La Revolución es más que un asunto espiritual que material

Sin duda, a pesar de tantos lunares, si alguien nos preguntara por las cosas que hemos venido logrando, inmediatamente nos vendrían a la mente las misiones, las construcciones, metros, trenes, estadios, etc. Respondiendo así estaríamos señalando muchas de las obras materiales de la Revolución y sin duda estaríamos acertando, pero estaríamos señalando la parte menos importante de la Revolución, estaríamos señalando logros que bien pueden exhibir gobiernos burgueses de otros tiempos u otros lares. La Revolución es ante todo y sobre todo un cambio profundo en la conciencia de la sociedad. Es el cambio en la visión del mundo mezquino que nos han impuesto milenios de explotación, avaricia y egoísmo, por la cosmovisión de una conciencia de pertenencia al grupo, al colectivo, a la sociedad, es el rescate de la convicción de que somos seres sociales y que sólo en sociedad podemos desarrollar nuestras potencialidades, todo ello, junto a la certeza de que fuera de lo social el individuo está condenado a la soledad y al naufragio de su condición humana.

Por supuesto que este cambio en la espiritualidad tiene que venir aparejado al cambio de las condiciones materiales de vida pues son estas las que condicionan la conciencia. Ahora bien, siempre será el ser humano el protagonista de estos cambios y fatal pero gloriosamente también, estos cambios estarán preñados de los valores espirituales del ser humano que los protagoniza. ¿No están acaso infestadas de la espiritualidad capitalista buena parte sino todas nuestras conquistas materiales?, ¿no son los valores del consumismo, el rentismo, el culto al logro egoísta los que exhiben buena parte de nuestros compatriotas como saldo de estos logros materiales? Siendo así, le corresponde a la Revolución relacionar armónicamente logros materiales con la conquista de la conciencia y la espiritualidad social. ¿Está la humanidad condenada a sufrir la derrota de los valores sociales a manos del egoísmo? ¿Alguna vez venció la humanidad en esta guerra?, ¿existió alguna vez ese socialismo tan esquivo?

¿CÓMO Y CUANDO SE PERDIÓ LA COMUNA?

DOS FUENTES PARA LA REFLEXIÓN

a)      La fuente sagrada o bíblica y sus claves

b)     La fuente secular o científica (Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, de F. Engles)

SOBRE EL RELATO BÍBLICO

Queremos proponer una aproximación a la Biblia que trascienda los prejuicios que normalmente tiñen estas aproximaciones. Obviar el hecho religioso para internarnos en sus claves como luz para esclarecer la búsqueda.

a)      La Biblia no es un libro sino una colección de libros (pergaminos, etc.) escritos por los hombres de un tiempo histórico, desde la fe, para la fe, y con modos y estilos literarios, metáforas, alegorías, símbolos y ficciones que sólo pueden ser abordados reconociendo las limitaciones de unos pueblos que generalmente miraban hacia lo divino para satisfacer el insalvable límite de sus mínimos conocimientos científicos. Al final, para los pueblos protagonistas de la Biblia, como para el resto de los pueblos del mundo, todo cuanto desconocían –desde la lluvia, pasando por las sequías, las inundaciones o los incendios, las enfermedades, la fecundidad o la esterilidad, hasta la “suerte” en las batallas- era atribuido a la voluntad o los designios de los dioses, de Yaveh en el caso que nos ocupa.

b)      También que buena parte –si no todos- de los personajes, nombres y entorno que se presentan de modo particular en el primer libro del Génesis son imágenes literarias, modos de concebir lo que suponían y no comprendían. En este sentido se cuenta el origen del mundo y la vida –como lo hacen muchas otras culturas como la maya, azteca, inca, etc.- a partir de imágenes y metáforas de hermoso contenido literario pero que en lo absoluto resisten la prueba del rigor científico,  Adán y Eva son los padres primeros pero sin duda en ellos simbolizan para aquellas persona al pueblo, a todo el pueblo. El Paraiso Terrenal representa el modo de vida que tenían antes de la desgracia de la explotación del hombre por el hombre, aquél que fatalmente perdieron. Luego, Caín y Abel, presentan las consecuencias naturales y terribles de aquella caída, el pecado original representa el momento en que perdieron el paraíso pero también las causas y consecuencias de esa pérdida.

Veamos entonces, como hemos dicho, despojados de prejuicios –bien fundados, pero prejuicios- e intentemos desentrañar las claves de esta historia, primero de tradición oral y luego vertida en estos libros.

EL PARAISO

Varias claves nos muestran como era, o como les fue contado o en su imaginario suponían que era.

a)      Todo cuanto necesitaban les era brindado sobreabundantemente por la madre naturaleza.

b)      Nada los perturbaba al punto de que se nos ofrece, como éxtasis máximo, que “paseaban con Dios al caer de la tarde”

c)      Un solo límite tenían “no comer del árbol del bien y el mal” el árbol del mal reservado para Dios, debe entenderse como una metáfora y una imagen.

LA TENTACIÓN DEL DIABLO

a)      Las imágenes han contribuido a una suerte de interpretación que ha logrado esterilizar las claves del suceso. (Un árbol, un fruto, una culebra y la desnudez descubierta, hasta la socorridísima por la iglesia de la dominación al servicio de los poderosos y de sí misma del tema del sexo)

b)      El relato nos dice que “el diablo” los invitó con estas palabras “coman del fruto y no teman, al comer del fruto eritis sicut dei (seréis como Dios). A la queja de ellos acerca de que eso enojaría a Dios, “el diablo” les aseguró que eso sólo sería por envidia porque Dios vería que ellos serían como él mismo.

Veamos: ¿Qué es ser cómo Dios?, ¿qué significa ser como Dios?, ¿qué significaba para aquellas personas ser como Dios?, ¿será acaso la estupidez de que iniciarían una vida sexualmente activa porque hasta entonces vivían como hermanos?, ¿qué es hoy ser como Dios?, ¿no es acaso ser Señor de mi hermano?, ¿no significa tener poder de vida y muerte sobre el hermano?, ¿no significa enseñorearse cruelmente sobre el “otro”?, ¿no significará más bien explotar al hermano y robarle el derecho a la vida?, ¿no será esa la visión que aquella gente tenía de lo que llamaron “el pecado original”?, ¿nos es la pérdida de la vida social a manos del egoísmo y la explotación?

Veamos las consecuencias inmediatas, veámoslas y hagamos un sano paralelismo. Lectura del libro del Genesis.

a)      Nace el trabajo como castigo.

b)      La relación con la naturaleza se vuelve hostil.

c)      Se origina la competencia entre hermanos (Caín, campesino y Abel, ganadero)

d)      Se mata al hermano por envidia y ambición (Caín siente que Abel es mejor valorado)

e)      El hermano pasa a ser un adversario, un competidor (Caín, ¿Dónde está tu hermano? –acababa de asesinarlo- y respondió ¿Y qué tengo yo que ver con mi hermano?) ¿No es eso acaso lo que hoy hace esta sociedad de antivalores cuando indiferente mira a miles de millones de “hermanos” muriendo en la miseria?

SE INICIA PARA LA HUMANIDAD EL INTERMINABLE ÉXODO HACIA LA UTOPÍA

1.      Se proponen medios, promesas, mandamientos para abrir las puertas del paraíso. La entrada al Reino de Dios, al añorado paraíso, lo que se dejó atrás, aquello que hoy llamamos socialismo camino al comunismo.

2.      Profetas aparecen a lo largo de toda la Biblia (Amós, Jeremías, Ezequiel, Isaías, Jesús) anunciando los medios para ser aceptados en el Reino de Dios y maldiciendo aquello que los aleja.

2.1 El amor al prójimo

2.2 La conciencia del deber social

2.3 Maldiciendo la codicia

2.4 Excomulgando la avaricia

2.5 Maldiciendo la riqueza como causa de la pobreza de los otros

2.6 Exaltando la vida comunitaria, así como la propiedad social de los bienes para la vida

Toda una larga historia con chispazos de tensión suprema de la razón ética.

Por ejemplo la Comuna fundada a la muerte de Jesús y cuya duración se estima en unos setenta años, recogida en el Capítulo IV, versículos 32 y siguientes del libro de los Hechos de los Apóstoles.

Veamos:

a)      Ganaban en fama frente a todos quienes les veían que querían ser como ellos.

b)      Tenían un solo corazón

c)      No había pobres entre ellos

d)      Todo cuanto tenían lo ponían en común.

e)      Nadie llamaba suyo a los “suyo” pues todo era “nuestro”

f)       Daban a cada quien según sus necesidades y recibían de cada quien según sus posibilidades.

 

¿Es muy aventurado afirmar que esta comunidad vivió conforme a los valores que le asignamos al socialismo?

¿No es acaso –como lo admitió Carlos Marx- un hermosísimo ejemplo de Comunismo Primitivo?

Desde luego, la incapacidad manifiesta de sostener una comunidad a lo largo de los tiempos sólo basados en la tensión ética, en la mera espiritualidad y la promesa sin echar las bases económicas que garantizaran su perduración en el tiempo hizo que el hermoso plan fracasara. Fue fagocitado por las imponentes fuerzas que las circundaban basadas en la esclavización y el egoísmo. Desde adentro el cristianismo –como luego lo sería el socialismo- fue traicionado por la caída en desgracia, el egoísmo, el poder y la ambición.

 



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Martín Guédez


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