El magnicidio histórico se consumó. Ya no hay nada qué hacer. Frente a la mirada atónita de los visitantes de diferentes partes del tercer mundo neocolonizado, se exhibirá la estatua de Chávez. Quizás acudieron a la cita para sentir su osadía, la misma de años atrás cuando propuso al mundo: ¡O CONSTRUÍMOS EL SOCIALISMO JUNTOS O EL CAPITALISMO SALVAJE DEVORARÁ A LA HUMANIDAD Y AL PLANETA! A lo mejor se lleven una sorpresa.
Chávez fue más atrevido en Venezuela: transformó su palabra en acción y enamoró a la masa, en corazones y conciencias, para emprender juntos la creación del socialismo bolivariano. Y avanzaron, hasta su desaparición física. Hoy, ese mismo pueblo llora aún, pero en silencio, su inexplicable partida. ¡Qué lejanos los tiempos de la irreverencia, que desteñido se tornó el “rojo rojito”!
El magnicidio no es obra de la casualidad; fue concebido y planificado con premeditación y alevosía. Avanza sigilosamente; los ejemplos sobran en la historia universal. Sus operarios, mercenarios a sueldo, iniciaron la emboscada ocultando la verdad sobre el asesinato de Chávez. Continúan en su accionar inoculando mensajes que borran todo vestigio de su legado en el inconsciente colectivo; Chávez siempre temió este destino.
Es un combate ideológico feroz, desigual. Mientras los operadores, insignes goobelianos, falsean la realidad e inventan fantasías, la masa, inerme y sin mecanismos de defensa, sucumbe ante la realidad que sufre y se pliega a la mentira porque no puede combatirla.
Un destino similar tuvo Bolívar y sus ideas profanas, quien, a solicitud de la élite oligarca, fue arrinconado y petrificado para fines de la historia oficial. La nueva élite, satisfecha con los nuevos pactos que la vinculan libremente con el negocio lucrativo y parasitario de la renta del suelo y su riqueza - llámese petróleo, gas, oro, coltán, uranio, hierro, diamante, bauxita-, en aras de seguir llenando sus botijas, exige igual suerte para Chávez; éste se atrevió a invocar el socialismo dándole poder a los más pobres.
Las evidencias sobran en tanto signos y símbolos. Por ejemplo, las vallas y afiches de Chávez desaparecieron hace tiempo; quizás descansen en los depósitos de las oficinas burocráticas. El Himno Nacional, a viva voz, apenas es audible. La espiritualidad sublime del Cuartel de la Montaña se trastocó en formalidad burocrática, en evento farandulero sin profundidad ideológica; ni siquiera la salva de las 4.25 p.m., los días cinco de cada mes, se escucha en los canales de los medios públicos oficiales.
Avanzaron al sustituir las consignas populares; distorsionan así su sentido y simbología. Es el caso del: “Chávez vive, la lucha sigue”, sinónimo de combatividad rodilla en tierra la cual fue suplida, arbitrariamente, por “Chávez vive, la patria sigue”, expresión que diluye en el término abstracto de “patria”, el verdadero significado de “patria socialista” que Chávez tanto defendió y divulgó.
Más grave aún es la deificación supra terrenal del Chávez-hombre con la imposición, sutil e insistente, de expresiones como “comandante eterno” y “líder supremo.
Según el Diccionario Larousse por “comandante” se entiende el oficial que manda, gobierna un cuerpo de tropa dispuesto en una plaza, un puesto, un batallón o un buque de guerra; y por “supremo”, a algo ubicado muy alto, sin superioridad que lo subyugue.
Si contrastamos estas nociones con el discurso de presentación de Chávez, por parte de Fidel, al público congregado en el Aula Magna de la Universidad de La Habana en 1994, cuando dijo: Aquí tenemos una cuestión acerca de cómo llamarlo, porque Leal lo llamaba Comandante. Él contaba que allá en Panamá lo llamaron Comandante, y nadie lo ha degradado, nadie le ha quitado grados: yo creo que le han querido elevar de grado, porque ya no se están refiriendo a un grado militar sino a un grado político, como pudiera considerarse Comandante de una Revolución (subrayado nuestro)
Y agregamos otras consideraciones, según Fidel: …“en la humanidad propiamente no existen genios. Existen hombres. Ustedes habrán leído que a uno le dan el premio tal y más cual; pero el genio no está en los individuos; el genio está en las masas”, comprobaremos cuán intencional es la campaña sistemática que diluyó el legado histórico irreverente de Chávez en el olvido. Su ingenio fue subsumirse en el pueblo oprimido, confundirse con ellos y ellas y transitar, juntos, por el camino inédito de la redención humana. Por eso le temen e intentan clonarlo; sólo que la masa lo reconoce y recuerda, como su COMANDANTE CHÁVEZ.
En cuanto al término “líder” en el mismo Larousse refieren que es el jefe, el dirigente que encamina a una masa, la gobierna y administra en los asuntos que le conciernen; y “eterno”, la expresión que nos remite a lo que no tuvo principio ni tendrá fin; es sempiterno, imperecedero, perenne, perdurable”. Fidel nos ilustra al respecto:…un líder verdadero es el que dice al pueblo no lo que le guste o crea que le va a gustar o lo van a aplaudir más en ese momento, sino lo que es más inteligente para un pueblo, lo que es a la larga más conveniente para el pueblo, lo que es a la larga más útil a los hombres que se están representado. (…) Lo que importa es (…) no tratar de supeditar los intereses de la Revolución a nuestras cuestiones personales, no. Ser líder es difícil; el líder fácil puede hundir el sindicato, el líder fácil puede hundir al pueblo.
Y fue la masa quien erigió a Chávez en su LIDER el 4F; desde entonces sus vidas, corazones y conciencias se fundieron para siempre. Se reconocieron en la alegría y en la pasión; en la elocuencia del discurso y en las clases de historia; en las coplas y fábulas que recrearon como propias; en las anécdotas del arañero y del pitcher; en la honestidad y el respeto; en fin, en el Amor sublime que sólo une a los corazones para empresas laudables. Por lo tanto, Chávez fue, es y será, por siempre, el LIDER AMOROSO que amaron y respetaron por su autenticidad, entrega y osadía.
Es por esto y mucho más que alzamos nuestra voz de protesta. Rechazamos la reedición de la historia oficial que petrificó a Bolívar, hoy a Chávez, cuyo único fin es calmar los egos y también las apetencias de las oligarquías. Criticamos, con firmeza y argumentos, la felonía que se comete con Chávez, su legado socialista anticapitalista y por supuesto, la desidia con su pueblo tan agredido en su más tierna dignidad; ni Chávez ni su pueblo se merece trescientos años o más de calma. Parafraseando a Fidel proponemos adhesiones para que gritemos juntos:
..”¡Basta ya de levantarle estatuas a Simón Bolívar –hoy a Chávez- con olvido de sus ideas, lo que hay que hacer es cumplir con las ideas de Bolívar –y Chávez- (…) Los hijos de Bolívar –y Chávez- tienen que ser los primeros seguidores y defensores de las ideas de Bolívar –y Chávez- porque el sentimiento bolivariano despertó en Venezuela, en Latinoamérica y el Caribe”.
¡No hacerlo, aquí y ahora, será considerado por la historia de los pueblos oprimidos como crimen de lesa traición!
LEE Y DIVULGA “EL SOCIALISMO DE CHÁVEZ, PARADOJA INCONCLUSA. LO ENCUENTRAS EN EL LINK: http://issuu.com/elsyrojasparra/docs/el_socialismo_de_Ch__vez__paradoja_/1 y en el blog: auroradelapatria.blogspot.com
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