. Didáctica de la Economía Política de la Construcción Socialista. Página 56. Ministerio del PP para el Trabajo. Caracas, 2008.

[16]   Mészáros, Itsván. La crisis estructural del capital. Página 225. MPP para la comunicación e información, Caracas, 2009.

[17]   Dierckxsens, Wim. La transición hacia el postcapitalismo. El socialismo del siglo XXI. Página 35. Monte Ávila, Caracas, 2006.

[18]   Wallerstein, Immanuel. La decadencia del imperio. Estados Unidos en un mundo caótico. Página 6. Monte Ávila, Caracas, 2007.

[19]   Mészáros, István, obra citada, La crisis estructural del capital. Página 226.

[20]   Beinstein, Jorge. Comunismo o nada. Página 82. Trinchera, Caracas, 2014

[21]   Beinstein, Jorge. Obra citada. Página 64. .

[22]   Valencia, Judith. Guerra entre fuerzas. El pulso de un proceso en marcha. Paǵinas 7-87. UCV-Escuela de Economía, Caracas, 2013.

[23]   Beinstein, Jorge. Obra citada. Página 61. 

 



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