En momentos cruciales para nuestra américa latina, donde los planes desestabilizadores disfrazados de leyes interpretadas a criterios particulares, avanzan en la misión de acabar los gobiernos progresistas de la región y donde la derecha en su odio irracional encubre los verdaderos motivos y pretensiones imperiales en un siglo impregnado por invasiones en nombre de la libertad.
El Impeachment ejecutado en Brasil pero con repercusiones anteriores (Honduras y Paraguay), denota las nuevas vías de golpes de estado ideadas y aprobadas por los medios de comunicación mundial en aras de la consecución del poder por métodos no electorales de los sectores lacayos y genuflexos del tío Sam.
Derivado del derecho anglosajón el impeachment mediante el cual se puede procesar a un alto cargo público, por medio del parlamento quien debe aprobar el procesamiento y posteriormente encargarse del juicio del acusado. Una vez que un individuo ha sido objeto de un impeachment (moción de censura o juicio político) tiene que hacer frente a la posibilidad de ser condenado por una votación del órgano legislativo, lo cual ocasiona su destitución e inhabilitación para funciones similares.
La tergiversación de un proceso de destitución sin argumentos tales, es lo mismo que el enjuiciamiento en Argentina a la expresidenta Cristina Kirchner sin causa alguna, ya que no hay ninguna investigación abierta según el organismo judicial argentino, en Brasil ocurre lo mismo con Dilma donde ni siquiera tiene solicitud alguna de en el TSJ brasileño para ser por lo menos citada a declarar.
Atónitos dejaron a cualquiera las expresiones de diputados brasileños quienes vitoreaban hasta el tristemente recordado dictador Humberto Castelo Blanco, incluso hubo un diputado que grito que apoyaba el enjuiciamiento porque "lo que es bueno para los Estados Unidos es bueno para Brasil", evidenciando el discurso rastrero, donde más que un problema político pasa a ser un problema de identidad cultural, válgame dios diría mi abuela.
En Venezuela con el triunfo electoral que tuvo la oposición en diciembre pasado en las elecciones parlamentarias, han pretendido utilizar la misma vía para salir del presidente Maduro, con la dificultad para ellos que los logros sociales alcanzados por la revolución bolivariana no son tonterías, que los mecanismos democráticos existen (referéndum revocatorio) por cierto gracias a la constitución propuesta por Chávez en 1999 y que no los pueden obviar, que la campaña mediática de odio sembrada acompañada de traiciones, donde el golpe de estado es anunciado como mecanismo de temor a la población para practicar un paro empresarial a través del miedo.
Ya a estas alturas en nuestro país, la identidad y defensa de nuestra soberanía ha dejado de ser tema importante para la oposición, para ellos la sumisión pasa por tener jefes como Almagro y Kerry quienes dictan las líneas opositoras, sería bueno entablar un dialogo propuesto por su santidad Francisco I pero con los verdaderos portavoces, no con tarifados de la política, así seguro es más franco y el tema petrolero jugaría el verdadero papel protagónico en las verdaderas intenciones de acabar con Dilma, Cristina, Maduro y socavar la revolución cubana.
Razón tiene Fidel sobre USA “es el mismo monstruo con diferentes caras”, en Venezuela reconforta que recojan firmas, eso evidencia que estamos en democracia por si alguien lo duda, un logro propuesto por Chávez que ellos hoy practican. Entonces avancemos y apliquemos la revisión, rectificando donde haya que hacerlo, no dejemos que muera la esperanza como diría Ali Primera.
