Carta abierta para la Revolución en Caroní

No pretendo  con este análisis reflexivo, presentarme como un mesiánico de la Revolución, como la pieza clave que necesita nuestro municipio, o un Guevarista come candela, sino ponerle fin a los 4 mayores daños que, como Partido Revolucionario y militantes de izquierda llevamos a cuesta como errores, de los cuales no nos queremos deslastrar: La retorica (léase como hablaguebonismo), incapacidad, ineficacia y exceso de confianza.

      Me cuesta creer que el Municipio Caroní, si bien con el gran problema traído producto de la guerra económica orquestada por los empresarios y la neopartidocracia opositora y acentuada por la incapacidad de los mecanismos de control del Estado venezolano, no hemos aprovechado la harta de liquidez monetaria que poseemos en circulante-persona, para darle un freno definitivo a la especulación frente a los productos regulados, la inundación de anaqueles en alianzas con los comerciantes locales ya sean con productos internacionales o nacionales (no esa que se hizo con los chinos a través de la Gobernación), entre otros mecanismos de distribución y comercialización. Seguimos esperando un milagro económico por directriz del gobierno nacional, teniendo la autonomía económica, política y jurídica para finiquitar de una vez por todas a través del mecanismo de las Mercociudades y el FCCR del Mercosur, independientemente de lo que digan Serra, Macri, Loizaga sobre nuestra estancia incomoda (para ellos) como Presidentes pro Tempores de la organización y solventar todas las necesidades puntuales que el pueblo está demandando.

      Los guayaneses estamos arrechos de tanta propaganda de que ‘’Guayana no se merece estar así’’ esgrimido por quienes han sido responsables en momentos coyunturales para su embellecimiento y no cumplieron (Si, Justo Noguera, es contigo); o de que vamos a dejar la ciudad como una tacita de plata (Si, Gobernador Rangel, es con ud); o de que acabamos el 90% de los bachaqueros y todo se está acomodando (Si Eriberto, es contigo). ¿Nos cuesta ser sinceros para/con la población?; ¿Por qué no aplicamos prospectiva ante nuestras situaciones?

        Los guayaneses se siguen identificando con la revolución bolivariana porque somos garantía de inversión social y estabilidad laboral en todos los sectores; pero para lograr esta inversión social, debemos mantener la seguridad política y electoral a través del cumplimiento de una buena gestión; vemos pasos nuevos en nuestras empresas básicas, ¿cómo no reconocerlos?, pero así como vemos que se recupera  Venalum o SIDOR, también hay muestra de divisiones internas y peleas de las distintas tendencias militantes de nuestro partido por cuotas de poder; ¿o no es así?.

     Vemos un partido totalmente inmóvil, sólo declarando  que hemos garantizado esto y aquello, como si no existieran nuevas demandas poblacionales en todos los sentidos, que seguirán apareciendo. Vemos una inoperatividad de todos las instituciones nacionales con sección regional, ya sea en el agro, ambiente, comercio, pesca, petróleo, minería, entre otros, que primero ni se les conoce las caras ni se sabe que responsabilidades están asumiendo, dejando en vilo a la opinión pública, sobre las políticas que han salido de Consejo Nacional de la Economía Productiva.

     Quisiera ver una declaración de Mercal defendiendo la revolución, no con decir que están comprometidos trabajando, sino con estadísticas, con números, con sectores abordados; quisiera ver notas de Hidrobolivar, realizando campañas de cobro, optimización y adecuación del servicio, más allá de las notas cortes que han invadido el día a día los guayaneses; de hecho he pensado que la iguana saboteadora ahora vive en nuestros acueductos y tanques; quizá se mudó de CORPOELEC por la buena gestión que allí Motta Domínguez, con todos los cuestionamientos que en algún momento pude hacerle a él, ha logrado un excelente trabajo.

       Es hora de admitir algo; la única capacidad y posibilidad real de poder garantizar y soportar un embate de la contra, es estableciendo a Caroní, como la capital política de la revolución ¿cómo?, poniendo en cintura a las  140 instituciones que hacen vida y deben dar respuesta oportuna ante todas las demandas que se nos está presentando la población; presupuesto hay; voluntad de los ciudadanos hay, ¿pero de las instituciones? Seguimos hablando de que somos hito en Latinoamérica en tener una democracia participativa y protagónica, pero cuando nos acercamos a las instituciones, las respuestas no llegan, alegando que son mecanismos representativos, que están allí pero no pueden cumplir con lo que el ciudadano solicita, al menos que hables con uno de las rémoras de oficio (gestores) que si resuelven rapidito a costilla de % de comisión.     

    Tomandole la palabra al Gobernador Rangel; convertir en la alternativa no petrolera a Guayana, es dándole paso al comercio internacional, sin que esto se interprete como un vuelco a darle espacio al capitalismo global; al contrario, tenemos una empresa nacional (la privada sumada a la guerra en contra nuestra y la pública incapaz e ineficiente) que no nos está acompañando y debemos ponerle al coco al lado, a ver si se encarama. Esto no es incentivar la competencia; es comenzar a ver si tocando intereses  se van a terminar de plegar o no, a ser productivos y capaces.

     Repito, y lo hablo en términos generales, Venezuela es apetecible en su crisis porque independientemente de, poseemos la liquidez que todos los países con TLC (léase Colombia, Perú, etc) carecen. Si bien estos tienen indicadores de crecimiento empresarial y ‘’comodidad’’ de las clases por los salarios, no tienen la misma demanda de consumo que si tiene nuestra nación; ¿Estamos buscando un milagro económico? Lo tenemos en nuestras narices y no lo sabemos explotar; internalicemos la frase ‘’no hay nada más global que lo local’’; globalicemos nuestro municipio; convirtamos a Guayana en el trampolín que contagie con eficiencia al resto de los municipios; convirtamos a Caroní en ejemplo y esperanza; olvidemos por un momento las investidura de poder y comencemos a darle respuestas a la población. Aquí nadie está pidiendo que le regalen una nevera, una pelota, una canastilla; la gente reclama es condiciones económicas y sociales que con el fruto de su salario, pueda adquirir de manera normal, como se podía en el 2006/2012 estando en vida nuestro gigante Chavez; ¿Qué complejo puede ser, organizar y satisfacer las necesidades políticas y económicas de una población de 800.000 personas? ¿invertir en voluntad política? ¿Cuesta tanto?

      Para cerrar; la gerontocracia, amén de la institucionalización del partido, es para mí nuestro mayor enemigo interno y generalizado después de los 4 puntos al inicio de mi escrito. Venzamos la retorica;  aun nos queda un año para revertir todas las cagadas imperdonables a la que hemos hecho sucumbir a nuestro población por confiados y comodos; estamos a tiempo para hacer prodigio, porque si no, la verdadera migradera comenzará en el supuesto negado de perder electoralmente, de los ‘’revolucionarios’’ que fueron responsables y jefes de instituciones y nosotros los de a pie, con las botas puestas combatiéndolos a merced de la derecha, con todo el orgullo del mundo; eso sí, si los logramos derrotar, siendo oposición, que aquí, ni se les ocurra volver porque serán considerados TRAIDORES.



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Daniel Jesús Ramírez González

Comisionado de Asuntos Internacionales de la JPSUV Caroní, Estado Bolívar.

 danielramirez@psuv.org.ve      @DanielRamirezG

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