Un querubín, iba contando los minutos...

Ho Chi Min: “Paciencia, paciencia hasta los límites de la cobardía; audacia, audacia hasta los límites de la temeridad”. Las palabras, hechas leyenda, del “hombre que sembró de esperanzas el vientre del Vietnam”, retumban y definen en parte, el destino que debe tomar el país, pero es necesario aclarar, que la primera parte de la frase, que habla de la paciencia, se agoto hace bastante tiempo y quedo atrás. Faltaría ahora ir a la más profunda practica de la segunda parte de la frase: “audacia, audacia hasta los límites de la temeridad”, para regresar al Comandante Chávez, al Socialismo y la pureza, la solidez ideológica la Revolución, que han sido sepultadas, abandonadas, entregadas, en los pantanos movedizos, de los para siempre, inútiles e infructuosos diálogos (según voceros de la propia canalla, en la AN), que han resultado, ganancia indudable de la oligarquía cipaya.

Esta sería la única forma de salir victoriosos de la precariedad, del caos, del laberinto, económico, político, ideológico, en el cual estamos, y que no vamos a analizar sus causas ideológicas, claro está, suficientemente conocidas y debatidas. El pacto, el dialogo, que dominan el escenario político nacional, deben ser analizados bajo el pleno conocimiento de lo ocurrido a Simón Bolívar, Simón, lo ocurrido el 23 de enero de 1958, lo ocurrido más recientemente en Chile en 1973, de lo ocurrido ayer, 4 de febrero de 1992. De ser el pacto y el dialogo el camino escogido, no cabe la menor duda del resultado catastrófico, que se traduciría en sepultar el anhelo, la esperanza, de redimir, a los millones de humildes, de desposeídos, de harapientos, de descamisados, que se atrevieron a soñar, con el fin de la explotación del hombre por el hombre, que NO dejaran de clamar justicia, igualdad, dignidad para la Patria…”

Si algo me lleno de indignación y llore, fue aquella masacre del 27 de febrero 1989, y fue una de las cosas que me llevo a dejar hijos, casa, familia, junto a mis compañeros, y a irnos una noche, a aventurarnos contra la incertidumbre, una media noche oscura y tenebrosa y terrible, con un fusil y con una esperanza y con un sentimiento indescriptible, ciertamente nuestras posibilidades de éxito eran bastante reducidas y no dudamos y atrás dejamos una vida.” Estas palabras salidas del alma, la esperanza y el sentimiento indescriptible de un hombre humilde de la sabana, legitimo heredero de Simón Bolívar, Simón, del Che … nos recuerdan la conversación de Cristo con Pedro: “Jesús le dijo: De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante dos veces, tú me negarás tres veces. Pedro le dijo: Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré”. Todo sucede mientas un Serafín y sus querubines, presurosos iban contando los minutos sobre Galilea, San Pedro Alejandrino, La Moneda, el 23E, los años 60-70, el 4F, Miraflores, son los ángeles que vieron la emboscada de “José: vámonos aquí no nos quieren” del Yuro, de Berruecos, Cantaura, Yumare…

LA PUREZA, LA SOLIDEZ IDEOLÓGICA DEL SOCIALISMO, NO SE NEGOCIAN POR UN PLATO DE LENTEJAS!!! CARAJO!!!

leonardo.canales@yahoo.es


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