No volverán, no pasarán, la Revolución triunfará

Voy, al lado de mis compatriotas, por un camino largo y escabroso. Un sendero lleno de dificultades, pero allá al final, a lo lejos, se ve un pequeño resplandor. Pese a la distancia, esa luz se presiente intensa y radiante, a medida que avanzamos.

Esa luminaria, en nuestro subconsciente, significa el socialismo anhelado por el pueblo venezolano y pregonado a través de la revolución bolivariana legada por nuestro Comandante Presidente Hugo Chávez y seguida por nuestro Presidente obrero Nicolás Maduro. Hacia allá vamos. El trayecto es difícil pero lograremos avanzar y llegar a la meta…

Son visiones que me llegan (al meditar, viendo el paisaje que me rodea y oyendo el canto de las aves turmereñas, que alegran la mañana con sus trinos y sus piares). Son visiones que simbolizan en verdad que nuestro proceso revolucionario atraviesa por una etapa crucial, con dificultades, sí, pero con un prometedor futuro.

Esta etapa crucial depende, no sólo de la unidad de nuestras fuerzas y al seguimiento profundo del legado del Comandante Supremo y del Plan de la Patria. También obedece a la mejoría de cada uno de nosotros como ciudadanos en forma individual y colectiva. Como pueblo, debemos perfeccionarnos en función del rescate de nuestros valores y nuestra moral.

Como lo decía el Libertador: “Moral y luces son nuestras primeras necesidades”…
Entre reflexiones, meditaciones, visiones y análisis, dirijo mi vista hacia arriba y observo algunos nubarrones y pájaros de mal agüero sobrevolando la patria; pero en tierra firme, afortunadamente, afloran sonrisas, alegrías y algunas lágrimas de felicidad, de personas cuyos rostros me son familiares.

Se trata de mis compatriotas más necesitados, que han sido atendidos por vez primera por un gobierno humanista, luego de años y años de negligencia gubernamental: Betancourt, Leoni, Caldera, Pérez, Lusinchi, otra vez Pérez, Velásquez y otra vez Caldera. Son 40 años de desidia, de asesinatos, de desapariciones, de muerte, de hambre, represión, exclusión y paren ustedes de contar…
“Se ven las caras, se ven las caras, pero nunca el corazón”, cantaba Rubén Blades…

Los nubarrones y las aves funestas representan a la derecha nacional e internacional, que acecha al proceso revolucionario bolivariano. La alegría pertenece a mis conciudadanos, que sienten que el gobierno revolucionario, de la mano del Comandante Chávez, les presta la atención requerida luego de más de 40 años de ignominia.
Lamentablemente, para ese sector ultraderechista, somos la chusma… Tienen que acabar con nosotros a como dé lugar. Pero no lo lograrán. La Revolución seguirá.

El tiempo pasará y la Revolución triunfará, a punta de coraje… Como bien lo decía el Libertador al referirse a la victoria basada en el esfuerzo: "Para el logro del triunfo siempre ha sido indispensable pasar por la senda de los sacrificios".

 

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Ritcher Antúnez


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