Hay que conocer la historia para no repetir los mismos errores.
Tener conciencia de los significados de los términos para entender sus significantes para así llegar a la significación dentro del contexto de la revolución bolivariana. M.R.L.
LA QUINTA COLUMNA tiene diversas modalidades. Como se sabe, su denominación surgió en España cuando el general Francisco Franco anunció que tomaría a Madrid con cinco columnas. Cuatro de ellas, según él, avanzarían por diferentes vías, mientras la quinta columna estaba disimulada en las propias filas del ejército de la República, lista para asestar un golpe mortal por las espaldas en el momento oportuno. La quinta columna no apareció en el curso de la guerra civil, inesperada o repentinamente. Se reveló paulatinamente hasta el final, cuando descargó su puñalada traidora. La quinta columna no fue, como muchos creen, una infiltración en las filas de la República, montada por Franco. En realidad fue un factor exterior, el Gobierno inglés, el que la incubó en la España de 1936-39, interesado en poner fin a la guerra a través de la liquidación de la resistencia antifascista. Las fichas escogidas para llevar a cabo la traición fueron un civil y un militar.
Un civil y un militar
YA EN NOVIEMBRE DE 1938, Julián Besteiro, del Comité Nacional del Partido Socialista, se había convertido en un agente encubierto de Inglaterra, ganado para la idea de la capitulación de la República. Julián Besteiro era un dirigente conocido y destacado del socialismo español, con más de veinte años de militancia política. No tenía defectos, salvo uno: era ideológicamente anticomunista. Fue esta característica lo que permitió a los ingleses ubicarlo y acercarse a él para convencerlo de dar a la guerra civil una solución pactada con el fascismo. La otra ficha fue un militar, el coronel Segismundo Casado, oficial de escuela de las filas del Ejército de la República, estrictamente apolítico y severamente institucional, al frente de las tropas que defendían Madrid. La quinta columna no era una infiltración manejada por Francisco Franco, sino figuras destacadas, tanto el civil como el militar, de cuya lealtad no existía ninguna sospecha. No se esperaba de ellos una acción de traición de esa naturaleza. Más que agentes o instrumentos del bando fascista de la guerra, respondieron a la estrategia de una potencia extranjera.
La República podía resistir
A PESAR DE LA CAÍDA DE CATALUÑA,
en enero de 1939, un golpe muy duro para la causa republicana, España estaba en condiciones de resistir y vencer al fascismo. Diez provincias con más de diez millones de habitantes eran leales al Gobierno legítimo. Se contaba con un ejército de 700.000 hombres y mujeres, una flota con tres cruceros, trece destructores, cinco torpederos y siete submarinos; y lo fundamental, un pueblo con una firme voluntad de vencer. Sin embargo, ¿cómo pudo la quinta columna descomponer el espíritu de resistencia de la República Española?
Ruptura de la unidad
LA NOCHE DEL 5 DE MARZO DE 1939,
el coronel Casado y el socialista Besteiro, en nombre de lo que llamaron "Consejo de Defensa", valiéndose de tropas bajo el mando de Casado, se rebelaron contra el Gobierno de la República. Su acción fue rápida y contundente: Enviaron sus tropas contra las unidades leales, detuvieron a los mandos de izquierda y a los dirigentes políticos conocidos por su firmeza republicana, fusilando a los más destacados, y llamaron al ejército de Franco a entrar en Madrid para sofocar los reductos de resistencia. La traición de la quinta columna estuvo acompañada de una desbordante campaña de propaganda para confundir a la población y desmoralizar a los combatientes. Hubo numerosos batallones que resistieron con las armas la traición de Besteiro y Casado, pero la ruptura de la unidad en el seno del ejército y en las filas de la República tuvo un efecto paralizante y desorganizador que no pudo contenerse y causó el derrumbe de la democracia española y la instauración de la dictadura fascista.
Las otras caras de la quinta columna
LA ACCIÓN FULMINANTE, apoyándose en mandos militares y dirigentes políticos, no siempre es la misma en todas las circunstancias. Lo que no cambia es el carácter altamente peligroso de la quinta columna, en todos los terrenos y con todas las caretas. La quinta columna es el mayor peligro que confronta una revolución o una guerra nacional y puede presentarse con caras distintas. En España fue mediante la traición y el paso al campo enemigo de prominentes líderes de la República. Durante la Segunda Guerra Mundial. La quinta columna llegaba con el ejército de ocupación o se ocultaba para aparecer una vez que los alemanes controlaban la situación militar. En otras ocasiones, la quinta columna se manifestó en la acción de "ejércitos" o bandas armadas que asesinaban a dirigentes revolucionarios o llevaban a cabo operaciones militares para quebrantar la moral de los ejércitos regulares. Ése fue el papel de los "contras", financiados y armados por Estados Unidos, en Nicaragua. En la Yugoslavia ocupada por Alemania fueron los "ustaschas", organización de los fascistas croatas. En Noruega, eran los partidarios de Vidkun Quisling. También cumplieron funciones de quinta columna los cosacos del Cuerpo de Caballería de Helmuth Von Parnwitzi y los caucasianos del general Andrei Vlassov al servicio de los ejércitos alemanes durante la guerra contra la Unión Soviética. La quinta columna, como lo hace actualmente en Venezuela, se ocupa de los actos de sabotaje del sistema eléctrico, de causar daño en la industria petrolera, de provocar incomodidades en los hospitales y las escuelas, en fomentar guarimbas para cerrar el tránsito. La quinta columna es también la burocracia indolente y saboteadora, los infiltrados en la Fuerza Armada y en el PSUV, los propagadores de rumores falsos.
Marciano en Domingo. Vea.Caracas, domingo 26 de octubre de 2008