Una izquierda en la izquierda

América Latina ha venido sumergiéndose en los mares de la crisis y las respuestas que se han necesitado no siempre han sido las correctas. Con la creciente y arrasadora crisis estructural del sistema capitalista, los entes imperialistas se han visto obligados a emplear medidas fatales contra los países del sur, para así desplegar nuevas estrategias colonialistas en las que puedan verse favorecidos. Frente a estos ataques continuados y lastimosamente en ocasiones certeros, los gobiernos progresistas de la región no han sabido contrarrestarlos con las herramientas ideales.

Mediante mecanismos diversos, la guerra declarada desde el Norte y algunos de sus aliados occidentales ha venido causando daños lamentables en las superestructuras de cada nación latinoamericana que no acepta los preceptos mono-hegemónicos dictados por el imperio. La intromisión feroz en los medios de comunicación locales, con publicidad engañosa y difamatoria; la creación de alianzas internacionales para la contribución económica destinada a los planes golpistas e intervencionistas; la difusión de argumentos carentes de validez jurídica y ética para sostener cercos económicos que obstruyan el normal desarrollo de las naciones con el mercado internacional y las continuas relaciones con las burguesías nacionales para afianzar procesos electorales viciados son algunas de las formas empleadas para intentar de apropiarse nuevamente de nuestras riquezas. Y después de conocer un mínimo de las situaciones actuales del continente, cabe preguntarse ¿Qué ha hecho la izquierda latinoamericana para proteger la integridad y la soberanía de sus pueblos? Mucho, está claro y declarar lo contrario sería una completa insensatez. Sin embargo muchas de las medidas que se han dado no han sido las que los problemas ameritan y hay una sola razón: Han sido medidas capitalistas.

La lucha es sólo contra un enemigo y es el sistema capitalista. Todos los términos, conceptos y sistemas que se le relacionan―y en algunas ocasiones, equívocamente se le diferencian― como Imperialismo, Fascismo, Neo-Liberalismo, son fases y etapas del intrincado órgano estructural del mismo. El problema, nuestro problema, engloba y gira al rededor de esa simple y paradójicamente compleja cuestión. Los olvidos hacia la formación, la falta de diálogo con las fuerzas revolucionarias aliadas y con las bases populares y los vicios heredados del Estado burgués han ido generando ambientes en donde se respira el pánico hacia la radicalización, y en los peores casos a la revolución. Sólo con una revolución constante y enemiga de la claudicación podremos derrotar al sistema más depredador de nuestra historia. Es menester que la izquierda vuelva a la izquierda.


evolutionkampf@gmail.com


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