Y ahora?...Construir la patria nuestra

 

Camaradas y compatriotas

Saludos cordiales,

Todo parece indicarnos que la participación en las elecciones sorprende a propios y extraños. Esa es una buena noticia..y las buenas noticias suelen durar poco en el ámbito de los medios. Administrar lo conseguido es la mejor manera de celebrar lo que parecía un imposible: El pueblo salió a votar en medio de la cruenta guerra económica que pulveriza salarios, posterga proyectos y vuelve áridas las esperanzas. Pero, contra todo pronóstico, la patria aún existe para parafrasear a Benedetti. Esta es una noticia que siendo convicción íntima hasta anoche, hoy deviene en un grito que puede aturdirnos. El aturdimiento no es el mejor estado para enfrentar lo que se asoma en el futuro inmediato.

Es evidente que esta victoria de la democracia es una muy mala noticia para quienes vienen anunciando desde hace años que esto no es una democracia. Es una mala noticia porque hace legítimas las instituciones del Estado Venezolano que han sido, son y serán un objetivo de primer orden para construir el "golpe suave". Esto debe alertarnos en lo que constituye sin duda, la necesidad de acelerar sus propios procesos de desestabilización del país. A cada victoria nuestra, hay una arremetida violenta de los heraldos negros de la anti-patria.

Es necesario que se profundice la democracia que se dice ejercer en el ámbito de las fuerzas del cambio que incluyen al polo patriótico político y social. Decir incluir en estos tiempos que votamos por nombres es menester que lo veamos desde otro ámbito. El ámbito de debatir y dialogar con todos los sectores que manifiestan su apoyo a la transformación de un país que con todo lo avanzado sigue albergando profundas contradicciones e injusticias. Allí, radica la importancia de ser magnánimos en la victoria y no con lo derrotados, que no los debe haber, sino con aquellos que han sido apartados por arrebatos de sectarismo y exclusión por el miedo a la crítica. Es hora de superar a los ungidos, hijos y custodios del legado de Chávez, para dar un paso hacía una política más madura que nos permita aproximarnos a la realidad con menos aprehensión y apego a algunos principios que parecen requerir debate para ser actualizados e incluso modificados. La primera prueba de que se traiciona la revolución es cuando se demanda sustituir el pensamiento por la obediencia.

La maquinaria electoral mostró una capacidad que aún cuando sólo podemos evaluarla en términos cualitativos, muestra fortalezas que deben ser reconocidas pero también debilidades. La máxima debilidad, asumir que la maquinaria electoral es suficiente para lo que el proceso social en este momento nos demanda. Allí es fundamental abrir todos los canales necesarios para que lo protagónico, co-responsable y participativo sea algo más que la letra encumbrada de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Finalmente, este es un paso para redoblar los esfuerzos para convencer a los demás venezolanos en la construcción de una patria en momentos en que cada vez más, las fuerzas de las corporaciones globales se empeñan en diluir al estado nación en nombre de la libertad de unos pocos, para sojuzgar a todos los pueblos. Esa tarea es permanente, impostergable e indelegable.

Un abrazo, convencido de que aún tenemos patria no sólo como algo concreto, sino como el sueño que nos reúne a muchos para sabernos más que hermanos, constructores de un destino común para las generaciones futuras que deberán encontrar en Bolívar y Chávez, los heraldos de un nuevo mundo que sea conocido más por su justicia que por la extensión de sus tierras.

 

Convencemos y seremos invencibles.

 

 

 

Alejandro Ochoa dioseses@gmail.com

 



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